Cruz Pérez Cuéllar y Rubí Enríquez, se sinceran con Visionarias sobre su trabajo a favor de la familia
Diez años han pasado desde que Cruz Pérez Cuéllar y Rubí Enríquez decidieron emprender un camino juntos, mismo que los ha llevado a formar una sólida familia y a trabajar en solucionar los problemas y necesidades de una de las ciudades más complicadas del mundo.
Cada uno desde sus trincheras, se muestran para Visionarias como muy pocas veces lo han hecho, como pareja y cabezas de familia que van más allá de ser un ejemplo para los ciudadanos de “la frontera más bonita del mundo”.
En entrevista, los Pérez Enríquez nos hablan de su trabajo, la familia y como Dios es pieza fundamental de todo lo que hacen en sus vidas.
La importancia de la familia
La pareja concuerda que la familia es su fortaleza y el motor principal de sus acciones. Para el alcalde de Ciudad Juárez, es un refugio, el cual le ayuda a “enfrentar mil problemas… llegas a tu casa y ahí te refugias, te concentras, te llenas de energía, obviamente el amor, es fundamental para estar claro”.
Por su parte, Rubí Enríquez, presidenta del DIF Municipal, afirma que “la familia es quién eres, si no tienes una familia sólida en tu casa difícilmente sales a las calles a avanzar, a hacer grandes cosas”.
Y precisamente, teniendo dicho motor, ambos salen cada día a trabajar en favor de la comunidad juarense.
Para la señora Rubí es un reto nuevo que la tiene concentrada y muy pendiente.
“Es algo muy padre, muy bonito, yo nunca había trabajado en la administración y ahora estar aquí apoyándolo y él a mí; tener las mismas pláticas, compartir las mismas cosas es algo maravilloso”, comenta ella.
Por su parte el presidente se dice contento y gratamente sorprendido “porque Rubí, a diferencia de un servidor que siempre ha estado en la vida pública, ella nunca había estado, nunca es nunca. Siempre me ayudó y todo, pero no es lo mismo ya una responsabilidad como la del DIF”.
“Está entregada completamente, es una mujer muy sensible, uno se da cuenta que le llegan los problemas al corazón, hasta adentro, está entregada en hacer una buena obra. Es una muestra de amor muy grande”, afirma.
La Mujer, una reserva moral
El propio presidente aseguraba que en su gestión lo más importante es poder implementar una política transversal, es un hombre que valora mucho a la mujer.
“Si queremos hacer un cambio va a tener que ser a través de una política que trascienda a todo el Municipio y a todas las direcciones, y estamos en ese proceso”.
Pérez Cuéllar profundiza y asegura que “que la mujer es la reserva moral de la sociedad, un poco en detrimento de nosotros los hombres, lo digo, es cierto, estamos para servirles, estamos trabajando para dejarles una mejor ciudad, trabajamos en su seguridad”.
Agrega que “en el caso de las mujeres de la industria maquiladora, (trabajamos) en alumbrar todos los caminos que las llevan a su trabajo. El reto de nosotros es alumbrar su camino de aquí a que termine esta administración”.
Su inspiración
Para lograr todo lo que se han propuesto, tanto como pareja, como funcionarios municipales, Cruz y Rubí se inspiran en el amor por México y su familia, a la cual buscan dejarles una ciudad más limpia, más segura y ordenada, comenta el alcalde, quien presume su pasión por el país que lo vio nacer.
Se habla de religión
Otra de sus inspiraciones es Dios, de quien a pesar de sus puestos públicos no dudan en hablar, se describe como un hombre de fe.
“Lo he dicho siempre, en público y en privado, creo en Dios, en nuestro Señor Jesucristo, soy un hombre de fe”.
“Respeto a todos, siempre ha habido una mala visión del estado laico. El estado laico se nos quiere vender como que no puedes profesar o hablar de Dios en una oficina pública, y claro que se puede. El estado laico, lo que significa es el respeto a todos, y aquí en la Presidencia tenemos que atender a todos. Yo siempre he creído en Dios, tengo mucha fe en Dios, siempre me he encomendado a él, soy pecador como todos, pero creo en él”, afirma Pérez Cuéllar.
Por su parte Rubí nos comenta que “Dios es todo en la vida de las personas, si Dios no está al lado de nosotros, dentro de nosotros, somos como una masa sin nada”.
El recuento de una vida
“Han sido 10 años de compartir nuestra vida juntos, muy bonitos, donde han sido muchísimas las altas, las bajas ni siquiera se cuentan, nuestro amor, matrimonio y familia son muy bonitos y solidarios, hemos sabido embonar, tanto sus hijos como los míos”, comparte con Visionarias Rubí.
Ella asegura que se complementan con amor y paciencia, más cuando se trata de comprender el trabajo de su marido.
“Cruz tiene una carga de trabajo muy pesada, entonces los espacios que tenemos entre los dos, los hemos complementado de una manera muy buena. Tanto él como yo sabemos que las jornadas de trabajo son largas, pero en los espacios nos acomodamos muy bien los dos”, dice la mujer que al casarse con el político se convirtió en madre de 6, tres de él, dos de ella, y una pequeña en común, a quienes buscan inspirar a través del ejemplo.
Por el bien de la frontera
En voz de Rubí exhortan a ver por las familias, que lo son todo, sobre todo la base de una sociedad unida, fuerte y feliz, cuya integrante principal es la mujer, por la cual trabajan para verla empoderada, realizada, siendo el soporte de las niñas, niños y jóvenes de los juarenses.
Hand in hand for Juarez
Cruz Pérez Cuéllar and Rubí Enríquez, open up to Visionarias about their work on behalf of the family.
Ten years have passed since Cruz Perez Cuellar, and Rubi Enriquez decided to embark on a journey together, which has led them to form a strong family and work to solve the problems and needs of one of the most complicated cities in the world.
Each one from their trenches, they show themselves to Visionarias as they have rarely done, as a couple and heads of a family that goes beyond being an example for the citizens of “the most beautiful border in the world.”
In an interview, the Pérez Enríquez talk to us about their work, their family and how God is a fundamental part of everything they do in their lives.
The importance of family
The couple agrees that family is their strength and the main engine of their actions. For the mayor of Ciudad Juárez, it is a refuge that helps him “face a thousand problems… you get home and there you take refuge, you concentrate, you fill yourself with energy, obviously love, it is fundamental to be clear”.
For her part, Rubí Enríquez, president of the Municipal DIF, affirms that “the family is who you are if you don’t have a solid family at home, it is difficult to go out into the streets to move forward, to do great things.”
And precisely, having this engine, both go out every day to work in favor of the Juarense community.
It is a new challenge for Rubi that keeps her focused and very attentive.
“It is something very nice, very nice; I had never worked in the administration and now to be here supporting him and him supporting me; to have the same talks, to share the same things is something wonderful,” she comments.
For his part, the president says he is happy and pleasantly surprised “because Rubi, unlike a servant who has always been in public life, she had never been, never is. She always helped me and everything, but it is not the same as a responsibility like that of the DIF”.
“She is completely dedicated; she is a compassionate woman, you can see that her problems touch her heart, even inside, she is committed to doing a good deed. It is a very great sign of love”, she affirms.
Women, a moral reserve
The president assured that the most crucial thing in his administration is implementing a transversal policy; he is a man who values women very much.
“If we want to make a change, it is going to have to be through a policy that transcends the entire Municipality and all directions, and we are in that process.”
Perez Cuellar goes deeper and assures that “women are the moral reserve of society, a little to the detriment of us men, I say it, it is true, we are to serve them, we are working to leave them a better city, we are working on their safety.”
He adds that “in the case of the women in the maquiladora industry, (we work) to light all the roads that lead them to their work. Our challenge is to light their way between now and the end of this administration.
Their inspiration
To achieve everything they have set out to do, both as a couple and as municipal officials, Cruz and Rubí are inspired by their love for Mexico and their family, to whom they seek to leave a cleaner, safer and more orderly city says the mayor. He boasts of his passion for the country where he was born.
He talks about religion
Another of his inspirations is God, of whom, despite his public posts, he does not hesitate to speak; he describes himself as a man of faith.
“I have always said it, in public and in private, I believe in God, in our Lord Jesus Christ, I am a man of faith.”
“I respect everyone; there has always been a bad vision of the secular state. The secular state is sold to us as meaning that you cannot profess or talk about God in a public office, and of course, you can. The secular state means respect for everyone, and here in the Presidency, we have to attend to everyone. I have always believed in God, I have a lot of faith in God, I have always entrusted myself to him, I am a sinner like everyone else, but I believe in him”, affirms Perez Cuellar.
For his part, Rubí comments that “God is everything in people’s lives, if God is not beside us, inside us, we are like a mass with nothing.”
The recount of a life
“It has been ten years of sharing our life, wonderful, where there have been many highs, the lows are not even counted, our love, marriage and family are very nice and supportive, we have been able to match, both his children and mine,” shares with Visionarias Rubi.
She assures that they complement each other with love and patience, more so when understanding her husband’s work.
“Cruz has a hefty workload, so the spaces we have between the two of us, we have excellently complimented them. Both he and I know that the workdays are long, but we both fit in very well,” says the woman who, after marrying the politician, became the mother of six children, three of them his, two hers, and a little girl together, whom they seek to inspire by example.
For the good of the border
In Rubi’s voice, they urge to see for the families, which are everything, especially the basis of a united, solid and happy society, whose leading member is the woman, for whom they work to see her empowered, fulfilled, being the support of the girls, boys and young people of Juarenses.