¿Alguna vez le has dicho a tu esposo: Cuando estamos en la casa de tus papás, tu no me das mi lugar, ni me das la razón?
Esto pasa, porque en la relación con tus suegros no hay límites y sobre esto es lo que quiero compartirte en esta ocasión.
El tema podría pensarse que es muy controversial y en la vida diaria podría tornarse difícil de sobrellevar, pero en realidad no tendría que ser así, si desde un principio se habla y se practican los límites, palabra que antes de entrar más en el tema tenemos que definir.
De varias definiciones encontradas me gusto la siguiente, “Límite: Punto en el que no se debe o no se puede sobrepasar”.
Así es que, aplicándolo, tendríamos que decir que tanto yo como nuera y ellos como suegros, tenemos que llegar a una línea a la que no debemos y no podemos sobrepasar, por lo tanto, esto sería poner reglas en cuanto a nuestras relaciones entre las dos familias.
Ambas partes debemos buscar tener límites sanos y aprender a decir “no” cuando sea necesario, sin sentirme mal de hacerlo, claro está que debemos hacerlo con respeto, tolerancia y amor; en el caso de los suegros recuerda que ellos son los padres de tu esposo a los cuales él ama.
Debemos dejar muy claro que este “no”, no significa rechazo, significa te escucho, pero es algo ya hablado con mi esposo, con quien debe existir buena comunicación desde un inicio del matrimonio.
Hay que hablar muy claramente y poner las reglas de que nadie intervendrá en ninguna decisión de pareja o familia. Muchas veces los suegros intervienen con buenas intenciones, pero somos nosotros –la pareja– los que decidimos hasta donde les permitiremos entrar, por eso con esa buena comunicación entre los dos podre decir claramente lo que quiero y aunque se den desacuerdos podremos llegar a establecer los límites que queremos marcar.
Quiero enfatizar que el no poner límites en la relación con los suegros nos puede traer problemas con nuestro esposo y todo por no haberlo hablado antes. Si en alguna situación como marimonio estamos de acuerdo en pedir el consejo o intervención de los suegros, debemos haberlo hablado antes entre nosotros y habernos puesto de acuerdo de hasta donde será su intervención.
Los limites pueden ser de toda índole, referente a nuestra familia, los hijos, las finanzas, espacios (cada quien en su casa), etcétera.
La relación con los suegros puede ser maravillosa si ambas partes respetan sus reglas, espacios y límites, dándose una relación no sólo cordial, sino verdaderamente familiar.
No olvidemos buscar a Dios y pedir de su sabiduría para que la relación con nuestros suegros sea de amor, respeto y honra.
“Antes sed benignos unos con otros…”
Efesios 4:32
My in-laws, the limits, and me
Have you ever told your husband: When we are at your parents’ house, you do not give me my place, nor do you give me the reason?
This happens because there are no limits in the relationship with your in-laws, and this is what I want to share with you on this occasion.
The topic could be thought to be very controversial and could become difficult to cope with in daily life. Still, in reality, it should not be so if from the beginning you talk and practice the limits, a word that before going further into the subject, we have to define.
Of several definitions found, I liked the following one, “Limit: Point that should not or cannot be exceeded.”
So, applying it, we would have to say that both me as a daughter-in-law and them as in-laws, we have to reach a line to which we should not and cannot exceed; therefore, this would be setting rules regarding our relationships between the two families.
Both parties must seek healthy boundaries and learn to say “no” when necessary, without feeling bad about doing so. Of course, we must do it with respect, tolerance, and love; in the case of the in-laws, remember that they are your husband’s parents whom he loves.
We must make it very clear that this “no” does not mean rejection. It means I hear you, but it is already discussed with my husband, with whom there should be good communication from the beginning of the marriage.
We must speak very clearly and set the rules that no one will intervene in any decision of the couple or family. Many times the in-laws interfere with good intentions. Still, we -the couple- are the ones who decide how far we will allow them to enter, that is why that good communication will help you to say what you want, and even if there are disagreements, we will be able to establish the limits we want to set.
I want to emphasize that not setting limits in the relationship with the in-laws can bring us problems with our spouse and all for not having talked about it before. Suppose in any situation as a married couple we agree to ask for the advice or intervention of the in-laws. In that case, we should have discussed it beforehand, and we should have decided on the extent of their intervention.
The limits can be of all kinds, referring to our family, children, finances, space (each one in his house), etcetera.
The relationship with the in-laws can be excellent if both parties respect their rules, spaces, and limits, giving not only a cordial relationship but a genuine family relationship.
Let us not forget to seek God and ask for His wisdom so that the relationship with our in-laws may be one of love, respect, and honor.
“But be ye kind one to another…”
Ephesians 4:32