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Familia

Compañero de cuatro patas

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Además de ser un integrante más de la familia, nuestra mascota es un regalo de Dios para aprender otro tipo de amor

Los hay grandes, pequeños, peludos, pelones, callados y ruidosos, los que rompen cosas y los que sólo se la pasan roncando. ¡Qué regalo tan grande son nuestros amigos de cuatro patas!, esos traviesos acompañantes de vida que Dios nos regaló para aprender otro tipo de amor, que por cierto es incondicional por excelencia.

No sé si eres una persona como yo, pero amo admirar cada ser vivo que el Señor puso en la creación, no me importa si son arañas, serpientes o lombrices; creo que nuestros amiguitos, ya sea que ladren o maúllen, son en verdad algo muy especial.

Mi perrita es una Yorkshire Terrier de 9 años, y aunque tiene pedigree ella es adoptada, la recibimos en nuestra casa hace siete años.

Te cuento que no conozco una mirada tan agradecida como la que me regala Whitney cada vez que le corto las uñas, la baño, le doy sus croquetas favoritas o simplemente cuando le rasco su pequeña pancita, ella sólo se para en sus patitas traseras y me agradece con algunos besos, luego gira en su lugar y se sienta junto a mí, siempre junto a mí. Estoy muy segura de que Dios nos la ha regalado para enseñarnos a vivir con el ejemplo que nos da.

Veo en ella una fidelidad impresionante, un agradecimiento que no para, una dependencia tan fuerte de nosotros que me hace recordar lo que debería yo sentir cada vez que reconozco que Dios es nuestro proveedor, nuestro protector y Padre amoroso. ¡Quiero ser como Whitney cuando me persigue, siempre quiero perseguir a mi Padre Celestial!

Si bien cada animal es en verdad precioso, creo que esos perritos o gatitos que el Creador nos permite tener en casa tienen en su corazón enorme un gran ejemplo para aprender. Cuídalo lo más que puedas y siempre que veas esos ojos tan sinceros, recuerda que sencillamente son un ejemplo para que miremos de la misma forma a nuestro amado Dios.


Four-legged companion

In addition to being another member of the family, our pet is a gift from God to learn another kind of love

There are big, small, furry, hairy, quiet and noisy, and those who break things and snore. What a great gift our four-legged friends are, those mischievous companions of life that God gave us to learn another kind of love, which is absolute par excellence.

I don’t know if you are a person like me, but I love to admire every living being that the Lord put in creation; I don’t care if they are spiders, snakes or worms; I believe that our little friends, whether they bark or meow, are something exceptional.

My dog is a nine-year-old Yorkshire Terrier, and although she has a pedigree, she is adopted; we received her in our home seven years ago.

I tell you that I don’t know a look as grateful as the one Whitney gives me every time I cut her nails, bath her, give her her favorite kibble or simply when I scratch her little tummy, she just stands on her hind legs and thanks me with a few kisses, then she turns in her place and sits next to me, always next to me. I am very sure that God has given her to us to teach us how to live by the example she gives us.

I see in her an extraordinary faithfulness, a thankfulness that never stops, a dependence on us so strong that it reminds me of what I should feel every time I recognize that God is our provider, our protector and our loving Father. I want to be like Whitney when she chases me; I always want to pursue my Heavenly Father!

While every animal is precious, those little dogs or kittens that the Creator allows us to have at home have a great example to learn from in their vast hearts. Take care of them as much as you can, and whenever you see those eager eyes, remember that they are simply an example for us to look at our beloved God in the same way.

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Familia

Gratitud en acción

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‘Gracias’, no podemos imaginar lo que se logra con una palabra tan corta, pero a la vez tan poderosa

Desde la niñez hemos sido enseñados a agradecer; mamá nos indica en que momento y a quienes debemos decir “gracias”, lo que permite que en el menor se vaya desarrollando el valor de la  gratitud y al llegar a la edad adulta le sea tan sencillo expresarlo a aquellos de quienes recibe favores.

Si contamos las veces que durante el día mencionamos esta palabra, nos daríamos cuenta si es  recurrente o no en nuestro vocabulario diario. No nos podemos imaginar lo que se logra con una palabra tan corta, pero a la vez tan poderosa. El ser agradecida, nos ayuda a que valoremos lo que está en nuestra vida y lo que pasa en ella.

Uno de los valores importantes para Dios es la “gratitud”, y en la Biblia se encuentra una historia mencionada por Jesús; en Lucas capítulo 10 versículos del 11 al 19, nos cuentan sobre 10 hombres que tenían lepra, los cuales fueron ante Jesús buscando sanidad para sus cuerpos, al verlo pidieron misericordia ya que ésta era una terrible enfermedad; al final ellos fueron sanados, pero paso algo muy especial, de los 10 que fueron sanados sólo uno se regresó para darle las gracias. Entonces Jesús le pregunta ¿y donde están los otros 9? Esta historia nos enseña que sólo uno tuvo un corazón agradecido.

Creo que tanto usted como yo, amada lectora, hemos recibido tanto por parte Dios que quisiéramos ir más allá de decir gracias, quisiéramos que a esa palabra le salieran pies y se convirtiera en acciones; la gratitud nos lleva a querer hacer algo en beneficio de quienes nos rodean, por ejemplo si estoy agradecida por el pan que hay en mi hogar, debo extender mi mano para darlo a quien lo necesita; si tengo salud, en gratitud puedo ir a un hospital a visitar a algún enfermo o a su familia que necesita de un abrazo; si tengo ropa para vestir y cobija para abrigarme, entonces puedo llevar cobijas a los hogares que en mi ciudad las necesitan, y así puedo dar muchos ejemplos de que mi gratitud se convierta en acciones, en bien de otros, les conozca o no.

La tradición del día de Acción de Gracias, no sólo se trata de comer pavo y pasar un tiempo agradable con la familia y amigos, es darle las gracias a Dios de lo recibido de su mano durante el año, es darle las gracias en todo y por todo, inclusive, en lo que pasó que no es tan grato y puede ser hasta doloroso, es una ocasión muy especial para decir gracias y escuchar también a otros expresar su gratitud a Dios.

Si yo le preguntara por qué motivos debemos darle las gracias a Dios, creo que la lista sería muy larga, por lo tanto, le invito a que esa gratitud se materialice y pase a la acción, Dios le ayudará y guiará.

Antes de que termine cada día, pregúntese, ¿Qué he hecho por los demás en este día que empieza, o que está transcurriendo o que está por terminar?


Gratitude in action

‘Thank you,’ we cannot imagine what is achieved with such a short word, but at the same time so powerful

Since childhood, we have been taught to be grateful; mom tells us when and to whom we should say “thank you,” which allows children to develop the value of gratitude, and when they reach adulthood, it is so easy to express it to those from whom they receive favors.

If we count how many times during the day we mention this word, we will realize if it is recurrent or not in our daily vocabulary. We cannot imagine what can be achieved with such a short but powerful word. Being thankful helps us to value what is in our life and what happens in it.

One of the essential values of God is “gratitude,” and in the Bible, there is a story mentioned by Jesus; in Luke chapter 10, verses 11 to 19, we are told about ten men who had leprosy, who went to Jesus seeking healing for their bodies, when they saw him they asked for mercy because this was a terrible disease; in the end they were healed, but something extraordinary happened, of the  ten who were healed only one returned to thank him. Then Jesus asked him, “Where are the other 9? This story teaches us that only one has a grateful heart.

I believe that both you and I, beloved reader, have received so much from God that we would like to go beyond saying thank you; we would like that word to have feet and become actions; gratitude leads us to want to do something for the benefit of those around us, for example, if I am grateful for the bread in my home, I should extend my hand to give it to those who need it; if I  have health, in gratitude I can go to a hospital to visit a sick person or his family who needs a hug; if I have clothes to wear and a blanket to keep me warm, then I can take blankets to the homes in my city that need them. So, I can give many examples of how my gratitude is converted into  actions for the good of others, whether I know them or not.

The tradition of Thanksgiving Day is not only about eating turkey and spending a pleasant time with family and friends; it is about thanking God for what we have received from his hand during the year; it is about giving thanks in everything and for everything, including what happened that is not so pleasant and can even be painful, it is an extraordinary occasion to say thank you and also to listen to others express their gratitude to God.

If I were to ask you why we should thank God, I think the list would be very long. Therefore, I invite you to make that gratitude materialize and take action; God will help and guide you. Before the end of each day, ask yourself, what have I done for others in this day that is beginning, or that is passing, or that is about to end?

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Familia

Navidad, más que un momento, un milagro

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Con alegría y gozo celebremos junto a nuestros seres amados la gracia y misericordia de Dios hacia nosotros

Actualmente, cuando escuchamos la palabra Navidad, vienen a nuestra mente un sinnúmero de pensamientos, ideas y hasta aromas.

Sin embargo, el consumismo ha permeado nuestra cultura y al acercarse esta temporada fácilmente podemos vernos envueltas en diversas prácticas que nada tienen que ver con la celebración.

Intentamos encajar en nuestra sociedad y olvidamos la verdad de esta fecha, minimizándola a sólo un momento, el de compartir un regalo.

La historia

Navidad es una festividad que tomó su nombre hasta la Edad Media. Fue hasta la primera parte del siglo IV, que los cristianos de Roma comenzaron a celebrar el nacimiento de Cristo, una práctica que se extendió rápidamente en el mundo para con ella proclamar la encarnación de Dios.

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su hijo unigénito, para que todo aquel que cree en él, no se pierda, más tenga vida eterna”. -Juan 3:16.

Este es uno de los pasajes bíblicos más conocido alrededor del mundo que puede ilustrar perfectamente el propósito del milagro sucedido en Belén de Judea cuando la segunda persona de la Trinidad, Jesucristo, se encarnó sobrenaturalmente en el seno de una virgen, piadosa y joven mujer, María.

Su concepción fue un suceso único como lo explica Isaías 7:14, un hecho que era necesario que ocurriera para que el plan de reconciliación entre Dios y los seres humanos pudiera llevarse a cabo.

La grandeza de ese nacimiento milagroso no culminó en ese momento, sino que 33 años después, ese pequeño bebé nacido en un establo derramaría su sangre preciosa en la Cruz del Calvario para de esa manera ofrecerse en sacrificio por nuestros pecados y darnos acceso al reino celestial y a la vida eterna.

De manera que cuando nos disponemos a celebrar la Navidad sin duda estamos celebrando que Jesucristo, el hijo de Dios, vino a esta tierra y es quien lo une con el hombre y proporciona salvación como resultado de esa unión. Sin duda es un verdadero milagro.


Christmas, more than a moment, a miracle

With joy and happiness, let us celebrate with our loved ones the grace and mercy of God towards us.

Nowadays, when we hear the word Christmas, countless thoughts, ideas and even aromas come to mind.

However, consumerism has permeated our culture and as this season approaches, we can easily find ourselves involved in various practices that have nothing to do with the celebration.

We try to fit into our society and forget the truth of this date, minimizing it to just a moment, that of sharing a gift.

History

Christmas is a holiday that took its name from the Middle Ages. It was not until the first part of the 4th century that Christians in Rome began to celebrate the birth of Christ, a practice that spread rapidly throughout the world to proclaim the incarnation of God.

“For God so loved the world that he gave his only begotten Son, that whoever believes in him should not perish but have eternal life.” -John 3:16.

This is one of the most well-known biblical passages around the world that can perfectly illustrate the purpose of the miracle that happened in Bethlehem of Judea when the second person of the Trinity, Jesus Christ, was supernaturally incarnated in the womb of a virgin, pious and young woman, Mary.

His conception was a unique event as explained in Isaiah 7:14, an event that needed to happen so that the plan of reconciliation between God and human beings could be carried out.

The greatness of that miraculous birth did not end at that moment, but 33 years later, that little baby born in a stable would shed his precious blood on the Cross of Calvary to offer himself as a sacrifice for our sins and give us access to the heavenly kingdom and eternal life.

So, when we prepare to celebrate Christmas, we are undoubtedly celebrating that Jesus Christ, the son of God, came to this earth and is the one who unites God with man and provides salvation as a result of that union. It is certainly a true miracle.

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Familia

La gratitud transforma a nuestra familia

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Al reconocer nuestras bendiciones, experimentamos contentamiento y satisfacción, y qué mejor que hacerlo en comunión

El 2024 se acerca rápidamente a su fin, y en esta época en la que muchos celebran el Día de Acción de Gracias, es un buen momento para detenernos y reflexionar sobre aquello por lo que estamos agradecidos. Más allá de ser una simple tradición, la gratitud tiene beneficios profundos que impactan tanto en nuestra vida personal como en nuestro hogar.

La gratitud nos ayuda a crear un ambiente de paz en el hogar. Filipenses 4:6-7 nos anima: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”. Cuando agradecemos en familia, invitamos la paz de Dios a reinar en nuestro hogar y proporcionamos a nuestros hijos una base sólida para enfrentar las dificultades con fe y confianza en él.

Además, la gratitud transforma nuestra perspectiva, nos enseña a enfocarnos en lo que tenemos, en lugar de preocuparnos por lo que nos falta.

En un mundo en el que parece que todos tienen una vida mejor que la nuestra, es importante darnos cuenta de que la realidad no siempre es así, todos enfrentamos tiempos buenos y malos. Estar agradecidos en todo momento tal vez no cambie nuestras circunstancias, pero sí cambia nuestra actitud y la manera en que enfrentamos cada situación.

Cuando agradecemos a Dios, incluso en tiempos difíciles, estamos reconociendo su fidelidad y provisión constante, como nos recuerda 1 Tesalonicenses 5:18: “Dad gracias en todo…”. Este versículo nos enseña que debemos ser agradecidos no sólo cuando las cosas van bien, sino también en medio de las pruebas y desafíos de la vida.

A través de la gratitud, aprendemos a valorar lo que hemos recibido y a confiar en que Dios tiene un propósito en cada circunstancia, esto nos llena de paz y nos permite enfrentar la vida con esperanza, en lugar de con desánimo por lo que nos falta.

Al reconocer nuestras bendiciones, experimentamos contentamiento y satisfacción, evitando así caer en la trampa del descontento y la envidia. La gratitud nos llena de alegría por lo que ya tenemos, permitiéndonos vivir con mayor gozo y plenitud.

Agradezcamos, especialmente al compartir en familia, el simple hecho de estar juntos. A veces no valoramos lo suficiente el levantarnos cada día, respirar, tener vida y salud. Si además tienes a tus seres queridos para compartir esos momentos, no pierdas la oportunidad de expresar tu gratitud por cada uno de ellos, transmitiendo unos a otros el poder transformador de un corazón agradecido.


Gratitude transforms our family

By recognizing our blessings, we experience contentment and satisfaction, and what better way to do so than in communion.

2024 is quickly ending, and as many celebrate Thanksgiving, it’s a good time to stop and reflect on what we’re thankful for. Beyond being a simple tradition, gratitude has profound benefits that impact both our personal lives and our homes.

Gratitude helps us create an environment of peace at home. Philippians 4:6-7 encourages us: “Do not be anxious about anything, but in everything, by prayer and supplication, with thanksgiving, present your requests to God. And the peace of God, which surpasses all understanding, will guard your hearts and your minds in Christ Jesus.” When we give thanks as a family, we invite God’s peace to reign in our homes and provide our children with a solid foundation to face difficulties with faith and trust in Him.

Gratitude also transforms our perspective, teaching us to focus on what we have, instead of worrying about what we lack.

In a world where it seems like everyone has a better life than us, it is important to realize that reality is not always like that, we all face good and bad times. Being grateful always may not change our circumstances, but it does change our attitude and the way we face each situation.

When we thank God, even in difficult times, we are acknowledging His faithfulness and constant provision, as 1 Thessalonians 5:18 reminds us: “Give thanks in all circumstances…” This verse teaches us that we should be grateful not only when things are going well, but also during life’s trials and challenges.

Through gratitude, we learn to value what we have received and to trust that God has a purpose in every circumstance. This fills us with peace and allows us to face life with hope, instead of discouragement for what we lack.

By recognizing our blessings, we experience contentment and satisfaction, thus avoiding falling into the trap of discontent and envy. Gratitude fills us with joy for what we already have, allowing us to live with greater joy and fulfillment.

Let us be grateful, especially when sharing with family, for the simple fact of being together. Sometimes we do not value enough getting up every day, breathing, having life and health. If you also have your loved ones to share those moments with, do not miss the opportunity to express your gratitude for each one of them, transmitting to each other the transforming power of a grateful heart.

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