“Sacar provecho de un buen consejo exige más sabiduría que darlo”
John Collins
Aunque parezca que existen personas libres de problemas, recuerda que la mayoría ellas sí los tiene, pero no los cuenta. Hay gente con matrimonios disfuncionales, otra que está abrumada por problemas financieros o por la educación de los hijos y, otra más que sufre depresión nerviosa y siente una especie de vacío interior que le impide realizarse.
También hay personas esclavizadas por el alcohol o por el sexo, sin embargo, no hay suficientes consejeros profesionales para dar abasto a estas situaciones.
El aumento de problemas personales y una creciente desilusión en los esfuerzos por resolverlos han dado paso al intento de buscar nuevas vías de solución.
Por fin ha llegado el momento para que los creyentes tomen a Dios en serio y desarrollen un método bíblico para ser aconsejados bajo la firme autoridad de la Escritura y la suficiencia de Cristo.
El problema primordialmente básico de todo ser humano es su separación del Señor y su falta de identidad, la gente podrá dar a sus problemas personales ciertas soluciones transitorias y parciales, pero mientras no ponga en orden su mundo interior, su disfuncionalidad espiritual provocará que no pueda alcanzar la salud emocional que le permita llevar una vida plena, productiva y creadora.
Es inminente que la gente dejará de llenar el vacío que siente en su interior, siguiendo su propio parecer y adquiriendo la paz que da el ajustarse al plan de Dios.
El apóstol Pablo asegura que nuestra transformación se realiza mediante la renovación, no de los sentimientos ni de las circunstancias, sino de nuestro entendimiento.
“No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta”
Romanos 12:2
How to take advice
“Profiting from good advice requires more wisdom than giving it.”
John Collins
Although it may seem that there are people free of problems, remember that most of them do have them, but don’t count them. There are people with dysfunctional marriages, others who are overwhelmed by financial problems or children’s education, and others who suffer from a nervous breakdown and feel a kind of inner emptiness that prevents them from fulfilling themselves.
There are also people enslaved by alcohol or sex, yet there are few professional counselors to deal with these situations.
The increase in personal problems and growing disillusionment in the efforts to solve them have given way to looking for new solutions.
The time has finally come for believers to take God seriously and develop a biblical method of being counseled under the firm authority of Scripture and the sufficiency of Christ.
The fundamental and primordial problem is his separation from the Lord and his lack of identity. People may be able to give their problems specific transitory and partial solutions. Still, as long as they do not put their inner world in order, their spiritual dysfunctionality will cause them not to achieve the emotional health that will allow them to lead an entire, productive, and creative life.
It is imminent that people will cease to fill the emptiness they feel inside, following their minds and acquiring the peace that comes from conforming to God’s plan.
The apostle Paul assures us that our transformation takes place through the renewal, not of feelings or circumstances, but our understanding.
“Do not imitate the ways and customs of this world, but let God transform you into new people by changing your way of thinking. Then you will learn to know God’s will for you, which is good and acceptable and perfect” (Romans 12:2).