Cuántas veces se ha hecho usted la pregunta ¿qué tan difícil me es perdonar? En estos tiempos de confinamiento, donde la familia tiene que convivir las 24 horas del día, entre las actividades en grupo y las propias se puede llegar a roces suscitados por las presiones que aquejan a cada uno de los integrantes de ésta, como las presiones laborales que sufren los padres, las tareas escolares que aquejan a los hijos y hasta las presiones económicas que fastidian a todos.
Se supone que estos roces no deberían de darse, pero se dan, y es aquí cuando tenemos que preguntarnos qué tan dispuestas estamos a perdonar alguna palabra hiriente, la cual rápidamente se convierte en ofensa, una mala actitud o una acción equivocada.
La palabra perdón indica dar, regalar, o donar continuamente, por lo tanto, el perdonar se debe otorgar o pedir a cada momento. El perdón debe considerarse como un valor muy importante y más ahora en este tiempo de confinamiento, que es cuando se debe practicar en todo momento.
El perdonar o pedir perdón no sólo equivale a una disculpa, es aún más profundo, esta acción nos lleva a liberar al que me ofendió, mientras que yo (el ofendido) me libero del rencor, limpio mi corazón y sigo amando. Cuando nos convertimos en quien ofende es necesario enmendar el error u ofensa tomando nuestras consecuencias, pero quien me perdona de todo corazón da muestras de ser humilde.
En esta cuarentena tenemos la oportunidad de practicar diariamente y a cada momento el valor del perdón, que por gracia de nuestro Dios nosotros recibimos. Jesucristo fue muy claro al contestarle a Pedro cuando preguntó, “¿cuántas veces debería perdonar a su hermano?” Jesús nos enseña en Mateo 18:22 que, hasta 70 veces siete, así que como familia practiquemos el perdón y vivamos en armonía en este tiempo de confinamiento.
Forgiveness in the confined family
How many times have you asked yourself how difficult is to forgive? In these confinement time, where the family has to live 24 hours a day, between group activities and their own, friction may arise due to the pressures that afflict each of its members, such as labor pressures that parents suffer, school tasks that plague their children, and even the economic pressures that annoy everyone.
These frictions are not supposed to happen, but they do happen, and this is when we have to ask ourselves how willing we are to forgive a hurtful word, which quickly turns into an offense, a bad attitude or a wrong action.
The word forgiveness indicates continually giving or donating, therefore, forgiveness must be given or asked at every moment. Forgiveness should be seen as a very important value and more so now in this confinement time, which is when it should be practiced.
Forgiving or asking for forgiveness not only amounts to an apology, it is even deeper, this action leads us to free the one who offended me, while I (the offended) free myself from rancor, cleanse my heart and continue loving.
When we become the one who offends, it’s necessary to correct the error or offense by taking our consequences, but whoever forgives from heart shows signs of being humble.
In this quarantine we have the opportunity to practice daily and at every moment the value of forgiveness, which by the grace of our God we receive. Jesus Christ was very clear answering Peter when he asked, “How many times should you forgive your brother?”. Jesus teaches us in Matthew 18:22 that up to 70 times seven, so as a family we practice forgiveness and live in harmony in this confinement time.