Martha Gardea, sobreviviente de cáncer de mama y ejemplo para otras mujeres que atraviesan por la enfermedad
Martha Irene Gardea Ramos, de 56 años de edad, es una mujer, madre y abuela ejemplar, quien es esposa del pastor Raúl Herrera, con quien tiene cuatro hijos y comparte cinco hermosos nietos.
Desde hace 15 años, Martha y su esposo sirven en el “Centro Familiar Esperanza y Vida”, en Finca Bonita etapa I, donde también están a cargo de un comedor infantil. Barriga llena, corazón contento, porque alimentan el cuerpo y el espíritu a través de la palabra de Dios.
Aunque ella no se identifica como pastora, se autodefine como “la ayuda idónea”, pues apoya en todo lo necesario a su marido y juntos comparten la palabra en la congregación.
Una revisión de rutina que cambió todo
Tras practicarse una mastografía, el 6 de octubre de 2014, Martha Irene fue diagnosticada con cáncer de mama luego de que un radiólogo identificara un tumor, el cual consideró debían revisar a profundidad, y tras una biopsia, resultó triple positivo.
A pesar de los mitos que existen alrededor de la mastografía, Martha considera que esa revisión de rutina anual que sin duda le salvó la vida. Gardea Ramos cuenta que después de la biopsia le practicaron varios estudios, para analizar si el tumor había hecho metástasis y posteriormente, su ginecólogo particular y el oncólogo le practicaron una mastectomía, sin embargo, al realizar la cirugía sólo le extirparon una cuarta parte del seno, en donde se ubicaba el absceso.
Después de aquella intervención quirúrgica Martha recibió 27 quimioterapias y 25 radiaciones; el tratamiento duró aproximadamente 11 meses, y posteriormente, cada mes recibió refuerzos, asimismo, le suministraron terapia hormonal por cinco años, por lo cual, el proceso de recuperación se alargó por casi seis años.
Martha Irene, relató a Visionarias que su madre falleció por cáncer de ovario y su padre por cáncer de próstata, por lo cual ella tenía altas probabilidades de padecerlo y contra todos los pronósticos, que eran desfavorables, aseguró que Dios fue cambiándolo todo de manera positiva.
Siempre positiva
Aunque la palabra “cáncer” para muchas personas es sinónimo de muerte, para ella su enfermedad no fue tan agresiva emocional y psicológicamente, porque siempre mantuvo una actitud positiva, “me dedique a vivir, no a morir”, declaró.
Recordó que lo primero que pasó por su mente fue la incertidumbre de lo que vendría y lo que más le preocupaba era como su familia lo iba a enfrentar, pero la palabra de Dios, su esposo, hijos, hermanas y la congregación fueron la fuerza que le permitió salir adelante y sanarse.
Refirió que le pidió al Señor que le mostrara cuál era su propósito en medio de este proceso, el principal fue que desde entonces conoció a mujeres que pasan por la misma situación; actualmente, junto con su esposo apoyan a las pacientes del Centro de Radiología, Intervencionismo y Diagnóstico Avanzado en Cáncer de Mama, Ridacam, así como a sus familias.
Destacó que, su roca fue la palabra de Dios, a través del salmo 118:17, una promesa “no moriré, sino que viviré y contaré las obras del señor”, y cuando iba a entrar a cirugía, Isaías 26:3, que versa “tú guardarás en completa paz, aquel cuyo pensamiento en ti persevera y en ti ha confiado”, fue su fortaleza, así como cada vez que sentía desasosiego.
También se apoyó en Romanos 8:28, “y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es a los que conforme a su propósito son llamados”.
Martha comentó “yo sabía que Dios tenía un propósito para mí”, lo que la hizo sentir privilegiada, pues considera que fue elegida para pasar por este proceso, que podía resistir esta batalla y cumplir con los designios del Señor.
Consejo para las mujeres
Después de nueve años de ser diagnosticada y tres años libre de cáncer, Martha Irene invitó a las mujeres a realizarse la mastografía cada año, ya que entre más pronto se detecta hay más probabilidades de sobrevivir, “es responsabilidad de cada uno, está en sus manos cuidar de su salud”, mencionó.
Además, recomendó a los lectores que nunca se alejen de Dios, “por muy difíciles que se vean las cosas, porque en él están todas las respuestas” y no temerle a la muerte, pues lo más importante en la vida, es cumplir con nuestra misión en la tierra.
Martha Irene Gardea Ramos, sobreviviente de cáncer de mama, ofrece apoyo a mujeres en situación similar y deseen apoyo. Para contactarla, llame al número 656-587-05-82
I dedicated myself to living
Martha Gardea is a breast cancer survivor and an example for other women undergoing the disease.
Martha Irene Gardea Ramos, 56 years old, is an exemplary woman, mother, and grandmother, the wife of Pastor Raúl Herrera, with whom she has four children and shares five beautiful grandchildren.
For 15 years, Martha and her husband have been serving at the “Centro Familiar Esperanza y Vida” in Finca Bonita stage I, where they are also in charge of a children’s dining room. Full belly, happy heart, because they feed the body and spirit through the word of God.
Although she does not identify as a pastor, she defines herself as “the ideal helper” because she supports her husband in everything he needs, and together they share the word in the congregation.
A routine check-up that changed everything
After undergoing a mastography on October 6, 2014, Martha Irene was diagnosed with breast cancer after a radiologist identified a tumor, which he considered should be checked in depth. After a biopsy, it turned out to be triple positive.
Despite the myths around mastography, Martha believes that this annual routine check-up undoubtedly saved her life. Gardea Ramos says that after the biopsy, she underwent several studies to analyze if the tumor had metastasized, and later, her private gynecologist and the oncologist performed a mastectomy; however, during the surgery, they only removed a quarter of the breast, where the abscess was located.
After that surgery, Martha received 27 chemotherapies and 25 radiation treatments; the treatment lasted approximately 11 months, and later, every month, she received reinforcements. She was also given hormone therapy for five years, meaning the recovery lasted almost six years.
Martha Irene told Visionarias that her mother died of ovarian cancer and her father died of prostate cancer, so she had a high probability of suffering from it, and against all unfavorable odds, she assured that God positively changed everything.
Always positive
Although the word “cancer” for many people is synonymous with death, for her, the disease was not so aggressive emotionally and psychologically because she always kept a positive attitude, “I dedicated myself to live, not to die,” she declared.
She recalled that the first thing that went through her mind was the uncertainty of what was to come, and what worried her most was how her family would face it, but the word of God, her husband, children, sisters, and the congregation was the strength that allowed her to move forward and heal.
She said that she asked the Lord to show her what her purpose was in the midst of this process, the main one being that since then, she has met women going through the same situation; currently, together with her husband, she supports the patients of the Breast Cancer Radiology, Interventionism and Advanced Diagnosis Center, Ridacam, as well as their families.
She emphasized that her rock was the word of God through Psalm 118:17, a promise, “I will not die, but I will live and recount the works of the Lord,” and when she was going into surgery, Isaiah 26:3, which says “you will keep in perfect peace, he whose mind is stayed on you and who trusts in you,” was her strength, as well as every time she felt uneasy.
She also relied on Romans 8:28, “and we know that all things work together for good to them that love God, to them who are the called according to his purpose.”
Martha commented, “I knew that God had a purpose for me,” which made her feel privileged, as she believed that she was chosen to go through this process and could withstand this battle and fulfill the Lord’s designs.
Advice for women
After nine years of being diagnosed and three years free of cancer, Martha Irene invited women to have a mammography every year since the sooner it is detected, the more probability of survival, “it is the responsibility of each one, it is in your hands to take care of your health,” she mentioned.
She also recommended readers never turn away from God, “no matter how difficult things may seem, because in him are all the answers,” and not to fear death because the most essential thing in life is to fulfill our mission on earth.
Martha Irene Gardea Ramos, breast cancer survivor, offers support to women in similar situations who are seeking assistance. To contact her, please call the number 656-587-05-82.