La planificación financiera debe hacerse con sabiduría, prudencia y conocimiento, para que así nos salgan las cuentas
Por: Cultura Financiera
“Con sabiduría se edifica una casa, y con prudencia se afianza; con conocimiento se llenan las cámaras de todo bien preciado y deseable”
Proverbios 24:3,4
La planificación es un elemento indispensable cuando se trata de manejar bien el dinero. Dios es un Dios de orden y espera la misma actitud de nosotros. Con esto en mente, es necesario antes de empezar a planificar, asegurarnos que tenemos las actiudes adecuadas: sabiduría, prudencia y conocimiento de nuestra circunstancia para tomar buenas decisiones, como nos recomienda la cita inicial.
En primer lugar, vamos a decidir cómo gastar nuestro sueldo semana tras semana, mes tras mes, por los próximos seis a doce meses. Para hacerlo, primero debemos averiguar cuánto dinero tenemos disponible para gastar y cuánto nos queda, ¡si es que queda a fin de mes!
Para calcular nuestras entradas, vamos a tomar una hoja de papel y vamos a apuntar todo el dinero que traemos a casa en un mes. Tomaremos las entradas y los gastos de un mes porque a pesar de que podamos estar cobrando una vez por semana o dos veces al mes, la mayoría de gastos familiares son mensuales: la luz, el gas, el agua, los impuestos, el seguro del auto, el pago del alquiler o la hipoteca.
Ahora escribamos cuánto dinero disponible traemos al hogar (después de pagar impuestos y contribuciones). Si no ganas siempre lo mismo, usa una cantidad promedio (suma las entradas variables de los últimos seis meses y divídelas por seis). Por ejemplo, anota la cantidad de dinero que lleva a la casa el esposo en un mes, súmale lo que traes tu, añade las entradas de dinero adicionales por alquileres o por inversiones. Cuando sumes todas las cantidades tendrás un total de entradas de la familia en un mes.
El siguiente paso es muy importante: separar el dinero que vamos a compartir con los demás (contribuciones, ofrendas, etcétera). Vale la pena notar que solamente aquellos que aprenden a desprenderse de sus posesiones materiales pueden realmente disfrutar de ellas. Necesitamos aprender a ser generosos desde el mismo comienzo de nuestra planificación económica porque es una parte esencial de nuestra madurez financiera, aprender que dar es mejor que recibir.
Es importante restar esa cantidad ahora mismo, al comienzo de nuestros planes, porque, si nos acostumbramos desde el comienzo a no ver ese dinero como parte del dinero disponible, nos acostumbraremos a vivir sin él. Si lo incluimos como parte de nuestras entradas, siempre nos va a ser difícil vivir sin él. Ahora que hemos terminado la suma y la resta, hemos llegado al punto de saber cuánto dinero disponible realmente tenemos.
El dinero disponible necesitas separarlo en dinero para gastar y dinero para ahorrar. Al asignar el gasto, debes concentrarte en las cosas que realmente necesitas para vivir, les llamamos los Cuatro Muros, los cuales son tu prioridad, así que paga estas cosas en este orden: comida, servicios, techo y transporte. Una parte deberás ahorrarla para crear un fondo de emergencia, imprevistos y proyectos futuros como educación, inversión o retiro.
“Encomienda tus obras al Señor, y tus propósitos se afianzarán”
Proverbios 16:3
How to manage your paycheck well
Financial planning must be done with wisdom, prudence and knowledge so that we get our accounts right
By: Cultura Financiera
“By wisdom, a house is built, and by prudence, it is strengthened; by knowledge, the chambers are filled with every precious and desirable thing,”
Proverbs 24:3,4
Planning is an indispensable element when it comes to managing money well. God is a God of order and expects the same attitude from us. With this in mind, before we start planning, we must make sure we have the right attitudes: wisdom, prudence and knowledge of our circumstances to make good decisions, as recommended in the opening quote.
First, let’s decide how to spend our paycheck weekly, month after month, for the next six to twelve months. To do this, we must first figure out how much money we have available to spend and how much, if any, is left over at the end of the month!
To calculate our income, we will take a sheet of paper and write down all the money we bring home in a month. We will take one month’s income and expenses because even though we may be getting paid once a week or twice a month, most family expenses are monthly: electricity, gas, water, taxes, car insurance, rent or mortgage payments.
Now let’s write down how much disposable income we bring into the household (after paying taxes and contributions). If you don’t always earn the same amount, use an average amount (add up the variable income for the last six months and divide by six). For example, write down the amount of money your husband brings home in a month, add what you get home, and add additional income from rents or investments. When you add up all the amounts, you will have a total of the family’s income in a month.
The next step is essential: separate the money we will share with others (contributions, offerings, etc.). It is worth noting that only those who learn to let go of their material possessions can genuinely enjoy them. We need to know to be generous from the very beginning of our financial planning because it is an essential part of our financial maturity to learn that giving is better than receiving.
It is essential to subtract that amount right now, at the beginning of our plans, because if we get used to not seeing that money as part of the money available from the beginning, we will get accustomed to living without it. If we include it as part of our income, it will always be challenging to live without it. Now that we have finished adding and subtracting, we have come to the point of knowing how much disposable cash we have.
Available money needs to be separated into cash to spend and money to save. When allocating spending, you should focus on the things you need to live; we call them the Four Walls, which are your priority, so pay for these things in this order: food, utilities, shelter and transportation. A part of it should be saved to create an emergency fund, contingencies and future projects such as education, investment or retirement.
“Commit your deeds to the Lord, and your purposes will be established”
Proverbs 16:3