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Lucía y Dulce, Centros de rehabilitación para mujeres

En medio de los preparativos para una fiesta mexicana, Lucía González abrió a Visionarias la puerta de Dame la Mano A.C., el proyecto más importante de su vida, creado a partir de la experiencia de una de sus hijas dentro del complicado mundo de las drogas.

El Centro de Rehabilitación Cristiano para Mujeres Dame la Mano A.C. cumple 3 años ofreciendo una alternativa a toda aquella que quiera dejar las drogas y escribir un nuevo futuro. La ayuda se brinda tanto para ellas como para sus familias, que en muchos casos se encuentran confundidas al no saber cómo afrontar la situación.

Ese fue el caso de Lucía, quien hace algunos años tuvo que lidiar con la adicción de su hija Dulce, y para quien ninguna de las opciones que encontró en ese momento le pareció suficiente.

“Siendo cristiana, buscaba un lugar de acuerdo con mis necesidades y las de ella para salir de su adicción”, cuenta la visionaria quien, en un momento de comunicación con Dios, decidió que utilizaría la casa de la que era propietaria en Ciudad Juárez para abrir un hogar para mujeres de todas las edades con problemas de adicciones.

“Surgió ese deseo en nosotras de poner un centro de rehabilitación, pero un centro acorde con lo que yo quería para mi hija en ese momento, un centro de rehabilitación que no solamente ayudara a las niñas, sino a las mamás, a los padres, a la familia, porque es una enfermedad familiar”.

Fue así como dejaron California, a donde se habían ido radicar, y regresaron a esta frontera para acondicionar la casa que ahora da albergue a 23 mujeres mayores de edad, las cuales además de seguir un tratamiento, ayudan con el mantenimiento, estudian, se preparan y conocen la Palabra del Señor.

Actualmente Dame la Mano A.C. cuenta con dos psicólogas, una trabajadora social, una doctora, consejeras y un grupo profesional y experto que está siempre para ayudarles, entre ellas obviamente Lucía o Tita, como de cariño la llaman sus “niñas”.

En el lugar les ofrecen alimentación -la mayor parte de ella vegana-, y valores, pero sobre todo amor, algo que en algunos casos no habían conocido en su propia casa.

“Las niñas vienen muy rebeldes, con desórdenes, vienen muy agresivas, por lo que nosotros tratamos de mantener el amor, el amor que les gusta, pero que está dormido u olvidado”, cuenta Lucía.

La inspiración

En esta aventura también participa Dulce, quien con su experiencia de vida inspira a otras mujeres a salir adelante.

Ella se desempeña como directora del centro y se encarga de todo lo administrativo, supervisa las actividades que ahí se llevan a cabo y hace que se cumpla todo en forma y orden. También funge como consejera y se encarga de buscar las donaciones, pero sobre todo y lo más importante, es la mano derecha de su madre, quien confió siempre en ella, incluso cuando no encontraba el camino.

“Ella siempre va a ser mi respaldo”, dice sobre Lucía.

En cuanto al centro, Dulce reconoce que no ha sido fácil, pues se han encontrado con una serie de trabas por parte de las autoridades para el funcionamiento de este espacio, mostrándose muchas veces insensibles ante la problemática. Sin embargo saben que lo padecido tendrá recompensa.

“El motivo de este lugar es que valga la pena todo lo que yo sufrí, todo lo que viví, que valga la pena el sufrimiento de mi familia, de mi mamá. No le hallaría yo caso a que Dios me haya salvado, me haya rescatado e irme a un trabajo secular y que ahí termine ya mi historia, no tendría sentido mi vida si así hubiera sido el desenlace”, recapacita Dulce, pensamiento que trata de transmitirles a las mujeres que apoya.

“Nos gusta transmitirles a las muchachas que su historia tiene un por qué. Hay propósito por el cual estás aquí, para el cual Dios te quiere salvar, no es para que vayas y tengas una vida normal, porque no somos normales, la persona que consume algo no es normal, por eso busca una salida”.

Testimonios

Muchos han sido testigos de los milagros que ocurren en Dame la Mano, entre ellos el de Ailyn, quien es madre de un niño de 8 meses, el cual nació durante su primera estancia en el centro.

“Yo consumía cristal, mi mamá me trajo porque ya andaba muy mal. La primera vez que me trajeron tenía 7 meses de embarazo y de aquí me llevaron al hospital a aliviarme, me ayudaron mucho”.

“La verdad yo estoy muy agradecida con ellas, para mi significan mi familia. Yo me quedo sorprendida de que todavía existan personas que en realidad me quieran ayudar de corazón. Yo voy a poner todo de mi parte para poder echarle ganas y pues yo las aprecio mucho y estoy muy agradecida con ellas”, comenta la joven madre.

También está Laura, quien al tocar fondo con la mariguana y la cocaína fue ingresada por su madre.

“Yo venía negada, yo no quería venir… aquí se me ha dado la ayuda que tanto necesité desde mi infancia, estoy demasiado agradecida. Tuve una recaída y me volvieron a aceptar. Aquí estoy en comunión con Dios y me quieren muchísimo más que en mi casa. Sin este lugar estaría más hundida en el alcohol y las drogas, y estoy cada día adelante, con la ayuda de Dulce y mi Tita”, dice la joven de 24 años, quien estudió enfermería y actualmente ayuda en la cocina.

Por su parte Leslie regresó al centro por su voluntad, luego de hablar con su consejera para pedir una segunda oportunidad.

“Yo ya no quería seguir en las drogas… llegué un jueves 11 de junio, me recibieron sin dinero, sin nada. Estoy muy agradecida porque me pasaron tantas cosas afuera y así me recibieron”. Ahora ella se esfuerza por recuperar a su hija de 2 años, a quien sólo ha visto una vez desde su reingreso.

“Yo pedí la ayuda porque sé que la necesito, sé que estoy mal, estando afuera nunca me voy a rehabilitar”. “Somos muy valiosas en este lugar”, finaliza.

Lucía de 33 años, es otra de las mujeres que llegó por su propia cuenta, ella regresó con el fuerte compromiso de dejar su adicción, y ahora también participa en las actividades de la cocina y se enfoca en su lado espiritual, el cual le ha ayudado a mantenerse firme en su propósito.

Mente y espíritu

Sandra Alvarado es la psicóloga de Dame la Mano y la responsable de las terapias (individual, familiar y grupal) de las mujeres que en algunos casos cuentan con un historial de abuso, abandono, criminalidad o familiares también adictos.

Sobre el lugar, la licenciada en Psicología asegura que además del tratamiento y el seguimiento que se les da, aquí son atendidas por personas con un sentido humano muy grande, por lo que cuando las pacientes tienen problemas afuera, ellas siempre quieren regresar.

“(Aquí) es un refugio, ellas vienen de la calle donde no hay nada, no hay nadie, por eso aquí se sienten acogidas”, menciona Sandra, quien coincide con Lucía en que “ésta es la antesala de donde tú quieres estar”.

* Para más información o hacer donaciones puede comunicarse al teléfono 656-406-5062.

Lucía and Dulce, Rehabilitation centers for women

In the middle of the preparations for a Mexican party, Lucía González opened the door of Dame la Mano A.C. to Visionarias, the most important project of her life, created from the experience of one of her daughters in the complicated world of drugs.

The christian rehabilitation center for women Dame la Mano A.C. turns 3 years offering an alternative to anyone who wants to quit drugs and write a new future. Help is provided both for them and for their families, who in many cases find themselves confused by not knowing how to deal with the situation.

That was the case of Lucía, who a few years ago had to deal with her daughter Dulce’s addiction, and for whom none of the options she found at that time seemed enough.

“Being a Christian, I was looking for a place according to my needs and hers to get out of her addiction”, says the visionary who, in a moment of communication with God, decided that she would use the house she owned in Ciudad Juárez to open a home for women of all ages with addiction problems.

“That desire arose in us to set up a rehabilitation center, but a center in accordance with what I wanted for my daughter at that time, a rehabilitation center that would not only help the girls, but also the mothers, the parents, to the family, because it is a family illness”.

This is how they left California, where they had gone to live, and returned to this border to prepare the place that now houses 23 adult women, who in addition to following treatment, help with maintenance, study, prepare and they know the Lord’s Word.

Currently Dame la Mano A.C. It has two psychologists, a social worker, a doctor, counselors and a professional and expert group that is always there to help them, among them, obviously, Lucía or Tita, as their “girls” call her with love.

In the place they offer food -most of it vegan- and values, but above all love, something that in some cases they had not known in their own home.

“The girls come very rebellious, with disorders, they come very aggressive, so we try to maintain love, the love that they like, but that is asleep or forgotten”, says Lucía.

The inspiration

Dulce also participates in this adventure, who with her life experience inspires other women to get ahead.

She works as the center director and is in charge of all administrative matters, supervises the activities and ensures that everything is carried out in a proper and orderly manner. She also serves as a counselor and is in charge of looking for donations, but above all and most importantly, she is her mother’s right hand, who always trusted her, even when she couldn’t find the way.

“She is always going to be my backup”, he says about Lucía.

As for the center, Dulce recognizes that it has not been easy, since they have encountered a series of obstacles from the authorities for the operation of this space, often showing insensitivity to the problem. However they know that what they suffered will be rewarded.

“The reason for this place is that everything that I suffered, everything that I lived is worth, that my family and my mother’s suffering is worth it. I would not find a case for God to have saved me, rescued me and gone to a secular job and that my story ends there, my life would not have meaning if that was the outcome”, Dulce reconsiders, a thought that she tries to share to them to the women it supports.

“We like to convey to the girls that their story has a reason. There is a purpose for which they are here, for which God wants to save you, it’s not for you to go and have a normal life, because we are not normal, the person who consumes something is not normal, that is why he looks for a way out”.

Testimonials

Many have witnessed the miracles that occur at Dame la Mano, including that of Ailyn, who’s the mother of an 8-month-old boy who was born during her first stay at the center.

“I used ‘cristal’, my mother brought me in because it was already very bad. The first time they brought me I was 7 months pregnant and they took me from here to the hospital to give birth, they helped me a lot ”.

“The truth is I’m very grateful to them, for me they mean my family. I am surprised that there are still people who really want to help me from the heart. I’m going to do everything on my part to be able to get well, and I appreciate them very much and I’m very grateful to them”, says the young mother.

There’s also Laura, who when hitting rock bottom with marijuana and cocaine was admitted by her mother.

“I was denied, I did not want to come… Here I have been given the help that I needed so much since my childhood, I am so grateful. I had a relapse and they accepted me again. Here I’m in communion with God and they love me much more than at home. Without this place I would be more sunk in alcohol and drugs, and I’m moving forward every day, with the help of Dulce and my Tita”, says the 24-year-old, who studied nursing and currently helps in the kitchen.

Leslie returned to the center of her own free will, after speaking with her counselor to ask for a second chance.

“I no longer wanted to continue on drugs… I arrived on Thursday, June 11, they received me without money, with nothing. I’m very grateful that so many things happened to me outside and that is how they welcomed me”. Now she is struggling to get her 2-year-old daughter back, whom she has only seen once since her re-entry.

“I asked for help because I know that I need it, I know that I’m wrong, being outside I will never rehabilitate myself”. “We are very valuable in this place”, she concludes.

Lucía, 33, is another woman who came on her own, she returned with the strong commitment to quit her addiction, and now she also participates in kitchen activities and focuses on her spiritual side, which has helped to stand firm in its purpose.

Mind and spirit

Sandra Alvarado is the psychologist at Dame la Mano and the person in charge of the therapies (individual, family and group) of women who in some cases have a history of abuse, abandonment, criminality or family members who are also addicted.

Regarding the place, the graduate in Psychology ensures that in addition to the treatment and follow-up that they are given, here they are cared for by people with a very great human sense, so when patients have problems outside, they always want to return.

“(Here) is a refuge, they come from the street where there’s nothing, there’s no one, that’s why they feel welcomed here”, says Sandra, who agrees with Lucía that “this is the prelude to where you want to be”.

* For more information or to make donations you can call 656-406-5062.

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