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Matrimonio

¿Se restaura un matrimonio?

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Por muy fracturada que se encuentre la relación matrimonial, no hay nada imposible para el Señor

En el matrimonio se pasa por muchas situaciones diferentes, algunas bellas y edificantes, pero otras tristes y desesperantes. Hay conflictos tan difíciles que se dan en el matrimonio, que se piensa que ya no hay nada por hacer, que tendrá que haber una separación, una ruptura, y se empieza a sentir impotencia en ambas partes.

Todo esto no tiene que ver con los hijos, es el matrimonio perdiendo la chispa, puede haber un sin fin de motivos y el enemigo (Satanás) está tomando ventaja, sembrando en el pensamiento de los cónyuges que todo está perdido, que es mejor que se dé la separación.

En muchos de los casos se da el divorcio, trayendo dolor a las vidas de la pareja, sin embargo, si esto ya pasó o esta por pasar vayamos a Dios, él dará prontamente solución al conflicto.

En esta situación, la pregunta a tratar es, ¿se restaura un matrimonio esté en la condición que esté?

La respuesta es sí.

Por muy fracturada que se encuentre la relación matrimonial, dice la Biblia en el libro de Lucas 1:37 que “no hay nada imposible para Dios”. Otra frase que he leído en varias ocasiones y que desconozco de quien es, dice: Dios restaura lo que el hombre destruye, y así es, porque en Eclesiastés 3:15 dice “Aquello que fue, ya es, y lo que ha de ser, fue ya, y Dios restaura lo que paso”.

Así que, si ambos tienen el deseo de luchar y de que su matrimonio sea restaurado, juntos busquen la ayuda del Salvador, él fue el creador del matrimonio y tiene la solución al problema, ayudando a que cada uno pueda ver claramente en qué ha fallado.

¿Qué parte deja Dios por hacer a la pareja?

La parte humana, y en ésta entra el que cada uno reconozca su falta, que no espere a que sea descubierto, sino que pida perdón a Dios y después a su cónyuge, y a su vez debe perdonarse a sí mismo por su falta.

El cónyuge, él o ella, necesita siempre saber la verdad para que pueda darse la restauración, que no quede duda alguna, que no quede nada por confesar, ya que estas dudas producen inseguridades y no permiten que se avance en el proceso de restauración; si queda alguna mentira se pierde la confianza y el camino a la restauración se hace más lento, debe haber verdaderamente un genuino arrepentimiento.

Dice la Biblia en Juan 8:32, “La verdad os hará libres”, el camino a la restauración es siempre decir la verdad por muy dolorosa que sea. Como ayuda a lo anterior debe buscarse a un profesional, algún consejero familiar, de preferencia cristiano, porque éste ayudará en ambas partes, lo emocional y a su vez la parte espiritual.

Si usted está buscando la restauración en su matrimonio tome en cuenta lo que ha leído, busquen juntos a Dios, ámense con ese amor de lo alto, perdónense sinceramente sin reproches, díganse la verdad en todo momento, valore a su cónyuge, que no se ponga el sol sobre nuestro enojo, dedíquense tiempo de calidad, aprendan a comunicarse, sean amigos, tengan dominio sobre su carácter, y constantemente díganse cuanto se aman.

Ya no son dos, sino una sola carne, por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre. Él puede restaurar tu matrimonio porque no hay nada imposible, búscalo.

En este momento cuando termines de leer este artículo, ora al Señor y pide por tu matrimonio, que lo fortalezca cada día y si necesita ser restaurado él lo hará. 

Is a marriage restored?

No matter how fractured the marriage relationship may be, nothing is impossible for the Lord.

We go through many different situations in marriage, some beautiful and uplifting, but others sad and desperate. There are such complex conflicts that occur in a marriage that one thinks that there is nothing left to do, that there will have to be a separation, a breakup, and one begins to feel helpless on both sides.

All this has nothing to do with the children; the marriage is losing its spark. There can be endless reasons, and the enemy (Satan) is taking advantage, sowing in the spouses’ thoughts that everything is lost, that it is better to separate.

In many cases, divorce occurs, bringing pain to the couple’s lives; however, if this has already happened or is about to happen, let us go to God, and he will promptly give a solution to the conflict.

In this situation, the question is, can a marriage be restored, no matter what condition it is in?

The answer is yes.

No matter how fractured the marriage relationship may be, the Bible says in the book of Luke 1:37 that “nothing is impossible with God.” Another phrase that I have read on several occasions and that I do not know whose it is, says: God restores what man destroys, and so it is because Ecclesiastes 3:15 says, “That which was, is already, and that which is to be, was already, and God restores that which is past.”

So, if you both have the desire to fight and have your marriage restored, together seek the help of the Savior; he was the creator of marriage and had the solution to the problem, helping each of you to see clearly where you have failed.

What part does God leave for the couple to do?

The human part, and in this part comes in that each one recognizes their fault, does not wait to be discovered, but asks forgiveness from God and then from their spouse, and in turn, must forgive themself for their guilt.

The spouse always needs to know the truth so that restoration can take place, that there is no doubt, and that there is nothing left to confess since these doubts produce insecurities and do not allow progress in the restoration process; if any lie remains, trust is lost, and the road to restoration becomes slower, there must genuinely be genuine repentance.

The Bible says in John 8:32, “The truth will set you free” the way to restoration is always to tell the truth no matter how painful it may be. As an aid to the above, you should seek a professional, a family counselor, preferably a Christian, because this will help both the emotional and the spiritual sides.

If you are looking for restoration in your marriage, take into account what you have read, seek God together, love each other with that love from above, forgive each other sincerely without reproach, tell each other the truth, and value your spouse. Do not let the sundown on our anger; devote quality time, learn to communicate, be friends, control your character, and constantly tell each other how much you love each other.

You are no longer two, but one flesh; therefore, what God has joined together, let no man put asunder. He can restore your marriage because nothing is impossible; seek Him.

When you finish reading this article, pray to the Lord and ask for your marriage to strengthen every day, and if it needs to be restored, He will do it. 

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Matrimonio

Beneficios y desafíos de vivir bajo el mismo techo

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Si Dios es la unión de la pareja, esa unión concluirá con la muerte, pues lo que el Señor une, que no lo separe el hombre y las circunstancias

Empezar a vivir en pareja y formar una familia al principio es sinónimo de compartir compañía, tiempo y apoyo emocional. Cuando decidimos convivir con alguien, se crea un acuerdo entre las dos partes, donde se espera encontrar comprensión, consuelo y ayuda en torno a las dificultades que puedan experimentarse.

Tenga en cuenta que sí, vivir en pareja puede darle muchos beneficios, pero siempre y cuando ésta esté bien construida tanto emocional como económicamente, en caso de no ser así, vivir en pareja parecería estresante y no desarrollaría una relación saludable. 

Relación duradera

Mantener una relación duradera inicia cuando se resuelven dos asuntos primarios: la boda civil y el matrimonio religioso. Porque la relación en sí, realmente se debe establecer como un matrimonio, no una simple “relación” y eso implica compromiso, pasar juntos la mayor parte del tiempo y comunicación entre las dos partes, más que todo en los temas de celos, intimidad, autoridad, ocio, fidelidad, y hasta la convivencia con familiares y amigos. 

Considerar hablar y estipular acuerdos se convierte en un requisito indispensable para lograr una sana convivencia y una relación bonita y duradera.

La dependencia

Uno de los mayores temores a la hora de pensar en mudarse con su pareja, es dejar de tener su propia vida, intereses y amigos fuera de la relación. Esto puede suceder cuando las parejas se vuelven demasiado dependientes el uno del otro y prefieren dedicar todo su tiempo enfocado en ellos mismos. 

Es importante no dejar que en una relación se llegue a la falta de independencia, ya que puede provocar aburrimiento, insatisfacción, enojo o soledad. Incluso puede afectar al desarrollo de uno mismo. No es adecuado llegar hasta estos términos, pues si en dado caso, la relación en pareja no rinde frutos al vivir juntos, se volvería una situación difícil de superar.                                                                                                                                    Es importante evaluar las posibles consecuencias antes de tomar la decisión de vivir en unión marital, pues no es cosa simple creer que la relación de pareja es algo fortuito y pasajero. No, el matrimonio fue instituido por Dios que ve a su pueblo como a su esposa.

Cordón de tres dobleces no se rompe pronto”

Eclesiastés 4:11

Cada hilo del cordón lo representa la pareja contrayente…y el tercer hilo, el más importante, es la representación de Dios, que ama al matrimonio como parte de su creación. Si él es la unión de la pareja, esa unión concluirá con la muerte, pues lo que el Señor une, que no lo separe el hombre y las circunstancias.


Benefits and challenges of living under the same roof

If God is the union of the couple, that union will end with death, because what the Lord unites, may not be separated by man and circumstances.

Starting to live as a couple and forming a family at the beginning is synonymous with sharing company, time and emotional support. When we decide to live with someone, an agreement is created between the two parties, where it is expected to find understanding, comfort and help around the difficulties that may be experienced.

Keep in mind that yes, living as a couple can give you many benefits, but only if it is well built both emotionally and economically, if not, living as a couple would seem stressful and would not develop a healthy relationship.

Long-lasting relationship

Maintaining a long-lasting relationship begins when two primary issues are resolved: the civil wedding and the religious marriage. Because the relationship itself must really be established as a marriage, not a simple “relationship” and that implies commitment, spending most of the time together and communication between the two parties, especially in the areas of jealousy, intimacy, authority, leisure, fidelity, and even living with family and friends.

Considering talking and stipulating agreements becomes an indispensable requirement to achieve a healthy coexistence and a beautiful and long-lasting relationship.

Dependency

One of the biggest fears when thinking about moving in with your partner is not having your own life, interests, and friends outside of the relationship. This can happen when couples become too dependent on each other and prefer to spend all their time focused on themselves.

It is important not to let a relationship lead to a lack of independence, as it can cause boredom, dissatisfaction, anger, or loneliness. It can even affect one’s own development. It is not appropriate to go to these terms, because if in any case, the relationship as a couple does not bear fruit when living together, it would become a difficult situation to overcome. It is important to evaluate the possible consequences before making the decision to live in a marital union, because it is not a simple thing to believe that a relationship as a couple is something fortuitous and temporary. No, marriage was instituted by God who sees his people as his wife.

“A threefold cord is not quickly broken”

Ecclesiastes 4:11

Each thread of the cord represents the married couple…and the third thread, the most important, is the representation of God, who loves marriage as part of his creation. If he is the union of the couple, that union will end with death, because what the Lord unites, let not man and circumstances separate.

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Matrimonio

¿El matrimonio perfecto?

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En la reflexión del Fin de Año nos damos cuenta que seguimos de pie, luchando, creyendo y con la mirada fija en el creador del universo

El año está terminando y aquí seguimos, luchando, soñando, visionando y por supuesto peleando juntos por nuestra familia como matrimonio; no podemos negar que hasta este momento Dios nos ha sustentado, bendecido y guardado.

Este 2024 pasaron por nuestra vida viajes, inversiones, servicio a Dios, desafíos con nuestros hijos, enfermedades y muchas otras cosas… también, a veces cosas no muy agradables, pero aprendiendo de cada una de ellas, siendo, además, agradecidos por los triunfos, éxitos y metas alcanzadas.

Realmente no puede haber queja en nuestro corazón, sólo contentamiento, aprendizaje y crecimiento, como individuos y, claro, como matrimonio, pero ¿estaremos listos al 100 por ciento para el año que viene?

Realmente no lo creo, pero sabemos que es mejor descubrirlo entre dos que uno solo, y el diseño del matrimonio es una de las cosas más hermosas creadas por nuestro Dios. Preparados o no, te ánimo mujer visionaria a que veas con mucha fe y estés convencida qué si hemos llegado hasta aquí es porque Dios así lo permitió.

No tenemos el matrimonio perfecto, ideal o ejemplar, pero qué más da, seguimos de pie, luchando, creyendo y con la mirada fija en el creador del universo. Todo es posible si lo creemos, y hoy creo que lo mejor está por venir

Te animo a que empieces a orar con más fervor por tu matrimonio, por tu familia y por cada sueño que quieras alcanzar. ¡Vamos, sí se puede!

Si el 2024 fue bueno, el 2025 tiene que ser mejor.


The perfect marriage?

In the reflection of the End of the Year we realize that we are still standing, fighting, believing and with our gaze fixed on the creator of the universe.

The year is ending and here we are, fighting, dreaming, envisioning and of course fighting together for our family and marriage; we cannot deny that until now God has sustained, blessed and kept us.

In 2024, trips, investments, service to God, challenges with our children, illnesses and many other things have come through our lives… sometimes not very pleasant things, but learning from each one of them, being, in addition, grateful for the triumphs, successes and goals achieved.

There really can be no complaints in our hearts, only contentment, learning and growth, as individuals and, of course, as a marriage, but will we be 100 percent ready for next year?

I really don’t think so, but we know that it is better to discover it together than one person alone, and the design of marriage is one of the most beautiful things created by our God. Ready or not, I encourage you, visionary woman, to see with great faith and be convinced that if we have come this far it is because God has allowed it.

We don’t have the perfect, ideal or exemplary marriage, but what does it matter, we continue standing, fighting, believing and looking at the creator of the universe. Everything is possible if we believe it, and today I believe that the best is yet to come

I encourage you to start praying more fervently for your marriage, for your family and for every dream you want to achieve. Come on, yes you can!

If 2024 was good, 2025 must be better.

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Matrimonio

Trabajo y matrimonio

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Con la guía de Dios y algunos sencillos hábitos es posible convivir en pareja

Parece que entre más avanzan los años estamos más llenos de compromisos y responsabilidades. Encontrar un equilibrio entre el trabajo y el matrimonio puede sentirse como caminar por una cuerda floja, pero ¿cómo lograr un equilibrio que nos permita tener éxito en ambas áreas sin perder la paz?

La buena noticia es que, con la guía de Dios y algunos sencillos hábitos, es totalmente posible vivir de manera balanceada.

Lo que tenemos que hacer, en primer lugar, es nunca olvidar que el matrimonio es un regalo de Dios y al igual que cualquier otro obsequio necesita de cuidado y atención. ¡Así que la clave está en tener muy claras las prioridades!

No se trata de elegir entre el trabajo o el matrimonio, sino de encontrar maneras de honrar ambas áreas en sus justas dimensiones, cada cosa en su lugar y a su tiempo. Todo empieza bien cuando pones a Dios en el centro de tu vida. Cuando lo hagas, el Señor te ayudará a ver de manera clara lo que realmente importa y su Espíritu Santo te guiará a tener las respuestas oportunas cada día.

Segundo, comunícate con tu pareja. El matrimonio es de dos, es decir, estamos juntos, así que comparte tus desafíos laborales y escucha los suyos, esto te ayudará a crear un ambiente de apoyo y comprensión mutuos.

El matrimonio no es sólo un tema emocional, sino también consiste en consolidar un equipo que se ayuda a alcanzar sus metas mutuamente.

Por último, establece límites saludables. No es fácil, pero aprender a desconectarte del trabajo para dedicar tiempo de calidad a tu esposo es esencial. Ten la intención clara y consciente de crear momentos importantes como pareja, cenar juntos o tener una conversación honesta antes de dormir hacen una gran diferencia. Dios nos llama a ser fieles en todo lo que hacemos, pero también nos ofrece descanso. Confía en que, con su dirección, encontrarás ese equilibrio perfecto que te permitirá disfrutar de lo mejor de ambos mundos, no olvides ser humilde para que permitas que Dios vaya moldeando tu vida laboral y tu matrimonio.

Recuerda, el equilibrio no es hacer todo perfectamente, sino confiar en que Dios nos ayuda a manejar cada aspecto de nuestra vida con gracia y amor.


Work and marriage

With God’s guidance and some simple habits, it is possible to live together as a couple

It seems like the older we get, the more we are burdened with commitments and responsibilities. Finding a balance between work and marriage can feel like walking a tightrope, but how do you strike a balance that allows you to succeed in both areas without losing your peace?

The good news is that with God’s guidance and a few simple habits, it’s totally possible to live a balanced life.

What we need to do, first, is to never forget that marriage is a gift from God and just like any other gift, it needs care and attention. So, the key is to have very clear priorities!

It’s not about choosing between work or marriage, but about finding ways to honor both areas in their proper dimensions, each thing in its place and in its time. Everything starts well when you put God at the center of your life. When you do, the Lord will help you see clearly what really matters and his Holy Spirit will guide you to have the right answers every day.

Second, communicate with your partner. Marriage is for two, that is, we are together, so share your work challenges and listen to theirs, this will help you create an environment of mutual support and understanding.

Marriage is not just an emotional issue, but also about building a team that helps each other achieve their goals.

Finally, set healthy boundaries. It’s not easy but learning to disconnect from work to dedicate quality time to your husband is essential. Have a clear and conscious intention to create important moments as a couple, having dinner together or having an honest conversation before bed makes a big difference. God calls us to be faithful in everything we do, but He also offers us rest. Trust that, with His guidance, you will find that perfect balance that will allow you to enjoy the best of both worlds. Don’t forget to be humble so that you can allow God to shape your work life and your marriage.

Remember, balance isn’t about doing everything perfectly, but about trusting God to help us handle every aspect of our lives with grace and love.

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