Soledad y su hija Betel continúan con el legado del pastor Josué López, quien hace 58 años decidió dar hogar y educación a niños vulnerables de Ciudad Juárez
La madrugada del 30 de noviembre de 2020, un voraz incendio de poco más de seis horas acabó con las instalaciones del albergue para menores Emmanuel, afectando así 58 años de trabajo en beneficio de las niñas y niños en condición vulnerable de Ciudad Juárez.
Sin embargo, ni el fuego ni la falta de recursos económicos vencieron a Soledad Gutiérrez y a su hija Betel López, quienes, en compañía de voluntarios, trabajadores del lugar, familia y el resto de la comunidad, renacieron de las cenizas para seguir con la misión que su esposo y padre, respectivamente, fundaran en el año de 1963.
Casi seis décadas
Es Betel López quien cuenta a Visionarias la historia de transformación que ella y su madre han decidido continuar tras la muerte del pastor Josué López, patriarca de la familia que a principio de los 60 se unió a un misionero americano para ayudar a los niños que andaban en la calle, en el área de la colonia López Mateos.
En esa época, los menores permanecían solos mientras sus padres trabajaban, por lo que ya existía un pequeño grupo de hermanos que los auxiliaban, sin embargo, Josué quería hacerlo de manera formal y no dudó en comenzar a visitar varias iglesias de México y Estados Unidos con la única misión de conseguir ayuda para construir el albergue y la escuela.
“Él hizo un gran trabajo tanto con nosotros sus hijos, su familia, como las generaciones que el Señor le dio oportunidad de educar”, comenta Betel, quien contestaba a las preguntas, mientras su madre alistaba maletas para un viaje en el que ayudarían a pequeños de otras comunidades, antes de Navidad.
Children’s Home
Actualmente, la casa hogar para niños Emmanuel da alojamiento a entre 85 y 95 infantes de 3 a 12 años de edad con familias en situación vulnerable o en circunstancias de violencia de cualquier tipo.
Aquí se les provee de −además de techo− comida, atención médica y dental, así como educación básica, atención emocional y por su puesto espiritual.
También, les ofrecen clases desde prekínder hasta primaria, y en la iglesia pueden tomar cursos de escuela para padres, finanzas y de salud mental. Sin dejar de mencionar los talleres de música, arte, hip hop, ballet, estudio bíblico, lectura, tutorías y a veces hasta de cocina.
“Creemos firmemente que la respuesta es Dios, que él es el que transforma las vidas… este lugar es usado como una puerta donde los niños vienen y nosotros les enseñamos sobre Jesucristo, presentamos el mensaje de salvación a los diferentes niveles de acuerdo con su edad”, asegura la orgullosa hija de Soledad.
Una vida transformada
Aunque madre e hija sabían del trabajo que era poder proteger y ayudar a estos niños, tras la muerte del pastor Josué, fue que ellas, juntas, confirmaron el poder de Dios en la transformación de cada uno de ellos.
“Nosotros podemos ver cómo el Señor salva sus vidas, salva sus familias, sus familias son transformadas, sus situaciones cambian y años después ellos pueden regresar a un entorno más saludable para continuar con sus vidas”, asegura esta mujer visionaria.
En este espacio, dice, los niños se convierten en hombres y mujeres de Dios que han decidido seguir y crear a sus familias en el conocimiento del Señor; Betel cuenta que muchos de los que a su padre le tocó ayudar ahora son empresarios, doctores, enfermeras, gerentes y otras profesiones, y que regresan con sus hijos para que vean el lugar donde crecieron, para que vean por qué ellos creen en Dios y por qué ahora son buenos cristianos, situación que a las dos mujeres les hace sentir orgullosas y dispuestas a seguir trabajando por el bien de la niñez de Juárez, por la que siempre piden oraciones.
Para ayudar en la reconstrucción o el mantenimiento de los menores puede ponerse en contacto a través de:
- Teléfono: 656-615-1137, de lunes a viernes de 9:00 de la mañana a 5:00 de la tarde.
- Facebook: Emmanuel Children’s Home Juárez
- Web: www.emmanueljuarez.org
- Mail: betel@emmanueljuarez.org
- contacto@emmanueljuarez.org
Rising from the ashes
Soledad and her daughter Betel continue the legacy of Pastor Josué López, who 58 years ago decided to give a home and education to vulnerable children in Ciudad Juárez
In the early morning of November 30, 2020, a voracious fire that lasted a little more than six hours destroyed the facilities of the Emmanuel shelter for minors, affecting 58 years of work for the benefit of vulnerable children in Ciudad Juarez.
However, neither the fire nor the lack of economic resources defeated Soledad Gutiérrez and her daughter Betel López. Together with volunteers, workers, family and the rest of the community, they rose from the ashes to continue with the mission that her husband and father, respectively, founded in 1963.
Almost six decades
It is Betel López who tells Visionarias the story of transformation that she and her mother have decided to continue after the death of Pastor Josué López, patriarch of the family who, in the early ’60s, joined an American missionary to help the children who were roaming the streets in the area of the López Mateos neighborhood.
At that time, the minors remained alone while their parents worked, so there was already a small group of brothers who helped them; however, Josué wanted to do it formally and did not hesitate to start visiting several churches in Mexico and the United States with the sole mission of getting help to build the shelter and the school.
“He did a great job with us, his children, his family and the generations that the Lord allowed him to educate,” says Betel, who answered questions. At the same time, his mother packed her bags for a trip to help children in other communities before Christmas.
Children’s Home
The Emmanuel Children’s Home currently houses between 85 and 95 children between the ages of 3 and 12 with families in vulnerable situations or circumstances of violence.
In addition to shelter, they are provided with food, medical and dental care, primary education, and emotional and spiritual care.
They are also offered classes from kindergarten through elementary school, and at the church, they can take courses in parenting, finances and mental health. Not to mention workshops in music, art, hip hop, ballet, Bible study, reading, tutoring and sometimes even cooking.
“We firmly believe that the answer is God, that he is the one who transforms lives… this place is used as a door where children come, and we teach them about Jesus Christ, we present the message of salvation at different levels according to their age,” assures Soledad’s proud daughter.
A transformed life
Although mother and daughter knew the work it was to protect and help these children, after the death of Pastor Josué, it was that together they confirmed the power of God in the transformation of each one of them.
“We can see how the Lord saves their lives, saves their families, their families are transformed, their situations change, and years later they can return to a healthier environment to continue with their lives,” says this visionary woman.
In this space, she says, the children become men and women of God who have decided to follow and create their families in the knowledge of the Lord; Betel says that many of those that her father helped are now people in business, doctors, nurses, managers and other professions and that they return with their children to see the place where they grew up, to see why they believe in God and why they are now good Christians. This situation makes the two women feel proud and willing to continue working for the good of the children of Juarez, for whom they always ask for prayers.
To help in the rebuilding or maintenance of the minors, you can contact them through:
- Phone: 656-615-1137, Monday through Friday from 9:00 a.m. to 5:00 p.m.
- Facebook: Emmanuel Children’s Home Juárez
- Web: www.emmanueljuarez.org
- Mail: betel@emmanueljuarez.org
- contacto@emmanueljuarez.org