Aprecio y gratitud, son dos sentimientos que a la mayoría de las personas nos gusta recibir y sentir, ya que es la manera en cómo los seres humanos expresamos a los demás nuestro afecto, estima y respeto. Al recibir la gratitud de alguien, nos hace sentir que está valorando lo que ofrecemos de nuestra parte.
Sin embargo, en ocasiones damos por sentado que es natural recibir tal o cual cosa de cierta persona y hasta de Dios mismo, tanto, que olvidamos ser agradecidos. En la Biblia podemos encontrar varios pasajes que nos indican el tener un corazón agradecido hacia el Señor y hacia los demás.
Quiero compartirles de una mujer que impactó a muchos por su gran corazón, una mujer generosa, compasiva, que siempre buscó el bien de los demás. Su vida abundaba en buenas obras, era digna de imitar y sus acciones hablaban por sí solas. El pueblo la amaba, ella se llamaba Dorcas, la cual es mencionada en la Biblia, en el libro de los Hechos 9:36-43.
En el versículo 36 dice que esta mujer abundaba en buenas obras y en limosnas, ella de sus recursos hacía vestidos para las viudas, pero un día Dorcas enfermó y murió.
Cuando la estaban velando estaba el pueblo reunido ya que le apreciaban y cada uno tenía mucho que agradecerle. El pueblo mismo mandó llamar al apóstol Pedro esperando un milagro.
Al llegar Pedro, las viudas le rodearon y llorando le mostraban las túnicas y vestidos que ella les había hecho. Quizá muchas de estas vestían y tenían sólo los vestidos que Dorcas les había hecho. Me puedo imaginar que, aunque tristes, estaban allí tan agradecidas.
El término de la historia es el milagro de que Dorcas es resucitada por el apóstol Pedro.
Lo que quiero resaltar es la actitud de las viudas y del pueblo mismo, con cuánto aprecio, gratitud y respeto tenían por Dorcas.
Ese mismo agradecimiento y aprecio genuino es el que debemos mostrar cada una de nosotras por quienes nos han brindado un favor, nos han dado un bien material, una muestra de cariño, o por quienes se han preocupado por nuestra vida espiritual.
Existen muchas formas de demostrar esas emociones, por ejemplo: decir una palabra amable, hacer algo por esa persona como cocinarle uno de mis mejores platillos, tener y dar pequeños detalles, mostrar interés, apoyarla cuando tenga una necesidad, pasar un tiempo hermoso con ella, hacerle ver nuestro respeto en todo momento, enviarle un mensaje afectivo o alguna llamada a través del celular. Podemos estar sólo a su lado en algún momento triste de su vida, orar con la persona; simplemente hacer lo que Dios ponga en nuestro corazón.
La gratitud es una bella virtud, por eso quiero agradecer a esta revista, a su directora y a cada una de las colaboradoras por compartir mes con mes enseñanzas tan valiosas. Dios les bendiga.
Por último recordemos lo que dice la Biblia en 1 Tesalonicenses 5:18, “Dar gracias en todo”, no olvidando también, ser agradecidas con el Señor por lo que recibimos de su mano.
¡Gracias Dios por lo que nos das todos los días!
Appreciation and gratitude
Appreciation and gratitude are two feelings that most people like to receive and feel since human beings express our affection, esteem and respect to others. When we receive gratitude from someone, it makes us think that they value what we offer on our behalf.
However, sometimes we take for granted that it is natural to receive such a thing from a specific person and even from God Himself, so much so that we forget to be grateful. We can find several passages in the Bible telling us to have a thankful heart towards the Lord and others.
I want to share with you a woman who impacted many for her great heart, a generous, compassionate woman who always sought the good of others. Her life abounded in good works, she was worthy of imitation, and her actions spoke for themselves. The people loved her; she was called Dorcas, which is mentioned in the Bible in Acts 9:36-43.
In verse 36, it says that this woman abounded in good works and alms, she made clothes for the widows from her resources, but one day Dorcas became ill and died.
When she was being mourned, the people gathered, for they loved her. The people sent for the apostle Peter, hoping for a miracle.
When Peter arrived, the widows surrounded him and, weeping, showed him the tunics and garments she had made for them. Perhaps many of them wore and had only the garments that Dorcas had made for them. I can imagine that, though sad, they were there so grateful.
The end of the story is the miracle of Dorcas being resurrected by the apostle Peter.
I want to highlight the attitude of the widows and the people themselves, with how much appreciation, gratitude, and respect they had for Dorcas.
That same gratitude and genuine appreciation are what we should show for those who have given us a favor and affection or have been concerned about our spiritual life.
There are many ways to show these emotions, for example: say a kind word, do something for that person like cooking her one of my best dishes, have and give small details, show interest, support her when she has a need, spend a beautiful time with her, show her our respect at all times, send her an affectionate message or a call through the cell phone. We can just be by her side in some sad moment of her life, pray with the person, simply do whatever God puts in our heart.
Gratitude is a beautiful virtue. That is why I want to thank this magazine, its director, and each of the collaborators for sharing such valuable teachings month after month. God bless you.
Finally, let us remember what the Bible says in 1 Thessalonians 5:18, “In everything give thanks,” not also forgetting to be grateful to the Lord for what we receive from his hand.
Thank you, God, for what you give us every day!