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Lourdes Sotelo, pionera en el transporte juarense

Desde hace casi 35 años, la fundadora de Lozmar S.A. de C.V. ha sido ejemplo para las mujeres que buscan abrirse camino dentro de ‘un mundo de hombres´

Pudiera parecer que haber nacido dentro de una familia dedicada al transporte facilitaría el proceso del éxito para Lourdes Sotelo, quien desde hace más de tres décadas ha enfrentado diversos retos, los cuales la han convertido en una líder visionaria en el gremio que por muchos años estuvo dirigido 100% por hombres.   

Para este especial de mujeres dentro del transporte, Lulú –como la conocen sus allegados– recuerda haber iniciado como secretaria en la empresa que fundó su padre y consolido su hermano Manuel, Transportes Sotelo, ahí contestaba teléfonos y realizaba facturas, sin embargo, ella quería más.

Siguiendo los pasos de los hombres de la familia, decidió abrirse paso en el gremio, por lo que primero compró una camioneta, la cual asegura Dios puso en su vida y con la que logró su primer cliente, quien le daba muchos trabajos.

Con ese vehículo duró 5 años y tras progresar en el negocio, compró otras más, “siempre con el apoyo de mis hermanos yo fui creciendo poco a poco”, reconoce, pues dice que tanto ellos como su padre, la aconsejaban y ayudaban a administrar lo que se convertiría en su patrimonio.

“Ellos me ayudaban dándome trabajo, siempre fueron un apoyo muy grande para mí”, sobre todo Manuel, su hermano mayor.

Los retos en un mundo masculino

Luego de varios años y de trabajo constante, Lulú se convirtió en pionera del transporte para mujeres en Ciudad Juárez.

“Yo recuerdo ir a las juntas de las Asociación de Transportistas y ser la única mujer en las juntas. Eso ha sido mi mayor reto, ser como pionera como transportista mujer”, menciona.

Recuerda que, en aquel entonces, lo más difícil, era que los hombres no la tomaran en serio como jefa, “fue un reto muy grande ganarme a los choferes, que hicieran caso, que atendieran mis órdenes”, lo cual con el paso del tiempo ha cambiado, pues ahora presume, de que lo que ella dice se toma en cuenta.

Su evolución

Ahora, asegura que la necesidad ha abierto el camino a las mujeres en un sector que anteriormente era dominado por hombres, pues con creces han demostrado que son capaces de realizar cualquier trabajo.

“Dios nos da la capacidad de lidiar con toda clase de barreras que tenemos enfrente”, nos dice quien además es esposa de Ricardo Lozano, con quien lleva la empresa Lozmar S.A. de C.V., pero sobre todo la familia, complementada por sus hijos Sergio, Casandra y Monserrat, y sus nietos Sofía, Luca, Gigi y Antonella.

Mensaje

Por todo lo anterior, Lulú manda un mensaje a las mujeres que están tratando de salir adelante, ese es: Crean en Dios antes que todo, después crean en ustedes mismas.

Agrega que, así como ella lo hizo, siempre hagan las cosas teniendo a la familia como su principal motor.

“Siempre puse a mi familia primero, jamás la tuve que abandonar por el trabajo, es algo que yo dije, ‘nunca voy a dejar a mis hijos por el trabajo’, entonces yo trabajaba siempre con ellos, nunca los abandoné, nunca antepuse a mi trabajo, entonces creo que es algo que me ha ayudado a salir adelante… Dios a premiado a mi vida”.

Agrega, “yo tengo totalmente mi fe puesta en Dios, yo creo que esta compañía, esto que tengo a lo largo de casi 35 años no hubiera sido posible si no me hubiera agarrado de la mano de Dios… es él quien siempre me ha acompañado”.


Lourdes Sotelo, pioneer in Juarez transportation

For almost 35 years, the founder of Lozmar S.A. de C.V. has been an example for women seeking to make their way in a ‘man’s world’

It might seem that being born into a family dedicated to transportation would make the process of success easier for Lourdes Sotelo, who for more than three decades has faced various challenges, which have made her a visionary leader in the industry that for many years was 100% run by men.

For this special on women in transportation, Lulú –as her friends know her– remembers having started as a secretary in the company founded by her father and consolidated by her brother Manuel, Transportes Sotelo, where she answered phones and made invoices, however, she wanted more.

Following in the footsteps of the men in her family, she decided to make her way in the trade, so she first bought a truck, which she says God put in her life and with which she got her first client, who gave her many jobs.

She lasted 5 years with that vehicle and after progressing in the business, she bought more, “always with the support of my brothers I grew little by little,” she admits, because she says that both they and her father advised her and helped her manage what would become her estate.

“They helped me by giving me work, they were always a great support for me,” especially Manuel, her older brother.

Challenges in a male world

After several years and constant work, Lulú became a pioneer in women’s transportation in Ciudad Juárez.

“I remember going to the meetings of the Transport Association and being the only woman in the meetings. That has been my biggest challenge, being a pioneer as a female transporter,” she says.

She remembers that, back then, the hardest thing was that men didn’t take her seriously as a boss, “it was a big challenge to win over the drivers, to get them to pay attention, to follow my orders,” which has changed over time, because now she boasts that what she says is taken into account.

Her evolution

Now, she says that necessity has paved the way for women in a sector that was previously dominated by men, as they have more than proven that they are capable of doing any job.

“God gives us the ability to deal with all kinds of barriers that we have in front of us,” says the woman who is also the wife of Ricardo Lozano, with whom she runs the company Lozmar S.A. de C.V., but above all the family, complemented by her children Sergio, Casandra and Monserrat, and her grandchildren Sofia, Luca, Gigi and Antonella.

Message

For all the above, Lulú sends a message to women who are trying to get ahead, that is: Believe in God before everything, then believe in yourselves.

She adds that, just as she did, they should always do things with the family as their main driving force.

“I always put my family first, I never had to leave them for work, it’s something I said, ‘I will never leave my children for work’, so I always worked with them, I never abandoned them, I never put them before my work, so I think it’s something that has helped me get ahead… God has rewarded my life.”

She adds, “I have total faith in God, I believe that this company, what I have had for almost 35 years would not have been possible if I had not taken God’s hand… it is he who has always been with me.”

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