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No te enredes en las redes

Las redes sociales se han convertido en parte de nuestra interacción diaria, aún más en este último año en el que tuvimos menos oportunidades de reunirnos en persona.

En estas plataformas podemos celebrar las alegrías de la vida, compartir lo bueno que nos sucede, mostrar apoyo a otros cuando pasan por momentos difíciles y sumarnos a causas que unen a las personas. Sin embargo, esas mismas redes también pueden usarse para mostrar algo que realmente no somos, para hablar mal de otros, difundir información errónea y noticias falsas, incitar a la ira, la enemistad y crear división.

Es importante aprender a navegar el mundo de las redes sociales con sabiduría, cautela y mostrando amor al prójimo.

Como cristianos la manera en que nos comportamos en las redes sociales debe ser congruente con lo que decimos creer e igual de importante que el comportamiento que tenemos con otros cara a cara. Si no nos atrevemos a opinar o mostrar en persona lo mismo que a través de una pantalla, es una señal de alarma. Los mandamientos que Dios nos ha dado aplican en todos los formatos.

Así que, al momento de publicar contenido, seguir a alguien u opinar sobre algún tema en redes sociales recordemos estos 5 puntos:

1. Quien está detrás de la pantalla leyendo también es otra persona, es nuestro prójimo, así que “Ama a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:39)

2. Dios nos conoce tal cual somos, nuestra identidad y valor están en él, no en los likes o seguidores que podamos tener.

3. Dios nos llama a ser humildes en un mundo narcisista y pacificadores en un mundo polarizado.

“No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos… Háganlo todo sin quejas ni contiendas, para que sean intachables y puros, hijos de Dios sin culpa en medio de una generación torcida y depravada. En ella ustedes brillan como estrellas en el firmamento” (Filipenses 2:3, 14-15)

4. Pensemos en cómo servir a otros a través de lo que publicamos. Preguntémonos si lo que estamos a punto de postear es verdadero, es de ayuda o inspiración para otros, es necesario, es amable o le da gloria a Dios. 

“En conclusión, ya sea que coman o beban o hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios” (1 Corintios 10:31)

5. Las redes sociales sólo revelan lo que hay en nuestro corazón. Somos lo que posteamos, seguimos y opinamos. Que nuestros perfiles y muros muestren el fruto del espíritu y no de la carne.

“Las obras de la naturaleza pecaminosa se conocen bien: inmoralidad sexual, impureza y libertinaje;idolatría y brujería; odio, discordia, celos, arrebatos de ira, rivalidades, disensiones, sectarismos y envidia; borracheras, orgías, y otras cosas parecidas. Les advierto ahora, como antes lo hice, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas” (Gálatas 5:19-23)

Don’t get tangled up in the networks

Social networks have become part of our daily interaction, even more in this last year when we had fewer opportunities to meet in person.

On these platforms we can celebrate the joys of life, share the good things that happen to us, show support for others when they go through difficult times and join causes that bring people together. However, these same networks can also be used to show something we really are not, to speak bad of others, spread misinformation and fake news, incite anger, enmity and create division.

It’s important to learn to navigate the world of social media with wisdom, caution and showing love for our neighbor.

As Christians the way we behave on social media should be congruent with what we say we believe and just as important as the behavior we have with others face to face. If we don’t dare to express our opinion or show in person the same as we do through a screen, it’s a warning sign. The commandments God has given us apply in all formats.

So, when posting content, following someone or giving an opinion on a topic on social networks, let’s remember these 5 points:

1. Whoever is behind the screen reading is also another person, is our neighbor, so “Love your neighbor as yourself” (Matthew 22:39).

2. God knows us as we are, our identity and value are in him, not in the likes or followers we may have.

3. God calls us to be humble in a narcissistic world and peacemakers in a polarized world.

“Do nothing out of selfishness or vanity; rather, in humility regard others as better than yourselves…. Do all things without complaint or strife, so that you may be blameless and pure, blameless children of God in the midst of a crooked and depraved generation. In it you shine like stars in the firmament” (Philippians 2:3, 14-15).

4. Let us think about how to serve others through what we publish. Let us ask ourselves if what we are about to post is true, is it helpful or inspirational to others, is it necessary, is it kind, or does it bring glory to God. 

“In conclusion, whether you eat or drink or whatever you do, do all to the glory of God” (1 Corinthians 10:31).

5. Social media only reveals what is in our heart. We are what we post, follow, and comment on. Let our profiles and walls show the fruit of the spirit and not of the flesh.

“The works of the sinful nature are well known: sexual immorality, impurity, and licentiousness; idolatry and witchcraft; hatred, discord, jealousy, fits of rage, rivalries, dissensions, sectarianism, and envy; drunkenness, orgies, and similar things. I warn you now, as I did before, that those who practice such things will not inherit the kingdom of God. Instead, the fruit of the Spirit is love, joy, peace, patience, kindness, goodness, faithfulness, humility and self-control. There is no law condemning these things” (Galatians 5:19-23).

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