Siempre genera polémica hablar sobre la relación que tal vez existe entre ciencia y religión, así como las virtudes de una o los defectos de la otra, sin embargo, Marisa Morales Cárdenas ha sabido combinar de manera exitosa ambos mundos.
Esta mujer visionaria desde pequeña ha caminado de la mano de Dios, pues es hija del pastor Manuel Morales Miranda, a quien ayuda a dirigir la 15ª Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús (IAFCJ), donde entre otras cosas, se encarga de los cultos, es parte de la alabanza y coordina el sistema educativo del templo.
Marisa cuenta además con una licenciatura en Teología y desde hace 8 años ejerce como médico psiquiatra, posición desde la cual ayuda a sus pacientes a vencer diversas enfermedades mentales, no sólo con tratamientos y medicina, sino también de una manera espiritual.
“En la psiquiatría tienes que ver la emoción de la persona y ayudarle a que la conozca. Nos toca ser más empáticos y llegar a conocer profundamente al paciente”, dice Marisa, quien además es la presidenta del Colegio de Psiquiatras y vicepresidenta de la Asociación Psiquiátrica Mexicana del Noroeste.
Sus inicios
Morales cuenta que en su familia es la única médico, aunque recuerda que su bisabuela materna era partera en un rancho de Durango, misma a la que su madre ayudaba en algunas ocasiones y por ello tomaba cursos sobre el tema en centros comunitarios, cursos a los que la pequeña Marisa le gustaba acompañar, lo que sembró en ella la idea de estudiar medicina y cuidar a los enfermos.
Cuenta que su primera opción era la neurología, sin embargo, al no quedar en esa carrera, tuvo una conversación privada con Dios, quien le indicó el camino de la psiquiatría, “él quería que yo fuera psiquiatra”, dice convencida.
“Todos los días le doy gracias a Dios, es un privilegio, una bendición que yo pueda encontrar y saber cómo ayudar a los demás, a veces es tan mínimo, pero lo estudiaste y con eso puedes ayudar a cambiar la vida de alguien”.
Su satisfacción
La también profesora de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez encuentra en su profesión, así como en la relación que ha logrado entre la ciencia y la religión, su mayor satisfacción, pues sabe que es gracias a sus conocimientos que ha logrado ayudar a sus pacientes, quienes en alguna ocasión se han referido a ella como “un ángel”.
“Ver el agradecimiento de alguien que ha estado batallando por años con un diagnóstico, con un tratamiento, con medicamentos que le hacen daño, y encontrar la dosis y la cantidad adecuadas para que esté bien, es lo más bonito”.
Y aunque puede ayudar a las personas que se acercan a ella en su congregación o en su consultorio en el Centro Médico de Especialidades, pide ser responsables del cuidado y salud de nuestro cuerpo, sobre todo en esta época en que todo se ha vuelto tan incierto.
“Dios puede sanar a la gente, depende de muchas cosas, pero mientras el señor te sana atiéndete, cuida tu templo… Con esto de la pandemia hemos visto que nosotros no tenemos el control, Dios sigue teniendo el control de todas las cosas, pero no seamos negligentes, llevemos a cabo todas las indicaciones del Gobierno y de los departamentos de Salud, de llevar a cabo la higiene y la sana distancia y todo lo que ya sabemos, también pongamos de nuestra parte”.
Y agrega, “también cuidemos nuestra mente y nuestro espíritu, estos tiempos de cuarentena nos han servido para volvernos a Dios y para ponernos a cuentas con la gente que necesitamos estar bien; con Dios, para que tengamos paz y tranquilidad en nuestra mente y nuestro corazón, porque la gente que ha estado en crisis de ansiedad o angustia, y se ha reprimido en esta situación es porque no tiene su confianza en Cristo, y cuando pasa un problema grave no sabe a dónde acudir y empieza a tomar decisiones erróneas que empeoran su situación actual”.
15ª Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús
Calle Faisán y Gaviotas #3147, colonia Granjas de Chapultepec
Facebook/ 15 IAFCJ
Centro Médico de Especialidades Consultorio 306
Av. De las Américas #201, colonia Margaritas
www.sinaptica.mx
Facebook/ sinaptica
Marisa Morales Cárdenas
It is always controversial to talk about the relationship that perhaps exists between science and religion, as well as the virtues of one or the defects of the other, however, Marisa Morales Cárdenas has successfully combined both worlds.
Since she was little this visionary woman has walked hand in hand with God, as she is the daughter of Pastor Manuel Morales Miranda, whom she helps to direct the 15th Apostolic Church of the Faith in Christ Jesus (IAFCJ), where, among other things, she is in charge of cults, is part of the praise and coordinates the temple educational system.
Marisa also has a degree in Theology and for 8 years she has been a psychiatrist, a position from which she helps her patients overcome various mental illnesses, not only with treatments and medicine, but also in a spiritual way.
“In psychiatry you have to see the person emotions and help him to know it. We have to be more empathetic and get to know the patient deeply”, says Marisa, who is also the College of Psychiatrists president and the Mexican Psychiatric Association of the Northwest vice president.
The beginning
Morales says that she’s the only doctor in her family, although she remembers that her maternal great-grandmother was a midwife at a ranch in Durango, where her mother sometimes helped. Marisa’s mother used to take courses on the subject in community centers, courses that little Marisa liked to heard, and that maybe planted in her the idea of studying medicine and caring for the sick. She says that neurology was her first option, however, since she was not accepted in that career, she had a private conversation with God, who indicated the path of psychiatry, “he wanted me to be a psychiatrist”, she says convinced.
“Every day I thank God, it is a privilege, a blessing that I know how to help others; sometimes it is so minimal, but you studied it and with that you can help change someone’s life”.
Her satisfaction
The also professor at the Universidad Autónoma de Ciudad Juárez finds in her profession, as well as in the relationship she has achieved between science and religion, her greatest satisfaction, since she knows that it is thanks to her knowledge that she has managed to help her patients, who on some occasion have referred to her as “an angel”.
“Seeing the appreciation of someone who has been struggling for years with a diagnosis, with a treatment, with medications that hurt them, and finding the right dose and quantity to make them well is the most beautiful thing”.
And although she can help the people who approach her in her congregation or in her office at the Specialty Medical Center, she asks to be responsible for the care and health of our body, especially in this time when everything has become so uncertain.
“God can heal people, it depends on many things, but while the Lord heals you, take care of yourself, take care of your temple … With this pandemic we have seen that we are not in control, God continues to be in control of all things, but we are not negligent, we carry out all the Government and
the departments of Health indications, to carry out the hygiene and the healthy distance and everything what we already know, we also put on our part”.
And she adds, “let’s also take care of our minds and our spirit, these times of quarantine have served us to turn to God and to be accountable to people who need to be well; with God, so that we have peace and tranquility in our minds and hearts, because people who have been in anxiety or anguish crisis, and have repressed themselves in this situation, are because they don’t have their trust in Christ, and when a serious problem happens doesn’t know where to go and begins to make wrong decisions that worsen their current situation”.