El título de este artículo contiene tres palabras inmensamente importantes: familia, amor y escuela, que juntas otorgan a cada persona algo tan básico, y a la vez primordial e importante, como es el amor.
La familia es en donde se enseña a los niños los valores que como seres humanos necesitamos para relacionarnos con los demás, tales como el respeto, el compromiso, la responsabilidad, la tolerancia, la justicia y el afecto, así como algo tan sublime, delicado, y a su vez tan fuerte que necesita desarrollarse en la persona, que es lo que llamamos amor.
La familia se convierte en ese centro de enseñanza destinada en la formación de los primeros años de vida de un niño, y es en esta etapa donde los padres transmiten el amor, el cual no sólo se aprende de padres a hijos, sino de hijos a padres, pues en ambas partes expresamos abiertamente lo que sentimos los unos por los otros.
La Biblia nos enseña que debemos vestirnos de amor, el vínculo perfecto con Dios, quien sin duda es amor; por eso es que se nos enseñó a amarnos los unos a los otros de manera fraternal, es decir familiar.
Si nosotros enseñamos en el hogar lo que dice la Biblia en Corintios 13:4,5, que “el amor es sufrido, es benigno, no es envidioso, ni jactancioso, no se envanece, no hace nada indebido, no se irrita, no guarda rencor, se goza de la verdad, todo lo sufre, todo lo cree, todo lo soporta y que el amor nunca deja de ser”, se evitarían muchos problemas dentro y fuera del hogar, viviríamos en armonía, seríamos tolerantes, pero sobre todo predominaría el amor en nuestro diario vivir.
Usted y yo podemos recordar en dónde nos enseñaron a amar y creo que coincidiríamos en que fue en el hogar. Sigamos enseñando con el ejemplo, con nuestros actos y palabras que fue la familia nuestra escuela del amor.
My family, my school of love
The title of this article contains three immensely important words: family, love and school, which together give each person something as basic, and at the same time primordial and important, as love.
The family is where children are taught the values that we as human beings need to relate to others, such as respect, commitment, responsibility, tolerance, justice and affection, as well as something so sublime, delicate, and at the same time so strong that needs to be developed in the person, which is what we call love.
The family becomes that teaching center destined in the first years of a child’s life, and it’s in this stage where parents transmit love, which is not only learned from parents to children, but from children to parents, because in both parts we openly express what we feel for each other.
The Bible teaches us that we should clothe ourselves with love, the perfect bond with God, who is undoubtedly love; that is why we were taught to love one another in a brotherly way, that is to say, in a family way.
If we teach at home what the Bible says in Corinthians 13:4,5, that
“Love is patient, love is kind. It does not envy, it does not boast, it is not proud. It does not dishonor others, it is not self-seeking, it is not easily angered, it keeps no record of wrongs, is not provoked, does not bear a grudge, rejoices in the truth, endures all things, believes all things, endures all things, and that love never ceases to be”, we would avoid many problems inside and outside the home, we would live in harmony, be tolerant, but above all love would prevail in our daily life.
You and I can remember where we were taught to love and I think we would agree that it was at home. Let us continue to teach by example, with our actions and words that the family was our school of love.