Actualmente vivimos con muchas realidades adversas a nuestro alrededor y cada una de ellas ejerce un impacto en nuestras vidas. Desde el año pasado hasta el día de hoy, estamos presionados en áreas como la economía, salud, empleo, seguridad y otras, que a la larga traen desesperación, falta de esperanza, desánimo, depresión, ansiedad, etcétera.
Ante esta situación la palabra de Dios es muy clara, sobre todo en Mateo 6:25-34, donde básicamente el Señor nos pregunta: ¿Acaso con todas sus preocupaciones pueden añadir un sólo momento a su vida?, a lo cual nos responde: No se preocupen por todo eso diciendo: “¿Qué comeremos?, ¿qué beberemos?, ¿qué ropa nos pondremos?”, esas cosas dominan el pensamiento de los incrédulos, pero su Padre celestial ya conoce todas sus necesidades”.
Muchas veces nos decimos a nosotros mismos (y a otros): “ya no te estreses” pero no se trata de repetirlo hasta creerlo, se trata de tener fe para creer que Dios es soberano sobre cada situación y nuestra vida. Se trata también de mantenernos activos buscando el reino del Señor por encima de todo lo demás para así llevar una vida justa.
Si logramos descansar en las realidades que nos habla la palabra de Dios, el estrés y todo lo que lo envuelve se alineará a lo que Dios dice y no a lo que nosotros sentimos o vemos.
Managing stress
We currently live with many adverse realities around us, and each one of them impacts our lives. From last year until today, we are under pressure in areas such as the economy, health, employment, security, and others, which ultimately bring despair, lack of hope, discouragement, depression, anxiety, etc.
Faced with this situation, the word of God is very clear, especially in Matthew 6:25-34, where the Lord asks us: Can you with all your worries add a single moment to your life, to which He answers us: Do not worry about all that saying: “What shall we eat, what shall we drink, what shall we wear, those things dominate the thinking of unbelievers, but your heavenly Father already knows all your needs.”
Many times we tell ourselves (and others), “don’t stress anymore,” but it’s not about repeating it until we believe it; it’s about having faith to think that God is sovereign over every situation and our life. It is also about being active in seeking the Lord’s kingdom above all else to lead a righteous life.
If we can rest in the realities that God’s word speaks to us, stress and all that surrounds it will be aligned with what God says and not with what we feel or see.