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La fuerza y el amor de una madre

Son sentimientos complejos que comenzaron a desarrollarse desde el día de la concepción

La maternidad es una de las asignaciones más hermosas que Dios nos ha permitido experimentar, por eso me pareció interesante saber que hace poco se descubrió que cada uno de nuestros hijos posee partículas de nosotras y de igual manera, mientras están dentro del vientre, nosotras también las tenemos, de cada uno de ellos.

¡Que Maravilla es la fuerza del amor de madre! es algo muy complejo que nos dio nuestro Dios, la maternidad es una asignación que no tiene fin, comienza desde el momento en que nuestros hijos son concebidos, cuando inicia el amor hacia ellos, el cual no depende de comportamientos, ni de aspecto físico. A nuestros hijos los amamos por el simple hecho de que son nuestros.

En Lucas 2:51 la Biblia nos habla de cómo María guardó los recuerdos de Jesús en su corazón y como madres tenemos esa conexión especial con ellos, misma que el Señor nos dio, basada en el amor sincero, puro y lleno de una fuerza inquebrantable que fluye desde nuestro interior.

como madre es incomparable la fuerza que puede surgir de una mujer, capaz de salir adelante sin una figura paterna para nuestros hijo, tenemos muchos ejemplos de madres solteras o viudas que sacan adelante una familia solo por la capacidad de amar y con la fuerza de lo que Dios hizo en nosotras.


The strength and love of a mother

They are complex feelings that begin to develop from the day of conception

Motherhood is one of the most beautiful assignments that God has allowed us to experience, so I found it interesting to know that recently it was discovered that each of our children has particles of us, and likewise, while they are inside the womb, we also have them, from each of them.

What a wonder is the power of a mother’s love! It is very complex that our God gave us; motherhood is an assignment that has no end; it begins from the moment our children are conceived, when love for them begins, which does not depend on behavior or physical appearance. We love our children for the simple fact that they are ours.

In Luke 2:51, the Bible tells us how Mary kept the memories of Jesus in her heart and as mothers, we have that special connection with them, the same that the Lord gave us, based on sincere love, pure and full of an unbreakable strength that flows from within us.

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