¿Si tuvieras la oportunidad de escribir el guión de tu vida, incluirías esos momentos difíciles, llenos de dolor, carencia económica, o la traición de alguien amado?.
Seguramente nos gustaría evitar que estos sucesos estuvieran ahí, sin embargo, hay una realidad, el dolor y las adversidades son imprescindibles y forman parte de la vida, aunque a veces no comprendamos su propósito. Humanamente parece ilógico que, en medio de las pruebas, podamos tener alegría.
Santiago 1:2-4 nos dice “Amados hermanos, cuando tengan que enfrentar cualquier tipo de problemas, considérenlo como un tiempo para alegrarse mucho porque ustedes saben que siempre que se pone a prueba la fe, la constancia tiene una oportunidad para desarrollarse. Así que dejen que crezca, pues una vez que su constancia se haya desarrollado plenamente, serán perfectos y completos, y no les faltará nada”.
No sé qué tan complicada sea la situación que hoy puedas estar viviendo, pero ¿Te has preguntado en qué áreas de tu vida Dios está poniendo a prueba tu fe? En ocasiones en medio de un problema dejamos de orar, no buscamos su dirección, o no confiamos en su provisión.
Dios no quiere que midas el problema según tus fuerzas y capacidades, quiere enseñarte dependencia absoluta hacia él.
El propósito de las adversidades no es destruirte, sino hacernos crecer en fe, constancia y perfección. Así que, Alégrate, Dios sigue trabajando en ti, porque te ama y ha prometido que, aunque en este mundo tengamos aflicciones, debemos confiar porque él nos ha dado la victoria, prometiendo estar con nosotros todos los días hasta el fin.
No dejes de orar, de creer, de confiar, Dios es más grande que cualquier problema que estés atravesando. Así que hoy es un buen día para enfrentar la adversidad con una sonrisa, es hora de que tu lamento sea cambiado por baile y por tu boca fluya una alabanza dirigida hacia aquel que tiene el poder de cambiar cualquier situación.
A smile in adversity
If you had the opportunity to write the script of your life, would you include those problematic moments, full of pain, economic lack, or the betrayal of someone loved?
Surely we would like to avoid these events; however, there is a reality, pain and adversities are indispensable and are part of life, although sometimes we do not understand their purpose. Humanly it seems illogical that, during trials, we can have joy.
James 1:2-4 tells us, “Beloved when you face any kind of trouble, consider it a time to rejoice greatly because you know that whenever faith is tested, steadfastness has a chance to develop. So let it grow, for once your constancy is fully developed, you will be perfect and complete, and you will lack nothing.”
I don’t know how complicated a situation you may be experiencing today, but have you ever wondered in what areas of your life God are testing your faith? Sometimes, we stop praying during a problem, don’t seek His direction, or don’t trust in His provision.
God does not want you to measure the problem according to your strengths and abilities. He wants to teach you absolute dependence on him.
The purpose of adversity is not to destroy you but to make us grow in faith, constancy, and perfection. So, rejoice, God continues to work in you because he loves you and has promised that, although in this world we have afflictions, we must trust because he has given us the victory, promising to be with us every day until the end.
Don’t stop praying, believing, trusting. God is more significant than any problem you are going through. So today is a good day to face adversity with a smile; it is time for your lament to be changed to dance and for your mouth to flow praise directed towards the one who has the power to change any situation.