Por: Cultura Financiera
Uno de los principales anhelos, pero a la vez preocupaciones, de los padres de familia es darles la mejor educación posible a los hijos. Sin duda la educación de los hijos es una de las cosas más importantes de toda familia, pero déjame ponerlo claro: ¡No es lo más importante!
¿Por qué hago énfasis en esto? Porque muchas familias están sacrificando todo lo demás por una buena educación de los hijos. Quiero ponerlo en la perspectiva correcta, la preparación que reciban nuestros hijos es fundamental, pero no si nos está llevando a la ruina emocional, espiritual y financiera.
Podemos ofrecerles una buena educación y preparación no importando nuestra situación financiera si obtenemos la perspectiva correcta. Lo primero que necesitamos es romper con algunas ideas falsas acerca de la educación: las calificaciones y títulos escolares NO garantizan empleos, riqueza o “éxito”. Varios estudios realizados a personas triunfadoras concluyen que su éxito se lo atribuían 15% a su adiestramiento y educación, y el 85% restante a su actitud y carácter.
Ahora, si entendemos que la educación y desarrollo de habilidades es sólo “una parte” de la fórmula para que nos vaya mejor, y que no es la respuesta para todos los problemas de nuestros hijos, no tenemos que volvernos locos por conseguir escuelas que están fuera de nuestros presupuestos, lo cual quitará presiones innecesarias y devolverá la paz a nuestra familia.
Con esto en mente, ¿qué podemos hacer para ofrecerles la mejor educación posible?
Establece una meta de ahorro para los estudios de tus hijos. No importa qué cantidad sea, lo importante es la consistencia del ahorro. Hoy en día las oportunidades de recibir una buena educación son casi ilimitadas y para cualquier presupuesto, sin embargo, la educación cuesta. Cualquier ahorro que destines al rubro de educación será útil en el momento que definan con sus hijos qué quieren estudiar.
Motiva a que tus hijos combinen un empleo con sus estudios. En la escuela se adquieren conocimientos (principalmente), en un trabajo se obtiene experiencia junto con formación de carácter. No importa que tan costosa sea la escuela donde estudien tus hijos, nunca será mejor que la experiencia adquirida en la práctica. Investiga opciones de becas. Hay escuelas que ofrecen becas a estudiantes destacados, existen programas gubernamentales que ofrecen becas también, incluso muchas empresas tienen programas internos para financiar la educación de la gente que trabaja para ellos. Muchas veces los fondos destinados para becas estudiantiles se quedan sin uso por no solicitarlas.
Pide asesoría sobre los seguros o cuentas de ahorro para educación. Una ventaja de un esquema de este tipo es que se puede deducir impuestos con estas herramientas. La observación que hay que hacer aquí es que, en un esquema así, es mejor empezar temprano. Si empiezas temprano a invertir (ahorrar) en la educación de los hijos, prácticamente podrás enviar a tus hijos a cualquier escuela.
La clave para darles una buena educación a nuestros hijos depende más de una sabia planificación, que de un robusto presupuesto, ya lo enseñaba el Señor Jesús:
“Supongamos que alguno de ustedes quiere construir una torre. ¿Acaso no se sienta primero a calcular el costo, para ver si tiene suficiente dinero para terminarla? Si echa los cimientos y no puede terminarla, todos los que la vean comenzarán a burlarse de él, y dirán: ‘Este hombre ya no pudo terminar lo que comenzó a construir’” LUCAS 14:28-30
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The best possible education
One of the main wishes, but also concerns, of parents is to give the best possible education to their children. Without a doubt, the education is one of the most important things in any family, but let me make it clear: It’s not the most important thing!
Why do I emphasize this? Because many families are sacrificing everything else for their children education. I want to put it in the right perspective, the preparation that our children receive is essential, but not if it’s leading to emotional, spiritual and financial ruin.
We can offer them a good education and preparation regardless of our financial situation if we get the right perspective. The first thing we need to do is break some misconceptions about education: grades and school degrees do not guarantee jobs, wealth, or “success”. Several studies carried out on successful people conclude that their success was attributed by 15% to their training and education, and the remaining 85% to their attitude and character.
Now, if we understand that education and skills development is only “a part” of the formula for us to do better, and that it’s not the answer to all our children’s problems, we don’t have to go crazy for schools that are outside of our budgets, which will remove unnecessary pressure and restore peace to our family.
With this in mind, what can we do to offer them the best education possible?
Set a savings goal for your children’s studies. No matter how much it is, what is important is the consistency of savings. Today the opportunities to receive a good education are almost limitless and for any budget, however, education costs. Any savings you put into education will be useful when yout children define what they want to study.
Encourage your children to combine a job with their studies. In school, knowledge is acquired (mainly), in a job, experience is obtained together with character training. No matter how expensive your child’s school is, it will never be better than practical experience.
Research scholarship options. There are schools that offer scholarships to outstanding students, there are government programs that offer scholarships as well, even many companies have internal programs to finance education of people who work for them. Many times the funds destined for student scholarships are left unused for not requesting them.
Ask for advice on insurance or savings accounts for education. An advantage of such a scheme is that you can deduct taxes with these tools. The observation to be made here is that, in such a scheme, it’s better to start early. If you start investing (saving) in children’s education early, you can practically send your children to any school.
The key to giving our children a good education depends more on wise planning than on a robust budget, Lord Jesus already taught:
Suppose one of you wants to build a tower. Won’t you first sit down and estimate the cost to see if you have enough money to complete it? For if you lay the foundation and are not able to finish it, everyone who sees it will ridicule you, saying, ‘This person began to build and wasn’t able to finish” LUKE 14: 28-30
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