Desde muy joven Paty Legarda ha trabajado para lograr establecerse como una mujer exitosa, conoce su historia
Bajo el precepto “si es para Dios tienes que hacerlo bien”, es como Paty Legarda ha manejado su empresa durante 32 años, tiempo en el que no sólo ha posicionado dicho negocio, sino que también ha logrado crear una familia y ser un miembro activo de la sociedad juarense.
En esta edición de Visionarias, Silvia Patricia Legarda de Fernández, o simplemente Paty, nos cuenta cómo ha sido su camino al éxito y por qué se ha esforzado en ayudar a otras mujeres a salir adelante.
Grabados Legza
Recién egresada del Instituto Tecnológico de Ciudad Juárez (ITCJ) y ya con un empleo estable dentro de la industria maquiladora, Paty sentía que no encajaba del todo con su nueva profesión, así que después de consultarlo con su padre, decidió dejar todo y comenzar desde cero su propio proyecto.
Fue así como creo Grabados Legza, una empresa dedicada a la elaboración y fabricación de productos y reconocimientos corporativos o deportivos grabados en cualquier material, que inició en la biblioteca de su casa con una pequeña máquina en la que ella misma hacía el trabajo, que además promocionaba y presentaba a potenciales clientes.
“Yo siempre he sido una mujer muy proactiva, muy inquieta, no soy conformista… yo vengo de dos padres maestros, normalistas, mis padres desde muy jovencitos trabajan, mi madre tenía dos trabajos, mi papá estando casado era estudiante, sacó la Escuela de Agricultura, entonces yo tuve un ejemplo hermoso de mis padres”, nos cuenta emocionada.
Fue ese ejemplo y la fe en Dios que nunca desistió al querer comenzar un negocio propio y antes, soportar su difícil paso por el Tecnológico.
“Me daban infierno los maestros, por ser mujer tenías el doble de responsabilidad, el doble de hacer las cosas bien, tú tenías que demostrar que podías”, dice nuestra entrevistada, quien recuerda que junto con ella sólo fueron cinco mujeres las que terminaron la ingeniería.
Poder femenino
Tal vez por lo anterior es que Legarda no ha desamparado al género femenino, el cuál hasta hace poco era el único contratado en su negocio, situación que cambió por cuestiones necesarias. Ahora el 80 por ciento de sus empleados son mujeres.
“Yo apoyo mucho a la mujer, para mí la mujer es muy eficiente, es una mano de obra de excelente calidad… parte del éxito de mi empresa ha sido ese”, nos dice quien actualmente está a cargo de 10 trabajadores, todos elegidos directamente por ella, pues sabe que de esa manera podrá seguir manteniendo su lugar en el mercado.
“Mis clientes son empresas fuertes, son empresas constructoras, son maquiladoras, son empresas de otro nivel y eso me ha ayudado mucho para crecer”, menciona.
La familia lo es todo
Pero nada de lo anterior sería posible sin la ayuda de su marido, con quien se casó al tiempo que iniciaba su empresa, y a quien Paty reconoce abiertamente.
“El que ha estado a mi lado es mi marido, él me ayuda, me da fortaleza, es mi gran apoyo, si tú no tienes el apoyo de tu pareja como una mujer empresaria tú no vas a poder salir adelante, es bien difícil, es frustrante que no tengas una pareja que te apoye”, nos cuenta quien además es madre de dos hijos, una mujer de 29 años de edad y un hombre de 28, los cuales ven en ella un ejemplo de constancia, disciplina y trabajo arduo, características que le han permitido llegar a donde está.
Es por ellos, que, aunque le gusta hacer lo que hace, está pensando en algún momento tomarse un tiempo para estar con ellos, en especial con su esposo.
El servicio, su pasión
Sin embargo, el retiro no es un proyecto cercano, pues Paty, como buena mujer rotaria, desea seguir sirviendo, ayudando a quienes necesiten de ella y trabajando a favor de la comunidad, por lo cual sigue agarrada a la mano del Señor, quien es prioritario en su día a día, “sin Dios eres nada”, afirma.
“Yo le doy gracias a Dios porque me ha permitido cumplir muchos deseos que guardaba mi corazón, todo lo que tengo viene de él, él me ha permitido tenerlo y estoy plena, satisfecha… pero como soy una mujer de retos ahorita estoy buscando cómo crecer, no me puedo quedar estática”, comparte la mujer a quien ni la pandemia detuvo, pues fue en este lapso que busco nuevas formas de innovar y crecer profesionalmente.
Precisamente con la experiencia que ha acumulado a través de 32 años de trabajo, Paty dice a las lectoras que nunca hay que “echarse para atrás”.
“La mujer debe ser fuerte, debe agarrarse de la mano de Dios para salir adelante; mi consejo es que siempre deben de prepararse para salir adelante, ser una mujer inteligente con sabiduría para salir a dar la batalla”, consejo que espera quede grabado en sus mentes y corazones, tal y como ella lo hace en sus reconocimientos.
With her, nothing is done by halves
From a young age, Paty Legarda has worked to establish herself as a successful woman and learn about her story.
Under the precept “if it is for God, you have to do it right” is how Paty Legarda has managed her company for 32 years, a time in which she has not only positioned the business but has also managed to create a family and be an active member of the Juarense society.
In this edition of Visionarias, Silvia Patricia Legarda de Fernández, or simply Paty, tells us about her path to success and why she has strived to help other women succeed.
Legza Engravings
Recently graduated from the Instituto Tecnológico de Ciudad Juárez (ITCJ) and already with a stable job in the maquiladora industry, Paty felt that she didn’t quite fit in with her new profession, so after consulting with her father, she decided to leave everything behind and start her project from scratch.
This is how she created Legza Engravings, a company dedicated to the elaboration and manufacture of products and corporate or sports recognitions engraved in any material, which began in the library of her home with a small machine in which she did the work herself, which she also promoted and presented to potential clients.
“I have always been a very proactive woman, restless; I am not a conformist… I come from two parents who are teachers and normalists; my parents have been working since they were very young; my mother had two jobs, and my father was married and a student; he graduated from Agricultural School, so I had a beautiful example from my parents”, she tells us excitedly.
It was that example and her faith in God that never deterred her from wanting to start her own business, and before that, she endured her difficult time at Tecnológico.
“The teachers gave me hell because being a woman, you had double the responsibility, double the responsibility to do things right, you had to prove that you could,” says our interviewee, who recalls that along with her, there were only five women who finished engineering.
Feminine power
Perhaps because of this, Legarda has not neglected the female gender, which until recently was the only one hired in her business, a situation that changed for necessary reasons. Now 80 percent of his employees are women.
“I am very supportive of women; for me, women are very efficient, they are an excellent quality labor force… part of the success of my company has been that,” she tells us, who is currently in charge of 10 workers, all chosen directly by her because she knows that this way she will be able to continue to maintain her place in the market.
“My clients are strong companies, they are construction companies, they are maquiladoras, they are companies of another level, and that has helped me a lot to grow,” she mentions.
Family is everything
But none of the above would be possible without the help of her husband, whom she married while starting her company and whom Paty openly acknowledges.
“If you don’t have the support of your partner as a businesswoman, you won’t be able to get ahead; it’s tough, it’s frustrating not to have a partner to support you,” she tells us, who is also the mother of two children, a 29-year-old woman and a 28-year-old man, who see in her an example of perseverance, discipline and hard work, characteristics that have allowed her to get where she is.
It is because of them that, although she enjoys doing what she does, she thinks of taking some time to be with them, especially her husband.
Service, her passion
As a good Rotarian, Paty wants to continue serving, helping those who need her and working on behalf of the community. Hence, she continues to hold on to the hand of the Lord, a priority in her daily life, “God, you are nothing,” she says.
“I thank God because he has allowed me to fulfill many desires that my heart has kept; everything I have comes from him, he has allowed me to have it, and I am full, satisfied … but as I am a woman of challenges now I am looking for how to grow, I can not stay static,” shares the woman who even the pandemic did not stop, because it was in this period that she looked for new ways to innovate and grow professionally.
With the experience she has accumulated through 32 years of work, Paty tells readers that they should never “back down.”
“Women must be strong; they must hold on to God’s hand to move forward; my advice is that they should always prepare themselves to move forward, be an intelligent woman with wisdom to go out and do battle,” advice that she hopes will remain engraved in their minds and hearts, just as she does in her acknowledgments.