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Mi Vida Espiritual

El amor de una madre

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Haz de la relación con cada uno de tus hijos algo tan especial como un vínculo directo con Dios

La labor de ser madre es tal vez lo más difícil y retador de la vida, y pese a ello, no hay nada más gratificante; es el único trabajo donde eres irremplazable e imprescindible, por eso cada mujer que ha sido bendecida con la maternidad debe desarrollar el papel con el mayor respeto, amor y responsabilidad.

En Tito 2:4, el apóstol Pablo utiliza el término griego phileoteknos para referirse al amor cuando menciona que las mujeres mayores deben “aconsejar a las jóvenes a amar a sus hijos”. Este término define de una forma especial al amor materno y se traduce de múltiples maneras, entre ellas “cubrir las necesidades”, “comenzar una tierna relación”, “abrazarlos con amor” o “hacer de cada uno de sus hijos el preferido”.

Sobre la última de las frases, se refiere a que toca hacer de la relación con cada hijo algo individual, tan especial como el vínculo con el amor de Dios.

Cada hijo es un individuo creado por el Señor como un ser único, con defectos, virtudes, fortalezas y debilidades, además de que tiene un propósito único, y en consecuencia debe ser tratado de esa manera.

Nuestra labor como madres es amarlos y aceptarlos como Jesús los ama, no por sus logros, su conducta o desempeño.

La Biblia también nos exhorta a enseñarles lo que Dios nos ha mandado (Deuteronomio 6:6-7), a instruirlos desde pequeños en el camino que deben andar (Proverbios 22:6), a disciplinarlos en amor como él lo hace con nosotras (Proverbios29:15,17) y ser ejemplo de conducta (Deuteronomio 4:9).

Como creyentes debemos hacer todo para el Señor (Colosenses 3:23), siempre tomadas de su mano, porque como es bien sabido, separadas de él nada podemos hacer (Juan 15:4-5) y la maternidad no queda excluida; es por su gracia que podemos desempeñar esta labor, confiadas de que Dios proveerá todo lo que necesitamos para cumplir con el propósito al que nos ha llamado.

A mother’s love

Make your relationship with your children as unique as a direct link to God.

The work of being a mother is perhaps the most complex and challenging thing in life, and despite this, there is nothing more rewarding; it is the only job where you are irreplaceable and indispensable; that is why every woman who has been blessed with motherhood should develop the role with the utmost respect, love and responsibility.

In Titus 2:4, the apostle Paul uses the Greek term phileoteknos to refer to love when he mentions that older women should “counsel the younger women to love their children.” This term uniquely defines motherly love and is translated in multiple ways, among them “to meet their needs,” “to begin a tender relationship,” “to embrace them with love,” or “to make each of their children the favorite.”

The last phrase refers to making each child’s relationship something unique, as unique as the bond with God’s love.

Each child is an individual created by the Lord as a unique being, with defects, virtues, strengths and weaknesses, besides having a particular purpose, and consequently should be treated that way.

Our job as mothers is to love and accept them as Jesus loves them, not for their accomplishments, behavior or performance.

The Bible also exhorts us to teach them what God has commanded us (Deuteronomy 6:6-7), to instruct them from a young age in the way they should go (Proverbs 22:6), to discipline them in love as he does us (Proverbs 29:15,17) and to be an example of conduct (Deuteronomy 4:9).

As believers, we should do everything for the Lord (Colossians 3:23), always holding His hand, because as is well known, separated from Him, we can do nothing (John 15:4-5), and motherhood is not excluded; it is by His grace that we can carry out this work, confident that God will provide everything we need to fulfill the purpose to which He has called us.

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Mi Vida Espiritual

Del duelo, al consuelo

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Ante la pérdida, esta etapa se convierte en una montaña rusa emocional de la que puedes salir adelante

El duelo es un proceso de desorden emocional debido a una pérdida significativa, tanto de seres queridos como de las rutinas de convivencia que se interrumpen con su ausencia.

Esta etapa se compara con una montaña rusa emocional por los cambios de ánimo intermitentes que se sufren al pasar de la tristeza profunda a la rabia, o de una aparente aceptación de la voluntad de Dios a una culpa tormentosa.

Las emociones son reacciones biológicas que no deben ser calificadas como buenas ni malas. A veces, sentirse bien produce dolor en una persona que guarda luto por un ser querido.

El duelo tiene dos componentes en la pérdida

Primaria: El fallecimiento de nuestro ser querido.

Secundaria: Todos los cambios inherentes a la pérdida primaria, como todo lo que ya no haremos juntos, lo que ellos hacían por nosotros, o el tiempo que les dedicábamos. Con su ausencia, sentimos que hemos perdido el sentido de propósito y no sabemos cómo reorganizarnos.

Déjate abrazar

Es muy importante que te permitas ser abrazada cuando transites por un duelo. Déjate acompañar. Escoge con quién expresar tu dolor. Es bueno llorar, es bueno hablar de lo sucedido con la persona correcta. Elige a quien pueda escucharte sin juzgar, sin opinar ni calificar como bueno o malo ninguno de tus episodios, respetándote y sin forzarte a nada.

Cada proceso es diferente, guardar silencio, darse tiempos a solas, llorar o hablar de lo sucedido una y otra vez con libertad permite que la nueva normalidad sin tu ser querido sea procesada en tu mente.

Sólo, por favor, no te quedes en aislamiento por más de 15 días, porque la culpa vendrá cuando estés a solas. Los mil “porqués” y “si hubiera” son palabras clave que alertan sobre la culpa tocando la puerta.

Una promesa maravillosa en Job 14:7-9 dice que Dios, al corazón quebrantado, le ofrece medicina para su dolor en el agua: “Porque si el árbol fuere cortado, aún queda de él esperanza; si su raíz se secara en la tierra, al percibir el agua reverdecerá y hará copa, y no le faltarán renuevos”.


From grief to consolation

In the face of loss, this stage becomes an emotional roller coaster that you can overcome

Grief is a process of emotional turmoil due to a significant loss, both of loved ones and of the routines of living together that are interrupted by their absence.

This stage is compared to an emotional roller coaster due to the intermittent mood swings that occur when moving from deep sadness to rage, or from an apparent acceptance of God’s will to tormenting guilt.

Emotions are biological reactions that should not be classified as good or bad. Sometimes, feeling good causes pain in a person who is grieving for a loved one.

Grief has two components to loss

Primary: The death of our loved one.

Secondary: All the changes inherent to the primary loss, such as everything we will no longer do together, what they did for us, or the time we dedicated to them. With their absence, we feel like we have lost our sense of purpose, and we don’t know how to reorganize ourselves.

Let yourself be embraced

It is very important that you allow yourself to be embraced when you go through a period of mourning. Let yourself be accompanied. Choose who to express your pain with. It is good to cry; it is good to talk about what happened with the right person. Choose someone who can listen to you without judging, without giving an opinion or classifying any of your episodes as good or bad, respecting you and without forcing you to do anything.

Each process is different, keeping silent, giving yourself time alone, crying or talking about what happened repeatedly freely allows the new normal without your loved one to be processed in your mind.

Just, please, do not stay in isolation for more than 15 days, because guilt will come when you are alone. The thousand “whys” and “ifs” are key words that alert about guilt knocking on the door.

A wonderful promise in Job 14:7-9 says that God, to the broken heart, offers medicine for its pain in the water: “For though the tree be cut down, there is hope for it; though its root dries up in the earth, when it is watered it will sprout and put forth its shoots, and will not lack shoots.”

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Mi Vida Espiritual

Refleja tu interior en la temporada actual

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Con presteza debemos procurar renovar nuestra mente para vivir en un estado de bienestar y equilibrio

Me gusta leer, y en algún momento encontré algo muy interesante respecto a nuestro ADN que me gustaría compartirles, “el envejecimiento no está escrito en nuestro ADN”, decía el artículo.

En relación con lo leído y como estamos entrando a una nueva estación, el otoño –que se relaciona con la vejez–, vale la pena aclarar el mito sobre que las personas mueren de viejos, ya que la “edad” no está codificada en nuestras células, según lo escrito.

Es el otoño temporada de transición, cambio, mudanza y renovación, y tal como lo viven los árboles, que sueltan las hojas, es como nosotros deberíamos hacerlo, renovándonos, soltando eternos resentimientos y procurando nuestro bienestar integral.

Nuestro cuerpo está en constante renovación, incluso en la vejez. No morimos por edad o enfermedad, sino por los conflictos emocionales que desencadenan el envejecimiento y la muerte.

“Cada célula del cuerpo humano se reemplaza a sí misma en un período de siete años. Eso significa que no existe ni la más mínima parte de ti ahora que hace siete años”, dice Steven Hall. Por eso es por lo que con presteza debemos procurar renovar nuestra mente, pues nuestros pensamientos y paradigmas nos impiden vivir en un estado de bienestar y equilibrio.

No olvides que somos llamadas a destacar, a ser referentes en este mundo y sobre todo a reflejarlo, pues como es adentro así es afuera.

“Cada día es una renovación, cada mañana el milagro diario. Esta alegría que sientes es la vida”

Gertrude Stein

Reflect your inner self in the current season

We must quickly try to renew our minds to live in a state of well-being and balance.

I like to read, and at some point, I found something very interesting about our DNA that I would like to share with you: “aging is not written in our DNA,” the article said.

In relation to what I read and since we are entering a new season, autumn –which is related to old age–, it is worth clarifying the myth that people die of old age, since “age” is not encoded in our cells, as written.

Autumn is a season of transition, change, moving and renewal, and just as the trees experience it, shedding their leaves, so should we, renewing ourselves, letting go of eternal resentments and seeking our integral well-being.

Our body is constantly renewing itself, even in old age. We do not die from age or illness, but from the emotional conflicts that trigger aging and death.

“Every cell in the human body replaces itself over a period of seven years. That means that not even the smallest part of you exists now as there was seven years ago,” says Steven Hall. That is why we must quickly try to renew our mind, because our thoughts and paradigms prevent us from living in a state of well-being and balance.

Don’t forget that we are called to stand out, to be role models in this world and above all to reflect it, because as it is inside, so it is outside.

“Every day is a renewal, every morning the daily miracle. This joy you feel is life”

Gertrude Stein

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Mi Vida Espiritual

Sé un instrumento de paz en el mundo

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La verdadera paz no es solo la ausencia de conflicto, sino la reconciliación con Dios a través de Cristo

Cuando se habla en el mundo acerca de la paz, por lo general se piensa en que no haya guerra. A a eso le llaman paz, a la a ausencia de conflicto. Pero la verdadera paz, es la del Príncipe de Paz, Jesús, que vino a traer paz para con Dios Padre a través de su vida y muerte. Así es como su palabra confirma ésto: San Juan 14:27 RVC “La paz les dejo, mi paz les doy; yo no la doy como el mundo la da. No dejen que su corazón se turbe y tenga miedo”.

Y para ser un instrumento de paz se requiere tenerlo como Señor y Salvador al creerle y recibirle. San Juan 1:12 RVC “Pero a todos los que recibieron la Palabra, a los que creen en su nombre, les dio la potestad de ser hechos hijos de Dios”. Solo siendo hija de Dios, se puede tener su paz, la que da su salvación y perdón, que por cierto cuando somos perdonadas, somos capacitadas para pedir y dar perdón. Y así podemos ser instrumento al reconciliarnos con otros, empezando con la familia y luego hacia afuera. Entonces el Señor nos usa para ser sus instrumentos de paz.

2 Corintios 5:18 RVC “Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo a través de Cristo y nos dio el ministerio de la reconciliación”. En éste pasaje Bíblico se nos dice que todos los creyentes en él, tenemos un ministerio (servicio) que es de la reconciliación. Y Dios nos llama a ser embajadoras representando su reino. Qué mejor instrumento de paz podemos ser, cuando compartimos con otros éste mensaje: reconcíliense con Dios y luego con el prójimo. Entonces viene la paz del perdón y del amor en Jesús.


Be an instrument of peace in the world

True peace is not only the absence of conflict but reconciliation with God through Christ.

When people talk about peace, they usually think about the absence of war. That is what they call peace, the lack of conflict. But true peace is that of the Prince of Peace, Jesus, who came to bring peace with God the Father through his life and death. This is how his word confirms this: St. John 14:27 KJV “Peace I leave with you, my peace I give you; not as the world gives do I give it. Do not let your hearts be troubled and fearful.”

Being an instrument of peace requires having Him as Lord and Savior by believing and receiving Him. John 1:12 KJV “But as many as received the word, to them gave he the power to become the sons of God, even to them that believe on his name.” Only by being a child of God can one have his peace, which gives salvation and forgiveness which, by the way, when we are forgiven, we can ask for and offer forgiveness. So, we can be instrumental in reconciling with others, starting with the family and then going outward. Then, the Lord uses us to be his instruments of peace.

2 Corinthians 5:18 NKJV “And all this is from God, who reconciled us to himself through Christ and gave us the ministry of reconciliation.” This Biblical passage tells us that all believers in him have a ministry (service) of reconciliation. And God calls us to be ambassadors representing his kingdom. What better instrument of peace can we be when we share this message with others: be reconciled to God and then to each other? Then comes the peace of forgiveness and love in Jesus.

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