Por todos es sabido la gran influencia que los hermanos pueden tener en el desarrollo social de una persona, pese a que estas mismas relaciones en algunas ocasiones pueden definirse como ambivalentes, pues, aunque el cariño existe, es normal que se peleen, incluso por celos.
También hay más posibilidades de disfrutar de relaciones positivas con los hermanos que con otras amistades.
Nuestros hermanos son modelos a imitar, son compañeros de juego, ellos nos enseñan a solucionar conflictos a través de nuestras diferencias, además de que con ellos también aprendemos a compartir, a apoyarnos y a ser una compañía.
Para que lo anterior suceda, los padres deben de estar preparados para poder afrontar todos los problemas de rivalidad y celos que puedan aparecer entre los hijos cuando estos detectan muestras desproporcionadas de cariño hacia alguno de los hermanos.
En la palabra del Señor, en Genesis 37:7, conocemos a Jacob, quien amaba a José más que a sus otros hijos, pues le había nacido en su vejez. Por eso, un día, Jacob mandó a hacer un regalo especial para José: una hermosa túnica, pero sus hermanos lo odiaban porque su padre lo amaba más que a ellos. No dirigían ni una sola palabra amable hacia José.
Así que pidamos a Dios sabiduría para criar a nuestros hijos libres de todo sentimiento negativo hacia sus hermanos y a educarlos en el amor y la piedad.
Siblings living together
Everyone knows the significant influence that siblings can have on the social development of a person. However, these same relationships can sometimes be ambiguous because it is customary to fight, even out of jealousy, although affection exists.
There is also a greater chance of enjoying positive relationships with siblings than with other friends.
Our siblings are role models, they are playmates, they teach us to solve conflicts through our differences, and with them, we also learn to share, support each other, and be a companion.
For this to happen, parents must be prepared to face all the problems of rivalry and jealousy that may appear between children when they detect disproportionate displays of affection towards one of the siblings.
In the word of the Lord, in Genesis 37:7, we know Jacob, who loved Joseph more than his other sons, for he had been born to him in his old age. So, one day, Jacob had a special gift made for Joseph: a beautiful robe, but his brothers hated him because their father loved him more than them. They would not speak a kind word to Joseph.
So let us ask God for wisdom to raise our children free from all negative feelings towards their brothers and educate them in love and holiness.