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Ama a tu prójimo

Junto con su esposo, la pastora Lupita Navarro se ha dedicado por más de dos décadas a llevar comida a los que no tienen

 “Nadie es tan pobre que no pueda dar, ni tan rico que no pueda un día necesitar”, es el mensaje que envía Lupita Navarro, una mujer Visionaria que desde hace 21 años alimenta a cientos de personas vulnerables en esta frontera.

Banco de Misericordia

La historia altruista de la pastora Navarro comenzó al lado de su esposo Rafael, quienes al ver la necesidad que existía en las zonas más vulnerables de la ciudad, decidieron repartir alimentos, sobre todo entre niños y personas de la tercera edad.

“Iniciamos mi esposo y yo… yo digo que fue un llamado que Dios nos dio”, afirma la mujer quien recuerda que al comienzo de su ministerio eran pocas las personas que podía beneficiar con una despensa.

Con el tiempo esa labor fue creciendo, por lo que tuvo que buscar ayuda para solventar la actividad, sin embargo, ésto sólo le permitió darse cuenta del gran desperdicio de comida que existe en las grandes cadenas de supermercados y restaurantes.

“Empezamos a tocar puertas, a buscar alimento para poder rescatarlo, dignificarlo, limpiarlo y podérselo dar a la gente que lo necesita, y es impresionante el desperdicio que existe en estos lugares”.

Alimento para cientos de personas

Lupita recuerda que al principio ella armaba las despensas en el garage de su casa, donde se le unían algunas amigas para ayudarla. Ahora cuenta con una bodega para almacenar los productos que ella misma recolecta o recibe de un centro comercial, el único que la apoya en su labor, por lo que además tiene que comprar otros paquetes al DIF, los cuales le permiten alimentar a alrededor de 400 familias al mes.

También entrega despensas en una estancia infantil, en un albergue de migrantes y en un centro de rehabilitación, así como a algunas personas que se han sumado en los últimos meses y que han perdido su empleo y sustento debido a la pandemia del Covid-19.

“Está tremenda la situación”, dice tras reflexionar en que “es el tiempo de mostrar nuestro amor y nuestra misericordia para cumplir con el segundo mandamiento más importante: amar al prójimo como a nosotros mismos”.

‘Esta es una forma de salvar vidas’

Gracias a la empatía que tiene con los más pobres, Lupita Navarro ha aprendido a valorar a las personas no por lo que tienen, sino por lo que son, “una creación de Dios”, y en los que puede ver el amor de Cristo, así como la motivación para seguir ayudando.

“Los pobres nos han enseñado, nos han evangelizado, es lo más hermoso que hemos tenido en la vida, así que gracias Señor porque te fijaste en nosotros; él nos escogió y eso es un privilegio, el servirle/ Esta es una forma de salvar vidas”.

El Banco de Misericordia se ubica en calle Hortensia Licón #832, colonia Villa Esperanza, en el Kilómetro 27 de la carretera a Casas Grandes. Para obtener más información también puedes comunicarte a los teléfonos (656) 180.0370 y (656) 559.6404.

Love your heighbor as yourself

Along with her husband, Pastor Lupita Navarro has dedicated herself for more than two decades to bring food to the needy

Bank of Mercy

Pastor Navarro’s altruistic history began with her husband Rafael, who, seeing the need existed in the city most vulnerable areas, decided to distribute food, especially among children and the elderly.

“My husband and I started … I say it was a call from God”, says the woman, who recalls that at the beginning of her ministry there were few people who could benefit from a pantry.

Over time, this work grew, so she had to seek help to continue whit the activity, however, this makes she realized the great waste of food that exists in supermarkets and restaurant chains.

“We started knocking doors, looking for food to rescue, dignify, clean and give it to the people who need it, and the waste in these places is impressive”.

Food for hundreds

Lupita remembers that at first she did make the pantries in her garage, where some friends joined her to help. Now she has a warehouse to store the products that collects or receives from a supermarket, the only one that supports her in her work, so she also has to buy other packages from the DIF, which allow her to feed around 400 families per month.

She also provides pantries in a children’s day care place, in a migrant shelter and in a rehabilitation center, as well to some people who have joined in recent months and who have lost their jobs due to the Covid-19 pandemic.

“The situation is tremendous”, she says after ponder on that “it is time to show our love and our mercy to fulfill the second most important commandment: love our neighbor as ourselves”.

‘This is a way of save lives’

Thanks to the empathy she has for the poorest, Lupita Navarro has learned to value people not for what they have, but for what they are, “a God’s creation”, and in those who can see the Christ love, as well as the motivation to continue helping.

“The poor have taught us, they have evangelized us, it’s the most beautiful thing we have had in life, so thank you Lord because you noticed us; He chose us and that is a privilege, serving him. This is a way of saving lives. “

The Banco de Misericordia is located at #832 Hortensia Licón street, Villa Esperanza neighborhood, on Kilometer 27 of Casas Grandes road. For more information, you can also call 656-180-0370 and 656-559-6404.

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