Sin duda nos encontramos en uno de los momentos culminantes del año en cuanto a tradiciones familiares se refiere. En esta ocasión los aprendizajes y experiencias vividas por cada uno de los miembros de nuestro círculo nos llevarán a nuevas reflexiones.
Este es el momento de estar más cerca emocionalmente y separados físicamente, pues hay que recordar que las restricciones de la contingencia sanitaria por Covid-19 nos indican que las reuniones deben ser de seis personas como máximo.
Este año hemos aprendido a usar los dispositivos electrónicos, el Internet y la comunicación a distancia como medio para ser cercanos con las personas que antes podíamos ver físicamente.
Es un tiempo de una introspección individual, además de colectiva, de analizar nuestro trato mutuo, nuestros sentimientos, lenguaje, roles, valores, capacidades y sueños; de evaluar nuestro proyecto de vida, proteger a los más vulnerables y realizar por fin aquello que hemos aplazado por meses o años.
Es ahora cuando debemos vivir intensamente, sin dejar de adaptarnos a las nuevas condiciones; dejar de pelear contra las circunstancias adversas para nuestro activismo y mantener nuestras buenas costumbres.
Es tiempo de encontrarse a sí mismo y a Cristo, quien es el verdadero motivo para celebrar la Nochebuena, debemos invitarlo de nuevo a ser el centro de nuestras vidas y de nuestras familias, ya sea en esta o en cualquier situación, hoy y siempre.
A Christmas Eve in family
Without a doubt we are in one of the highlights of the year as far as family traditions are concerned. On this occasion the learning and experiences lived by each of the members of our circle will lead us to new reflections.
This is the moment to be closer emotionally and physically separated, because we must remember that the restrictions of the health contingency by Covid-19 indicate that the meetings must be of six people at most.
This year we have learned to use electronic devices, the Internet and distance communication as a means to be close to people we could previously see physically.
It is a time of individual introspection, as well as collective, to analyze our mutual treatment, our feelings, language, roles, values, capacities and dreams; to evaluate our life project, to protect the most vulnerable and to finally realize what we have postponed for months or years.
It is now when we must live intensely, without ceasing to adapt to new conditions; stop fighting against the adverse circumstances for our activism and maintain our good habits.
It is time to find ourselves and Christ, who is the real reason to celebrate Christmas Eve. We must invite him again to be the center of our lives and our families, whether in this or any situation, today and forever.