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Familia

Mi familia es única

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… y cada una es protagonista de una historia digna de ovación

Escuché a alguien decir hace tiempo: “No te compares con nadie, porque quizás terminarás sintiéndote más o menos que esa persona”, pienso que lo mismo aplica para la familia, en el sentido de que cada una es única e irrepetible.

Pensemos por un momento en las individualidades con la que un hombre y una mujer llegan para formar una familia: cultura, educación, sistema de valores y crianza, entre otros, todo se funde, y cómo dice Génesis 2:24: “Por eso el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su mujer, y los dos se funden en un solo ser”, para así dar nacimiento a una nueva familia, única, es decir, que no tiene ni debe permitir la comparación.

Mi familia es única porque así son sus integrantes y cada uno es el protagonista de una gran historia digna de ovación.

Las risas, las anécdotas, los triunfos, los fracasos, las conversaciones, los silencios y los secretos que se integran entre las paredes de la familia es lo que precisamente hace que cada familia sea especial.

Único no significa ideal, no todo siempre es perfecto, pero inclusive la forma en que se resuelven los conflictos forma parte de esa grandiosa singularidad que le da color a tu familia.

Génesis 37;2 nos ilustra el cuadro de una familia única: “está es la historia de la familia de Jacob”. El relato que aquí encontramos nos muestra las victorias y fracasos de una familia escogida por Dios, la cual a pesar de sus imperfecciones alcanza a contemplar la provisión y la misericordia del Señor.

Al final de la historia José, pudo perdonar la traición de sus hermanos entendiendo que todo fue parte del propósito de Dios para preservar a su familia y cumplir su voluntad.

Entonces, ¿cuál es la historia de tu familia? ¿hay capítulos oscuros? ¿tienen personajes difíciles? No te preocupes, recuerda que eres junto a ellos escogido por Dios y toda tu historia familiar es un cuadro donde el pintor es él y no hay ningún detalle que no esté en su control.


My family is unique

…and each one is the protagonist of a story worthy of applause

I heard someone say a long time ago: “Don’t compare yourself to anyone because maybe you will end up feeling more or less than that person.” I think the same applies to the family in that each is unique and unrepeatable.

Let’s think for a moment about the individualities with which a man and a woman come to form a family: culture, education, value system, and upbringing, among others; everything merges, and how Genesis 2:24 says: “Therefore the man leaves his father and mother, and unites himself with his wife, and the two merge into a single being,” to give birth to a new family, unique, that is, one that does not have and should not allow comparison.

My family is unique because that is what its members are like, and each is the protagonist of a great story worthy of applause.

The laughter, the anecdotes, the triumphs, the failures, the conversations, the silences, and the secrets that are integrated within the walls of the family are precisely what makes each family unique.

Unique does not mean ideal; not everything is always perfect, but even how conflicts are resolved is part of that uniqueness that gives color to your family.

Genesis 37 2 illustrates the picture of a unique family: “This is the story of the family of Jacob.” The story we find here shows us the victories and failures of a family chosen by God, which, despite its imperfections, manages to contemplate the provision and mercy of the Lord.

At the end of the story, Joseph could forgive his brother’s betrayal, understanding that it was all part of God’s purpose to preserve his family and fulfill his will.

So, what is your family history? Are there dark chapters? Do they have complex characters? Don’t worry; remember that God chooses you along with them, and your entire family history is a painting where he is the painter, and no detail is not under his control.

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Familia

Navidad, más que un momento, un milagro

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Con alegría y gozo celebremos junto a nuestros seres amados la gracia y misericordia de Dios hacia nosotros

Actualmente, cuando escuchamos la palabra Navidad, vienen a nuestra mente un sinnúmero de pensamientos, ideas y hasta aromas.

Sin embargo, el consumismo ha permeado nuestra cultura y al acercarse esta temporada fácilmente podemos vernos envueltas en diversas prácticas que nada tienen que ver con la celebración.

Intentamos encajar en nuestra sociedad y olvidamos la verdad de esta fecha, minimizándola a sólo un momento, el de compartir un regalo.

La historia

Navidad es una festividad que tomó su nombre hasta la Edad Media. Fue hasta la primera parte del siglo IV, que los cristianos de Roma comenzaron a celebrar el nacimiento de Cristo, una práctica que se extendió rápidamente en el mundo para con ella proclamar la encarnación de Dios.

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su hijo unigénito, para que todo aquel que cree en él, no se pierda, más tenga vida eterna”. -Juan 3:16.

Este es uno de los pasajes bíblicos más conocido alrededor del mundo que puede ilustrar perfectamente el propósito del milagro sucedido en Belén de Judea cuando la segunda persona de la Trinidad, Jesucristo, se encarnó sobrenaturalmente en el seno de una virgen, piadosa y joven mujer, María.

Su concepción fue un suceso único como lo explica Isaías 7:14, un hecho que era necesario que ocurriera para que el plan de reconciliación entre Dios y los seres humanos pudiera llevarse a cabo.

La grandeza de ese nacimiento milagroso no culminó en ese momento, sino que 33 años después, ese pequeño bebé nacido en un establo derramaría su sangre preciosa en la Cruz del Calvario para de esa manera ofrecerse en sacrificio por nuestros pecados y darnos acceso al reino celestial y a la vida eterna.

De manera que cuando nos disponemos a celebrar la Navidad sin duda estamos celebrando que Jesucristo, el hijo de Dios, vino a esta tierra y es quien lo une con el hombre y proporciona salvación como resultado de esa unión. Sin duda es un verdadero milagro.


Christmas, more than a moment, a miracle

With joy and happiness, let us celebrate with our loved ones the grace and mercy of God towards us.

Nowadays, when we hear the word Christmas, countless thoughts, ideas and even aromas come to mind.

However, consumerism has permeated our culture and as this season approaches, we can easily find ourselves involved in various practices that have nothing to do with the celebration.

We try to fit into our society and forget the truth of this date, minimizing it to just a moment, that of sharing a gift.

History

Christmas is a holiday that took its name from the Middle Ages. It was not until the first part of the 4th century that Christians in Rome began to celebrate the birth of Christ, a practice that spread rapidly throughout the world to proclaim the incarnation of God.

“For God so loved the world that he gave his only begotten Son, that whoever believes in him should not perish but have eternal life.” -John 3:16.

This is one of the most well-known biblical passages around the world that can perfectly illustrate the purpose of the miracle that happened in Bethlehem of Judea when the second person of the Trinity, Jesus Christ, was supernaturally incarnated in the womb of a virgin, pious and young woman, Mary.

His conception was a unique event as explained in Isaiah 7:14, an event that needed to happen so that the plan of reconciliation between God and human beings could be carried out.

The greatness of that miraculous birth did not end at that moment, but 33 years later, that little baby born in a stable would shed his precious blood on the Cross of Calvary to offer himself as a sacrifice for our sins and give us access to the heavenly kingdom and eternal life.

So, when we prepare to celebrate Christmas, we are undoubtedly celebrating that Jesus Christ, the son of God, came to this earth and is the one who unites God with man and provides salvation as a result of that union. It is certainly a true miracle.

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Familia

La gratitud transforma a nuestra familia

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Al reconocer nuestras bendiciones, experimentamos contentamiento y satisfacción, y qué mejor que hacerlo en comunión

El 2024 se acerca rápidamente a su fin, y en esta época en la que muchos celebran el Día de Acción de Gracias, es un buen momento para detenernos y reflexionar sobre aquello por lo que estamos agradecidos. Más allá de ser una simple tradición, la gratitud tiene beneficios profundos que impactan tanto en nuestra vida personal como en nuestro hogar.

La gratitud nos ayuda a crear un ambiente de paz en el hogar. Filipenses 4:6-7 nos anima: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”. Cuando agradecemos en familia, invitamos la paz de Dios a reinar en nuestro hogar y proporcionamos a nuestros hijos una base sólida para enfrentar las dificultades con fe y confianza en él.

Además, la gratitud transforma nuestra perspectiva, nos enseña a enfocarnos en lo que tenemos, en lugar de preocuparnos por lo que nos falta.

En un mundo en el que parece que todos tienen una vida mejor que la nuestra, es importante darnos cuenta de que la realidad no siempre es así, todos enfrentamos tiempos buenos y malos. Estar agradecidos en todo momento tal vez no cambie nuestras circunstancias, pero sí cambia nuestra actitud y la manera en que enfrentamos cada situación.

Cuando agradecemos a Dios, incluso en tiempos difíciles, estamos reconociendo su fidelidad y provisión constante, como nos recuerda 1 Tesalonicenses 5:18: “Dad gracias en todo…”. Este versículo nos enseña que debemos ser agradecidos no sólo cuando las cosas van bien, sino también en medio de las pruebas y desafíos de la vida.

A través de la gratitud, aprendemos a valorar lo que hemos recibido y a confiar en que Dios tiene un propósito en cada circunstancia, esto nos llena de paz y nos permite enfrentar la vida con esperanza, en lugar de con desánimo por lo que nos falta.

Al reconocer nuestras bendiciones, experimentamos contentamiento y satisfacción, evitando así caer en la trampa del descontento y la envidia. La gratitud nos llena de alegría por lo que ya tenemos, permitiéndonos vivir con mayor gozo y plenitud.

Agradezcamos, especialmente al compartir en familia, el simple hecho de estar juntos. A veces no valoramos lo suficiente el levantarnos cada día, respirar, tener vida y salud. Si además tienes a tus seres queridos para compartir esos momentos, no pierdas la oportunidad de expresar tu gratitud por cada uno de ellos, transmitiendo unos a otros el poder transformador de un corazón agradecido.


Gratitude transforms our family

By recognizing our blessings, we experience contentment and satisfaction, and what better way to do so than in communion.

2024 is quickly ending, and as many celebrate Thanksgiving, it’s a good time to stop and reflect on what we’re thankful for. Beyond being a simple tradition, gratitude has profound benefits that impact both our personal lives and our homes.

Gratitude helps us create an environment of peace at home. Philippians 4:6-7 encourages us: “Do not be anxious about anything, but in everything, by prayer and supplication, with thanksgiving, present your requests to God. And the peace of God, which surpasses all understanding, will guard your hearts and your minds in Christ Jesus.” When we give thanks as a family, we invite God’s peace to reign in our homes and provide our children with a solid foundation to face difficulties with faith and trust in Him.

Gratitude also transforms our perspective, teaching us to focus on what we have, instead of worrying about what we lack.

In a world where it seems like everyone has a better life than us, it is important to realize that reality is not always like that, we all face good and bad times. Being grateful always may not change our circumstances, but it does change our attitude and the way we face each situation.

When we thank God, even in difficult times, we are acknowledging His faithfulness and constant provision, as 1 Thessalonians 5:18 reminds us: “Give thanks in all circumstances…” This verse teaches us that we should be grateful not only when things are going well, but also during life’s trials and challenges.

Through gratitude, we learn to value what we have received and to trust that God has a purpose in every circumstance. This fills us with peace and allows us to face life with hope, instead of discouragement for what we lack.

By recognizing our blessings, we experience contentment and satisfaction, thus avoiding falling into the trap of discontent and envy. Gratitude fills us with joy for what we already have, allowing us to live with greater joy and fulfillment.

Let us be grateful, especially when sharing with family, for the simple fact of being together. Sometimes we do not value enough getting up every day, breathing, having life and health. If you also have your loved ones to share those moments with, do not miss the opportunity to express your gratitude for each one of them, transmitting to each other the transforming power of a grateful heart.

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Familia

Estamos ‘conectados’

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¿Cómo equilibrar la tecnología y la vida familiar?

La tecnología nos cambió la manera de ver y vivir el mundo. Gracias a ese avance podemos estar “conectados” a pesar de las distancias, compartir noticias de interés y mejorar la calidad de vida de las personas.

Sacarle provecho a la tecnología es un gran reto para todos y aunque los expertos han puesto sobre la mesa las oportunidades que nos brinda, no hay que desconocer los riesgos de su uso excesivo y los comportamientos que llevan a la dependencia.

Algunas de esas adicciones provienen del sobreúso de las tecnologías que alientan –a través de computadoras y teléfonos inteligentes– las adicciones. Por citar algunas: la ciberadicción, la ludopatía (adictos a apostar en casinos virtuales), la excesiva dependencia de los ciberjuegos, la pornografía y las redes sociales.

Es importante que hagamos saber a nuestros hijos los beneficios y riesgos del uso excesivo e irresponsable de ésta. Si nuestros niños y jóvenes, son conscientes, ellos mismos pueden asumir con responsabilidad el uso que realizan de la tecnología con nuestra supervisión y acompañamiento.

Como todo proceso de aprendizaje, la mejor forma de hacerlo es a través del ejemplo, si los padres y madres de familia quieren fomentar un uso responsable y seguro, deben dar ejemplo para que los niños observen que sus padres no están inmersos en la tecnología y es posible interactuar con ellos en el momento que lo requieran.


We are ‘connected’

How to balance technology and family life?

Technology has changed the way we see and experience the world. Thanks to this advancement, we can stay “connected” despite the distances, share interesting news and improve people’s quality of life.

Taking advantage of technology is a great challenge for everyone and although experts have highlighted the opportunities it offers us, we must not ignore the risks of excessive use and the behaviors that lead to dependency.

Some of these addictions come from the overuse of technologies that encourage addictions – through computers and smartphones. To name a few: cyber addiction, gambling addiction (addicted to gambling in virtual casinos), excessive dependence on cyber games, pornography and social networks.

It is important that we make our children aware of the benefits and risks of excessive and irresponsible use of technology. If our children and young people are aware, they themselves can assume responsibility for their use of technology with our supervision and support.

As with any learning process, the best way to do it is by example. If parents want to encourage responsible and safe use, they must set an example so that children see that their parents are not immersed in technology and that it is possible to interact with them whenever they need to.

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