Tener metas individuales es bueno, pero tenerlas en familia es mucho mejor
Soy de las personas que disfruta los nuevos inicios, los cambios y empezar proyectos; mi día favorito de la semana es el lunes y mi mes favorito es enero.
La oportunidad de proyectarte hacia lo que desconoces, te hace necesariamente aplicar la fe en todos sus sentidos, pero también ser constante y perseverante en lo que te propones.
Al iniciar un nuevo año, es común que cada una tenga propósitos, algunos de ellos los alcanzamos, otros no, todo depende que tan enfocada y disciplinada seas para llevarlos a cabo, sin embargo, en este sentido la Palabra de Dios me enseñó un principio que ha sido de mucho valor para mí, el cual está en Eclesiastés 4:9-12 y dice: Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante. También si dos durmieren juntos, se calentarán mutuamente; mas ¿cómo se calentará uno solo? Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto.
Lo anterior nos dice que tener propósitos individuales es bueno, pero tenerlos en familia es mucho mejor, pues la familia es un tesoro muy valioso que necesitamos disfrutar y aprovechar del potencial que hay en cada uno de sus integrantes.
La familia crece cuando se va más allá de la convivencia y lo rutinario del día a día, por lo que debemos aprender a planear en familia y proyectarnos en lo que vamos a lograr en el nuevo año, y para lograrlo te voy a regalar estos consejos:
1. Escucha a cada miembro, no importa que tan pequeño sea o tan mayor, cada uno es importante y debe ser tomado en cuenta.
2. Establece propósitos a corto plazo, esto permite que al lograrlos, la familia junta pueda disfrutar de pequeñas victorias que los sigan motivando a alcanzar las de mayor plazo.
3. Aprendamos a acompañarnos en el proceso, no sólo es llegar a la meta, también hay que disfrutar del camino.
4. Celebren juntos las victorias, hagan algo memorable, donde puedan reconocer el esfuerzo de cada uno.
Esto aplica para cualquier propósito, sea económico, viajes, hábitos espirituales, cambios alimenticios.
Sean pequeños o grandes, háganlo juntos, pues la recompensa será mucho mejor.
Family resolutions
Having individual goals is good, but having them as a family is even better
I enjoy new beginnings, changes and starting projects; my favorite day of the week is Monday, and my favorite month is January.
The opportunity to project yourself into what you do not know makes you apply faith in all its senses and be constant and perseverant in what you propose.
On a new year, it is typical to have resolutions; some of them we achieve, others not; it all depends on how focused and disciplined you are.
In this sense, the Word of God taught me a principle of great value: Ecclesiastes 4:9-12 and says: Two are better than one; for they have a better reward for their labor. For if they fall, the one shall lift his fellow; but woe to him that falls alone, when he falls, there shall not be a second to raise him. And if two sleep together, they shall keep each other warm, but how can one keep warm alone? And if a man prevails against one, two shall withstand him; and a cord of three folds is not quickly broken.
The above tells us that having individual purposes is good, but having them as a family is much better because the family is a valuable treasure that we need to enjoy and take advantage of the potential in each of its members.
The family grows when it goes beyond coexistence and the routine of everyday life, so we must learn to plan as a family and project what we will achieve in the new year, and to achieve this, I am going to give you these tips:
1. Listen to each member; no matter how small or old they are, each one is important and must be considered.
2. Establish short-term resolutions; this allows the family to achieve them together and enjoy small victories that keep motivating them to achieve the longer-term ones.
3. Let’s learn to accompany each other in the process; it is not only about reaching the goal; we must also enjoy the journey.
4. Celebrate victories together, do something memorable where you can recognize each other’s efforts.
This applies to any purpose, economical, travel, spiritual habits, or dietary changes.
Do it together, whether small or large, because the reward will be much better.