No hay mejor terapia que una genuina empatía que muestre el amor a quien está padeciendo una crisis emocional
Si bien el suicidio es un acto voluntario, es también previsible, y se puede advertir cuando los que rodean a las personas que están analizando la posibilidad de quitarse la vida, están preparados y han adquirido o estudiado determinadas técnicas.
En un porcentaje alto los casos que se están presentando son por enfermedades mentales y emocionales que no son atendidas por entidades públicas o privadas y pueden detectar la depresión, la ansiedad y otras patologías de la mente.
Existen muchos mitos entorno al suicidio, por eso es tan difícil su atención preventiva. Es la segunda causa de muerte en los jóvenes entre 18 y 25 años de edad en México; la primera son los accidentes. Después de la pandemia el número de suicidios aumentó alarmantemente.
¿Cómo puede la sociedad atender a un potencial suicida cuando vivimos entre prejuicios morales y religiosos tan superfluos?
Por ejemplo, la iglesia cristiana considera que todos los que suicidan van al infierno; la sociedad les llama cobardes y la ciencia se revuelca entre muchas interpretaciones de acuerdo a la disciplina que estudia el problema social y mental.
Para poder detectar a un presunto suicida, ayudarlos solidariamente y conducirlo a una mejor condición de vida, se requiere de una estrategia donde se analice el problema emocional y mental que lo está ocasionando, preparar una terapia con psicoterapeutas realmente preparados.
Está comprobado que los consejos simplistas y las terapias psicológicas que carecen de seguimiento y atención espiritual no logran el objetivo deseado.
En México se utilizan infinidad de fármacos que son recetados por médicos generales y los pocos especialistas que atienden la salud mental y a los que se les da un valor casi mágico, pero que en realidad no logran el objetivo de llevar a la “normalidad” a las personas enfermas. Lo más notable de los medicamentos es que sustraen a los pacientes de su realidad.
No hay mejor terapia que una genuina solidaridad social y familiar, una empatía que muestre el amor a quien está padeciendo una crisis emocional, patológica o por duelo. Aquí es donde entran en acción los que viven una verdadera fe cristiana e interviene también la tanatología que podrán detectar el origen del deseo de la persona que ya no quiere vivir esta vida. No hay fórmulas mágicas para lograr la desafiante misión de tener éxito con los potenciales suicidas, pero si hay una alternativa y se llama Jesucristo, además de terapias científicamente comprobadas.
Solidarity in the face of suicide
There is no better therapy than genuine empathy that shows love to someone who is suffering an emotional crisis
Although suicide is a voluntary act, it is also foreseeable, and it can be noticed when those who surround people who are analyzing the possibility of taking their own lives are prepared and have acquired or studied specific techniques.
A high percentage of the cases being presented are due to mental and emotional illnesses not attended by public or private entities and can detect depression, anxiety, and other pathologies of the mind.
There are many myths surrounding suicide, which is why it is so difficult to prevent it. It is the second cause of death in people between 18 and 25 in Mexico; the first is accidents. After the pandemic, the number of suicides increased alarmingly.
How can society care for a potential suicide when we live among such superfluous moral and religious prejudices?
For example, the Christian church considers that all those who commit suicide go to hell; society calls them cowards, and science wallows in many interpretations according to the discipline that studies social and mental problems.
To detect a presumed suicidal person, help them in solidarity, and lead them to a better life condition, a strategy is required where the emotional and mental problem that is causing it is analyzed, preparing a therapy with really trained psychotherapists.
It has been proven that simplistic advice and psychological therapies that lack follow-up and spiritual attention do not achieve the desired objective.
In Mexico, there is an infinity of drugs prescribed by general practitioners and the few specialists who attend to mental health and are given an almost magical value. Still, they do not achieve the objective of bringing sick people to “normality.” What is most remarkable about medication is that it removes patients from their existence.
There is no better therapy than genuine social and family solidarity, an empathy that shows love to those suffering an emotional, pathological, or bereavement crisis. This is where those who live an authentic Christian faith come into action, and thanatology also intervenes and can detect the origin of the desire of the person who no longer wants to live this life. There are no magic formulas to achieve the challenging mission of succeeding with potential suicides. Still, there is an alternative, and it is called Jesus Christ, in addition to scientifically proven therapies.