Lo más sencillo y honesto es lo más saludable para la relación, y a su vez lo menos riesgoso para la economía emocional de la pareja
En el matrimonio las líneas de comunicación son una de las más importantes puertas que debemos cuidar.
Nuestra lengua no debe perder los filtros y normas de integridad, etiqueta y moralidad, debemos ser empáticos y atentos a la manera de decir las cosas, y observar cómo se están recibiendo, interpretando o generando reacciones esperadas o inesperadas.
Examinar las intenciones de lo que queremos lograr al hablar sobre algo, nos lleva a mejores resultados, sobre todo si somos directas, claras y no hablamos veladamente, como queriendo que nos adivinen mensajes ocultos.
Recuerda que el cerebro de los varones no funciona como el de nosotras; es muy probable que ya has leído o escuchado este asunto de las diferencias neurológicas de los cerebros masculino y femenino, y sepas que nosotras tenemos atención selectiva, podemos hacer pausas para retomar otros temas y volver sin problema a una cosa pendiente, sin perder el hilo de tres líneas o cuatro simultáneamente, mientras que ellos por diseño divino sólo pueden una línea temática a la vez para llegar a puerto seguro con acuerdos, compromisos claros en tiempo y forma.
Es súper necesario aprender a anticiparse en cómo voy a hacerle sentir con esto que le quiero decir, valorar los efectos de mi estilo para decir las cosas que me interesa sean bien entendidas.
Nos interesa que nos escuche para saber escoger el momento oportuno para hablar esas cosas importantes, sensibles o difíciles. Los consejos más importantes de comunicación efectiva es que sea con cuidado afectivo y que siempre concluya en un momento conectivo por más simple o complicado que sea lo que expresemos.
Efectiva, afectiva y conectiva
El arte de una buena comunicación, lo que llamamos efectiva, es sazonar nuestras ideas a expresar con cuidados afectivos, escogiendo las palabras que no juzguen sino acaricien el alma, y que a su vez alumbren los ojos de su entendimiento en lugar de alzar muros fronterizos de 30 metros que nos hagan inalcanzables para ser comprendidas y amadas como lo necesitamos.
Ellos nos aman a su manera y tenemos que psicoeducar para que nos amen como nosotras y los hijos lo necesitamos.
Por último, honrar su inteligencia, es decir, que no insultemos su intelecto con obviedades o absurdos, queriendo rebuscar o darle muchas vueltas a algo que nos está afectando, doliendo, mermando o desgastando. Ellos no se han enterado, queridas amigas, que lo más sencillo y honesto es lo más saludable para la relación, y a su vez lo menos riesgoso para la economía emocional de la pareja.
Un concepto financiero didáctico que nos va a ayudar mucho para cuidar nuestra relación y fortalecer nuestros vínculos es, piensa en el corazón de tu cónyuge como un cajero automático; para hacer retiros grandes tendrás que asegurarte de irle depositando suficientes abonos a tu cuenta para no llegar a los terribles y bochornosos momentos de encontrarte con saldos insuficientes.
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Effective Communication
The simplest and most honest approach is the healthiest for the relationship, and the least risky for the emotional economy of the couple.
In marriage, the lines of communication are one of the most important doors we must protect.
Our speech should not lose its filters or the principles of integrity, etiquette, and morality. We must be empathetic and mindful of how we say things, and also observe how they are being received, interpreted, and whether they are generating expected or unexpected reactions.
Reflecting on the intentions behind what we want to achieve when we speak leads to better outcomes—especially when we are direct, clear, and avoid speaking in riddles or expecting others to guess hidden meanings.
Remember that men’s brains do not function like ours; you’ve probably already read or heard about the neurological differences between male and female brains. You know that we women have selective attention—we can pause one topic, pick up another, and return to the first without losing the thread, juggling three or four lines of thought simultaneously. Meanwhile, men—by divine design—can only handle one topic line at a time to safely reach agreements and clear commitments with time and structure.
It’s very important to anticipate how what we say will make him feel, and to consider how our style of communication affects how well we are understood.
We want to be heard, so we need to choose the right moment to bring up important, sensitive, or difficult topics. One of the most important tips for effective communication is to ensure it is emotionally considerate and always ends with a moment of connection—no matter how simple or complicated the message may be.
Effective, Affective, and Connective
The art of good communication—what we call effective communication—is to season our ideas with emotional care, choosing words that don’t judge but caress the soul. Words that light up their understanding instead of building 30-foot border walls that make us unreachable, unable to be understood or loved the way we need.
They love us in their own way, and we must educate them emotionally so they can love us—and our children—the way we need to be loved.
Finally, honor their intelligence—meaning we shouldn’t insult their intellect with obviousness or absurdity, or by overcomplicating things that are hurting us, affecting us, or wearing us down. Many men don’t realize, dear friends, that the simplest and most honest way is the healthiest for the relationship—and the least risky for the couple’s emotional economy.
A useful financial metaphor to help us care for our relationship and strengthen our bond is this: think of your spouse’s heart like an ATM. To make large withdrawals, you must ensure you’ve deposited enough into your account—so you don’t end up in those awful and embarrassing moments of finding “insufficient funds.”
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