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Vivir con propósito

Conoce a la fotógrafa Verónica Morales, quien a sus 33 años ha enfrentado el cáncer dos veces y enforca los reflectores para ayudar a prevenir y acompañar a más mujeres

En el mundo de la fotografía, donde la pasión se entrelaza con la visión y la técnica, surge la historia de Verónica Morales. A sus 33 años, Verónica no solo ha capturado momentos invaluables con su cámara, sino que también ha enfrentado y vencido al cáncer dos veces, encontrando en su lucha una fuente de inspiración y determinación.

Verónica, licenciada en educación y fotógrafa de profesión, siempre sintió una atracción por la lente. Aunque dedicó sus primeros años laborales a la educación, su verdadera pasión la llamaba insistentemente. Fue durante su primera batalla contra el cáncer, hace nueve años, cuando una persona cercana la impulsó a seguir su sueño. “Una vida sola hay una, haz lo que te gusta”, le dijeron. Con valentía, dejó la enseñanza y comenzó a capturar momentos a su círculo cercano, transformando un hobby en su trabajo de tiempo completo.

La transición no fue fácil. Verónica aprendió todo por sí misma, usando recursos como YouTube para adquirir conocimientos sobre el manejo de cámaras y edición de fotos.

La carrera de Verónica floreció, pero el destino tenía otros planes. Hace seis meses, supo que el cáncer había regresado. Esta vez, la lucha fue diferente, marcada por la madurez y la fortaleza adquiridas en los últimos años. “Duele igual porque ya sabes a lo que vas”, admite Verónica, pero también reconoce que ahora es una mujer más fuerte, más consciente y con una red de apoyo más sólida.

Durante su primera batalla contra el cáncer, Verónica experimentó un viaje emocional y físico agotador. Desde la mastectomía radical hasta los ciclos de quimioterapia y radiación, cada paso fue un desafío. “El tratamiento no es tan impactante al principio, pero conforme avanza, tu cuerpo empieza a recaer distinto”, explica.

El cáncer la llevó a reflexionar sobre la importancia de la prevención y el conocimiento del propio cuerpo. Verónica aboga por la autoexploración y la realización de estudios preventivos. “El día de tu cumpleaños, regálate una mastografía, regálate un laboratorio”, aconseja. También enfatiza la necesidad de cambiar la percepción social del cáncer, promoviendo la idea de que un diagnóstico temprano puede salvar vidas.

Hoy en día hay recursos como la Prueba Genética BRCA que puede determinar la presencia de mutaciones en los genes, los cuales están asociados con un mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama y ovario. Este examen ofrece una herramienta invaluable para quienes desean conocer su predisposición genética y tomar decisiones informadas sobre su salud.

Verónica reflexiona sobre cómo este examen pudo haber cambiado su vida si hubiera estado disponible hace 9 años en Ciudad Juárez, ya que una detección temprana de la mutación podría haber llevado a una decisión preventiva de mastectomía doble, evitando así su reciente tratamiento.

Hoy, Verónica continúa su lucha con el apoyo de su familia, amigos y su pareja y apoya a la asociación ONAMICAN AC, En la adversidad mano de esperanza., la cual tiene como objetivo ayudar a quienes no tienen seguro social y carecen de recursos para costear tratamientos oncológicos. A través de su trabajo y su historia, Verónica no solo captura imágenes, sino también inspira a otros a través de su ejemplo a no vivir “por vivir”, como se tatuó en la piel, sino a enfrentar sus desafíos con valentía y a perseguir sus sueños sin miedo.

No estás sola contra el cáncer
Síguela en Facebook: Verónica Morales
ONAMICAN AC


Living with purpose

Meet photographer Verónica Morales, who, at 33 years old, has faced cancer twice and is now in the spotlight to help prevent and accompany more women.

In the world of photography, where passion is intertwined with vision and technique, comes the story of Veronica Morales. At 33 years old, Verónica has not only captured priceless moments with her camera but has also faced and defeated cancer twice, finding in her struggle a source of inspiration and determination.

Veronica, a graduate of education and a professional photographer has always felt attracted to the lens. Although she dedicated her early working years to teaching, her true passion was calling her insistently. It was during her first battle with cancer nine years ago when someone close to her urged her to follow her dream. “There’s only one life, do what you love,” she was told. Bravely, she gave up teaching and began capturing moments in her close circle, transforming a hobby into her full-time job.

The transition took work. Veronica learned everything independently, using resources like YouTube to learn about camera operation and photo editing.

Veronica’s career blossomed, but fate had other plans. Six months ago, she learned that the cancer had returned. The fight was different this time, marked by the maturity and fortitude acquired in recent years. “It hurts just the same because you know what you’re going to,” Veronica admits, but she also recognizes that she is now a more assertive, more aware woman with a more robust support network.

During her first battle with cancer, Veronica experienced a grueling emotional and physical journey. From the radical mastectomy to the cycles of chemotherapy and radiation, each step was challenging. “The treatment isn’t as shocking at first, but as it progresses, your body starts to relapse differently,” she explains.

Cancer led her to reflect on the importance of prevention and knowing one’s own body. Veronica advocates self-examination and preventive screenings. “On your birthday, give yourself an elastography; give yourself a lab,” she advises. She also emphasizes the need to change the social perception of cancer, promoting the idea that early diagnosis can save lives.

Today, resources such as the BRCA Genetic Test can determine the presence of mutations in genes associated with an increased risk of developing breast and ovarian cancer. This test offers an invaluable tool for those who wish to know their genetic predisposition and make informed decisions about their health.

Veronica reflects on how this test could have changed her life had it been available nine years ago in Ciudad Juarez, as early detection of the mutation could have led to a preventative decision for a double mastectomy, thus avoiding her recent treatment.

Today, Veronica continues her fight with the support of her family, friends, and partner and supports the association ONAMICAN AC, En la adversidad mano de esperanza, which aims to help those who do not have social security and lack the resources to afford cancer treatments. Through her work and story, Veronica captures images and inspires others through her example of not living “for the sake of living,” as she tattooed on her skin, but facing their challenges with courage and pursuing their dreams without fear.

You are not alone in cancer.
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ONAMICAN AC

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