Blinda tu “póliza” conociendo los riesgos y crea una plan de respuesta
Las compañías aseguradoras se basan en los riesgos a los que el cliente está expuesto, y de acuerdo con esto, le brinda el producto que se ajusta a su necesidad; la finalidad es darle la seguridad y la protección para que esté tranquilo.
Sin duda el matrimonio es el plan de Dios para el hombre. Él vio a Adán solo y dijo que eso no era bueno, por lo que creó a la mujer (Génesis 2:18); sin embargo, es una relación que no está exenta de peligros, al contrario, creo que hay un enemigo buscando cada día dañarlo.
Para poder responder a la pregunta “¿cómo proteger mi matrimonio?”, diría que la mejor manera es conociendo los riesgos a los que estamos expuestos desde el primer día de casados y establecer un plan de respuesta ante situaciones concretas.
Prever el peligro y evitarlo es actuar con inteligencia; hay que ser muy tonto para no preverlo ni evitarlo. (Proverbios 27:12 TLA)
Cuán sabio es Dios que nos enseña a través de su palabra la importancia de ser prevenidos y actuar.
Las señales
Hay matrimonios que pasan años ignorando señales de alarma, corriendo el riesgo de pérdida total, por creer que el problema se arreglará por sí solo.
Así que me gustaría hablar un poco de cuatro riesgos que enfrentamos todos los matrimonios para que puedas hacer tu propio análisis y crear un plan de acción si quizás hay uno o más en tu relación:
1. El riesgo a la monotonía, es de los que menos notamos, porque es muy fácil llevar la relación en piloto automático. Pone en riesgo el romanticismo, el amor, la creatividad y la sexualidad.
2. El riesgo de terceras personas, cómo familiares y amistades que llegan a tomar un papel demasiado importante dentro del matrimonio y que ponen en riesgo la autonomía de la pareja para tomar decisiones, la pureza (infidelidad), la confianza y la intimidad del hogar.
3. Una mala administración, ya sea financiera, de tiempo, de bienes pone en riesgo la tranquilidad, el bienestar, el futuro y la estabilidad.
4. El individualismo es a lo que nosotros llamamos el “síndrome del soltero”, cuando olvidamos que fuimos llamados a ser uno solo.
Tomar decisiones cada uno por individual, buscando primero mi bienestar antes que el de mi cónyuge pone en riesgo la unidad a
la que fuimos llamados, el trabajo en equipo, la confianza, la convivencia, el compañerismo y el amor.
Tu matrimonio es la relación más importante después de tu relación con Dios, y es de sabios prevenir el peligro. Hoy puedes proteger tu matrimonio tomando acciones frente a los riesgos que Dios te ha mostrado, y estás a tiempo de prever alguna situación que pueda dañar a tu familia.
How to protect my marriage
Protect your “insurance” by knowing the risks and creating a response plan.
Insurance companies are based on the risks to which the client is exposed, and according to this, they provide the product that fits your needs; the purpose is to give you security and protection so that you have peace of mind.
Undoubtedly, marriage is God’s plan for man. He saw Adam alone and said that this was not good, so He created the woman (Genesis 2:18); however, it is a relationship that is not exempt from dangers; on the contrary, I believe that an enemy is seeking every day to damage it.
To answer the question “How can I protect my marriage?” I would say that the best way is to know the risks to which we are exposed from the first day of marriage and to establish a plan of response to specific situations.
To foresee danger and avoid it is to act intelligently; one would have to be very foolish not to anticipate it and prevent it. (Proverbs 27:12 NKJV)
How wise God teaches us through his word the importance of being forewarned and acting.
The Signs
Some marriages spend years ignoring warning signs, running the risk of a total loss, believing that the problem will fix itself.
So I’d like to talk a bit about four risks that all marriages face so you can do your analysis and create a plan of action if perhaps there is one or more in your relationship:
1. The risk of monotony is one of the least noticed because it is straightforward to take the relationship on autopilot. It puts at risk romanticism, love, creativity and sexuality.
2. The risk of third parties, such as relatives and friends, who come to take an essential role in the marriage and put at risk the couple’s autonomy to make decisions, purity (infidelity), trust and intimacy of the home.
3. Poor management, whether financial, time, or assets, puts tranquility, well-being, future, and stability at risk.
4. Individualism is what we call the “bachelor syndrome” when we forget that we were called to be one.
Making decisions as individuals seeking my well-being before my spouse jeopardizes the unity and the work we were called to make in teamwork, trust, coexistence, companionship and love.
Your marriage is the most crucial relationship after your relationship with God, and it is wise to guard against danger. Today you can protect your marriage by taking action against the risks that God has shown you, and you are in time to foresee any situation that may harm your family.