Desde hace 32 años, Lulu Sotelo es parte del gremio del transporte, al cual pertenece desde la cuna
Nacida en Parral, Chihuahua, en el seno de una familia de transportistas, desde muy temprana edad María de Lourdes decidió que también entraría al ramo que le ha dado a los Sotelo un lugar importante dentro de la industria chihuahuense.
Para lograr su cometido, Lourdes siempre ha contado con el apoyo de sus hermanos, así como del ejemplo de su padre, quienes nunca le pusieron trabas para adentrarse en el mundo de los camiones y el diésel, al que pertenece de manera formal desde hace 32 años.
“Nací en una familia de transportistas… Fue un legado que dejó mi papá en mi vida, me siento muy orgullosa de este ramo, yo creo que no me vería haciendo otra cosa”, dice nuestra entrevistada, quien ahora, con 58 años recién cumplidos, establece su propia compañía, Transportes Losmar S.A. de C.V.
Lo anterior, la decisión más importante que ha tomado profesionalmente hablando y de la cual ha aprendido demasiado en sólo 6 meses. “Ha sido para mí un reto, pero cada día me enseña a ver de qué estoy hecha”, nos cuenta.
Madre de tiempo completo
Pero los camiones y el transporte no lo ha sido todo para Lourdes, pues el verdadero motor de su vida son sus tres hijos: Sergio, Cassandra y Monserrat, a quienes sacó adelante sola y por los cuales se mantuvo siempre en la búsqueda de nuevas oportunidades.
“Para mí lo más difícil era dejar a mis hijos solos… sí ambicionaba hacer más, pero a la vez siempre Dios estaba conmigo y me bendecía para yo llevar una vida estable y darles a mis hijos estudio, todo lo que necesitaran”, nos dice la mujer que nunca permitió rendirse.
De la mano de Dios
Combinar la familia con lo profesional no ha sido difícil, pero sin duda esta mujer visionaria ha sabido manejar todas sus etapas y roles, tomada siempre de la mano de nuestro Señor.
Nos cuenta que le ha tocado pasar por momentos muy difíciles, pero Jesucristo jamás la ha dejado, “yo siento que soy lo que soy gracias a Dios”, asegura y agrega, con una sonrisa en su rostro, no esforzarse tanto, pues todo lo deja en manos del creador, quien la ha llevado por el camino adecuado.
“Yo no me he esforzado tanto, yo nada más digo aquí estoy y la verdad, la verdad, sólo es Dios en mi vida que está actuando… Yo siempre digo que soy el chiple de Dios, porque no tengo que esforzarme tanto para que me bendiga”.
El hermano mayor
Además de Dios, su esfuerzo y su talento para los negocios, María de Lourdes cuenta con el apoyo de su hermano mayor, a quien califica de un hombre sabio y generoso.
“Mi hermano Manuel siempre ha creído en mí, siempre me ha impulsado, no me da las cosas fáciles, me impulsa a hacerlas”.
Continúa, “el hecho de que mi hermano mayor crea en mí y siempre me apoye, yo creo que es la más grande bendición, él ha sido el pilar más grande en mi vida, la persona que más ha creído en mí y me apoya… siempre está”, menciona visiblemente emocionada.
Al mismo tiempo recuerda sus inicios cuando compró una camioneta que era propiedad de su padre a otro de sus hermanos y con ella se fue abriendo camino dentro de la industria maquiladora, que al final de cuentas la obligó a comprar otras tres camionetas para poder cumplir con los servicios que ofrecía, lo que también le hizo aprender a manejar tráileres y trocas.
Ser mujer no es una limitante
Para una mujer que siempre enfrenta los retos de la mano de Dios, el consejo más importante que puede dar a la comunidad visionaria es tomarse de la mano de él, ser persistentes y siempre poner a la familia primero, no importa lo que eso traiga por consecuencia.
“Cuando crees en Dios ciegamente, no te desgastas, él está siempre ahí”, finaliza.
I never go alone; I always go hand in hand with God.
For 32 years, Lulu Sotelo has been part of the transport union, to which she has belonged since the cradle
Born in Parral, Chihuahua, into a family of transportation workers, María de Lourdes decided at a very early age that she would also enter the industry that has given the Sotelo family an essential place in the Chihuahua industry.
To achieve her goal, Lourdes has always counted on the support of her siblings, as well as the example of her father, who never put obstacles in her way to entering the world of trucks and diesel, to which she has formally belonged for 32 years.
“I was born into a family of truckers… It was a legacy that my father left in my life; I feel very proud of this industry; I don’t think I could see myself doing anything else”, says our interviewee, who now, at the age of 58, has established her own company, Transportes Losmar S.A. de C.V.
The above is the most important decision she has made professionally speaking, from which she has learned too much in just six months. “It has been a challenge for me, but every day teaches me to see what I am made of,” she says.
Full-time mother
But trucks and transportation have not been everything for Lourdes because the real engine of her life are her three children: Sergio, Cassandra and Monserrat, whom she raised alone and for whom she always looked for new opportunities.
“For me, the hardest thing was to leave my children alone… I did have ambitions to do more, but at the same time, God was always with me and blessed me to lead a stable life and give my children everything they needed to study,” says the woman who never allowed herself to give up.
Hand in hand with God
Combining family and professional life has not been difficult. Still, this visionary woman has undoubtedly known how to manage all her stages and roles, always holding the hand of our Lord.
She tells us that she has had to go through tough times, but Jesus Christ has never left her, “I feel that I am what I am thanks to God,” she says and adds, with a smile on her face, not to try so hard, because she leaves everything in the hands of the creator, who has led her on the right path.
“I have not tried so hard; I just say here I am and the truth, only God in my life is acting… I always say that I am God’s spoiled girl because I don’t have to try so hard for him to bless me”.
The big brother
In addition to God, her effort and her talent for business, María de Lourdes has the support of her older brother, whom she describes as a wise and generous man.
“My brother Manuel has always believed in me; he has always pushed me; he doesn’t give me the easy things; he pushes me to do them.”
She continues, “the fact that my older brother believes in me and always supports me, I think it is the greatest blessing; he has been the biggest pillar in my life, the person who has believed in me the most and supports me… he is always there”, she mentions visibly excited.
At the same time, she recalls her beginnings when she bought a truck that belonged to her father from another of her brothers and with it, she made her way in the maquiladora industry, which in the end forced her to buy three other trucks to be able to fulfill the services she offered, which also made her learn to drive trailers and trucks.
Being a woman is not a limitation
For a woman who always faces challenges hand in hand with God, the most important advice she can give to the visionary community is to hold hands with him, be persistent and always put family first, no matter what that brings as a consequence.
“When you believe in God blindly, you don’t wear yourself out. He is always there,” she finishes.