(Round 2021)
“No tires la toalla”, es una frase muy común y figurativa que he escuchado e inclusive he dicho en varias ocasiones.
Por ahí leí que “la toalla” según donde la colocas tiene su significado, por ejemplo: si la pones en tu cuello, sobre la garganta antes de comer, es que estás lista para que te sirvan, si la pones en tu antebrazo, como los meseros, estás lista para servir, si la usas para secar los pies de alguien, estás sirviendo con humildad, pero si tomas la toalla y la tiras, significa que te estás rindiendo.
Esta última expresión tiene origen en el boxeo, cuando uno de los contrincantes ya no puede seguir más en la pelea y no se encuentra en condición física para continuar, el entrenador tiene la opción de lanzar dentro del ring una toalla y al caer al suelo es símbolo de que quiere parar la pelea y así evitar más daño físico en el boxeador.
En nosotras, “ya tiró la toalla” significa que nos rendimos, que no queremos seguir y en muchas ocasiones ni siquiera intentar seguir adelante.
Como mujeres quisiéramos hacer esto cuando llegan momentos de cansancio, y más en estos días en que la mayor parte del tiempo estamos en casa, donde parece que no avanzamos porque el trabajo se ha multiplicado. Nos sentimos tensas, abrumadas y en ocasiones solas, llenas de responsabilidades, por lo que quisiéramos gritar ya no puedo más, “quiero tirar la toalla”.
Cuando esto pase, respira profundamente, eleva una oración a Jesucristo pidiendo de su ayuda y fortaleza, y “no tires la toalla”, no te rindas, piensa que ya terminó el round 2020.
No estás sola, Jesucristo tu entrenador por excelencia está contigo, lee su palabra que es la Biblia, en ella encontrarás descanso a tu alma para poder continuar, él te dará la victoria en este nuevo asalto.
Hoy más que nunca el mundo necesita mujeres valientes y esforzadas como tú y como yo, que en lugar de tirar la toalla la tomen para secar sus lágrimas y el sudor de su cansancio, la coloquen en su antebrazo y continúen sirviendo con amor y humildad no sólo a los suyos, sino a esta sociedad que necesita saber y sentir del verdadero amor de Dios a través de tu vida y servicio.
Jesús dijo: Venid a mí todos los que están trabajados y cargados y él nos hará descansar.
(Mateo 11:28)
Don’t throw in the towel
(Round 2021)
“Don’t throw in the towel”, is a very common and figurative phrase that I have heard and even said on several occasions.
I read that “the towel” has its meaning depending on where you put it, for example: if you put it on your neck, over your throat before eating, you are ready to be served, if you put it on your forearm, like the waiters, you are ready to serve, if you use it to dry someone’s feet, you are serving with humility, but if you take the towel and throw it away, it means you are giving up.
This last expression has its origin in boxing, when one of the opponents can no longer continue in the fight and is not in physical condition to continue, the trainer has the option of throwing a towel into the ring and when it falls to the ground it’s a symbol that he wants to stop the fight and thus avoid further physical damage to the boxer.
In us, “he’s already thrown in the towel” means that we give up, that we don’t want to continue and in many cases not even try to go on.
As women we would like to do this when moments of fatigue arrive, and in these days when we are mostly at home, where it seems that we don’t move forward because the work has multiplied. We feel tense, overwhelmed and sometimes alone, full of responsibilities, so we would like to cry out, “I want to throw in the towel”.
When this happens, take a deep breath, raise a prayer to Jesus Christ asking for his help and strength, and “don’t throw in the towel”, don’t give up, think that round 2020 is over.
You are not alone, Jesus Christ your coach par excellence is with you, read his word which is the Bible, in it you will find rest to your soul to continue, he will give you the victory in this new round.
Today, more than ever, the world needs brave and hard-working women like you and me, who instead of throwing in the towel, take it to dry their tears and the sweat of their fatigue, place it on their forearms and continue to serve with love and humility not only their own, but this society that needs to know and feel the true love of God through your life and service.
Jesus said: Come to me, all you who are weary and burdened, and I will give you rest.
(Matthew 11:28)