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Las inversiones

“El que ama el dinero no se saciará de dinero, Y el que ama la abundancia no se saciará de ganancias. También esto es vanidad. Cuando aumentan los bienes, Aumentan también los que los consumen. Así, pues, ¿cuál es la ventaja para sus dueños, sino verlos con sus ojos?”

Eclesiastés 5:10-11 

Por: Cultura Financiera

Antes de afirmar que invertir dinero es legítimamente bíblico, debemos responder la siguiente pregunta: ¿Es malo el dinero? La respuesta es ¡No! Moralmente el dinero es neutral, no es malo ni bueno. Puede ser usado para bien, como también puede usarse para hacer algo malo. La Biblia no condena el dinero en sí, solamente el mal uso que se le dé.

La inversión en sí no es antibíblica. De hecho, en la parábola del Talentos (Mateo 25:14-30), Dios les dio a los mayordomos según sus habilidades y les ordenó que administraran bien sus porciones. Cada uno fue recompensado o castigado según su mayordomía.

Es obvio que los primeros dos siervos entendieron y practicaron principios para poder multiplicar los recursos que recibieron. Ellos utilizaron la cantidad más baja posible de fondos para gastar en artículos de consumo e invirtieron la mayor cantidad posible en aquellas cosas que pudieran traerles mayor ganancia.

El propósito de invertir es lo que lo hace bueno o malo. Mientras aprendemos a invertir dinero de acuerdo con los principios de Dios, descubriremos que él aumentará nuestras oportunidades de ayudar a otras personas. Ese, en realidad, es el verdadero propósito de invertir: aumentar tus activos para que puedas servir a Dios y al prójimo más plenamente.

Un propósito legítimo para cualquier programa de inversión es ayudar a tu familia a lograr un mayor grado de seguridad.

Aunque las necesidades de cada familia en el área de inversión son diferentes, existen “principios” o “claves” comunes que pueden proporcionar una base sólida para cualquiera. Si aplicas estas claves a tus propios planes financieros, tus decisiones de inversión serán más claras.

Claves para invertir bien

  • Invertir de lo que hemos ahorrado: “Prepara tus labores fuera, y disponlas en tus campos, y después edificarás tu casa”, Proverbios 24:27.
  • Formular objetivos de inversión claros: Nadie debería invertir sin tener un propósito final para el dinero. Debes tener una meta financiera clara y definitiva.
  • No especular: ¿Qué es especular?, hacer suposiciones sin fundamento, comprar bienes que se cree van a subir de precio para venderlos y obtener una ganancia sin trabajo ni esfuerzo.
  • Analizar opciones y el costo de cada inversión antes de invertir: “Supongamos que alguno de ustedes quiere construir una torre. ¿Acaso no se sienta primero a calcular el costo, para ver si tiene suficiente dinero para terminarla? (Lucas 14:28)
  • Evita inversiones de mucho riesgo: He visto un mal terrible en esta vida: riquezas acumuladas que redundan en perjuicio de su dueño, y riquezas que se pierden en un mal negocio. Y si llega su dueño a tener un hijo, ya no tendrá nada que dejarle. (Eclesiastés 5:13‐14)
  • Diversifica las inversiones: Comparte lo que tienes entre siete, y aun entre ocho, pues no sabes qué calamidad pueda venir sobre la tierra. (Eclesiastés 11:2)
  • Recuerda que la avaricia y la velocidad a menudo van juntas: La clave para evitar la avaricia es la paciencia. Los planes bien pensados: ¡pura ganancia! (Proverbios 21:5)

Desde el punto de vista bíblico el dinero y las riquezas son una bendición. Por medio de ellas el creyente puede suplir todas sus necesidades, dar para las causas que honran al Señor o poder compartir con los que menos tienen y padecen algún tipo de necesidad. Sin embargo, la advertencia del Señor Jesús es muy clara, que “no amemos las riquezas” y que no pongamos nuestra esperanza en aquello que se destruye.


Investments

“Those who love money will not be satisfied with money, And those who love abundance will not be satisfied with profit. This, too, is vanity. When goods increase, those who consume them also increase. So what is the advantage to their owners, if not to see them with their eyes?”

Ecclesiastes 5:10-11

By: Cultura Financiera

Before affirming that investing money is legitimately biblical, we must answer the question: Is money evil? The answer is no! Morally, money is neutral; it is neither bad nor good. It can be used for good, just as it can also be used to do something terrible. The Bible does not condemn money itself, only its misuse.

The investment itself is not unbiblical. In the parable of the Talents (Matthew 25:14-30), God gave stewards according to their abilities and commanded them to manage their portions well. Each was rewarded or punished according to his stewardship.

The first two servants understood and practiced principles to multiply the resources they received. They used the lowest possible amount of funds to spend on consumer items. They invested the most significant amount possible in those things that could bring them the most important profit.

The purpose of investing is what makes it good or bad. As we learn to invest money according to God’s principles, we will discover that he will increase our opportunities to help others. That is the true purpose of investing: to increase your assets so that you can serve God and others more fully.

A legitimate purpose for any investment program is to help your family achieve a greater degree of security.

Although each family’s investment needs differ, common “principles” or “keys” can provide a solid foundation for anyone. Applying these keys to your financial plans will make your investment decisions more transparent.

Keys to investing well

Invest from what we have saved: “Prepare your work outside, and arrange it in your fields, and then you will build your house.”, Proverbs 24:27

Formulate clear investment objectives: No one should invest without having an ultimate purpose for the money. You must have a clear and definitive financial goal.

Do not speculate: What is assuming? Making unfounded assumptions, buying goods believed to increase in price to sell them and obtain a profit without work or effort.

Analyze options and the cost of each investment before investing: “Suppose one of you wants to build a tower. Don’t you first calculate the cost to see if you have enough money to finish it? (Luke 14:28)

Avoid high-risk investments: I have seen a terrible evil in this life: accumulated wealth detrimental to its owner and wealth lost in a bad deal. And if its owner happens to have a child, he will no longer have anything to leave him. (Ecclesiastes 5:13-14)

Diversify investments: Share what you have among seven and even among eight because you do not know what calamity may come upon the earth. (Ecclesiastes 11:2)

Remember that greed and speed often go together: Patience is the key to avoiding greed. Well-thought-out plans: pure profit! (Proverbs 21:5)

From the biblical point of view, money and wealth are a blessing. Through them, the believer can meet all his needs, give to causes that honor the Lord, or be able to share with those who have less and suffer from some type of need. However, the warning of the Lord Jesus is evident: “We should not love riches,” and we should not put our hope in that which is destroyed.

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